Consecuencias políticas y económicas de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea

A poco más de una semana del referéndum donde los británicos decidieron salir de la Unión Europea con la victoria del Brexit, contracción que significa Reino Unido afuera, los analistas políticos y económicos exploran las causas de la victoria de la tesis de la salida del bloque, mientras que otros comienzan a hacer conjeturas, de las más diversas, sobre el porvenir de la sociedad y la economía británica, europea e inclusive sobre el resto del mundo.

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En efecto, la victoria del Brexit, hasta cierto punto inesperada, desató un conjunto de reacciones en los demás países asociados que además de lamentar la salida de un socio tan importante, iniciaron los análisis de los posibles impactos.

La sensación de desconcierto es aun tan profunda que hasta varios partidarios del Brexit, la tesis de la salida, comienzan a dudar de haber hecho lo correcto al apoyar dicha tesis. Así, ha surgido un nuevo término que complementa y hasta explica el nuevo escenario político y económico del Reino Unido. El neologismo Brigret, contracción que significa Reino Unido arrepentido (regret en inglés) intenta dar cuenta de la conmoción de la población británica ante la avalancha de presagios negativos sobre su economía.

No debe olvidarse que el Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte) es la segunda economía europea y la cuarta mundial, por lo que todo lo que suceda a su estructura política, sobre todo el marco de la Unión Europea, tendrá efectos de intensidades distintas en varias regiones del mundo.

Los orígenes: ¿Por qué se llamó a referéndum?

El Primer Ministro Cameron había prometido en su campaña que realizaría este referéndum, ante las críticas sobre la burocracia de Bruselas y las desventajas que esto acarreaba para el Reino Unido.

Una de las ideas movilizadas por la tesis de la salida fue el ahorro de 350 millones de libras semanales, que hasta hoy el Reino Unido aporta al Bloque y que podrían ser destinadas al sistema de salud pública, si se saliese de la Unión Europea, aunque esta cifra y el cálculo no fueron desmentidas por los organismos oficiales.

Más allá del referéndum, existían varios aspectos en los cuales el Reino Unido no coincidía con el resto de los países europeos, especialmente en cuestiones migratorias (330.000 inmigrantes en 2015), así como en la pérdida de control de las fronteras, inclusive sin suscribir el tratado Shengen, que permite la libre circulación de personas en la Unión Europea.

El lado más conservador de la sociedad británica, emergió e influyó en el resultado. De forma asociada a la inmigración, Gran Bretaña consiguió algunas condiciones especiales de Bruselas, principalmente los límites a las ayudas sociales que los extranjeros podían solicitar cuando llegan al país. Algunas tensiones antiguas también emergieron y encontraron cabida en el discurso pro salida, como el orgullo británico insular, que lo diferencia del resto de Europa, ya que es el único miembro que geográficamente no tiene frontera seca con el resto, es decir una suerte de patriotismo excluyente, los desafíos en la seguridad fronteriza y la defensa de la soberanía nacional.

¿Quiénes y dónde votaron a favor de la salida?

El triunfo del Brexit se basó principalmente en el apoyo recibido por las personas adultas y adultas mayores, que por lo general son mucho más conservadores que el resto de los grupos de edades.

El aspecto demográfico parece explicar en buena parte el triunfo de los partidarios de la salida, puesto que la población adulta es la menos proclive a comprender y aceptar las políticas migratorias, lo que suele provocar una sensación de temor e incertidumbre sobre el futuro, más aun cuando ante la crisis reciente de Siria, Europa aparecía como la región más atractiva.

El Reino Unido tiene la característica suplementaria de que el porcentaje de participación de la población adulta y adulta mayor es alta.

Se estimó que al menos dos de cada tres adultos mayores votaron por la salida del bloque. Mientras los jóvenes, con mayor acceso a la información y más vinculados a la sociedad del conocimiento, votaron mayoritariamente por mantenerse en la Unión Europea, los adultos, a partir de los 45 años, votaron mayormente hacia salida.

Cuanto más viejos son los británicos, mas es el apoyo a la salida del bloque. Paradójicamente la inmigración al Reino Unido tiene por objetivo inyectar mano de obra joven a una sociedad en vías de envejecimiento, así como para los jóvenes británicos, la Unión Europea permitía expandir las oportunidades laborales.

¿Qué puede esperarse en el Reino Unido, Europa y el resto del mundo?

Reconocidos economistas y académicos británicos y europeos advertían, en plena campaña a favor del Bremain, la opción de quedarse en el bloque, que la economía del Reino Unido se vería afectada por la salida del bloque, que incluso afectaría al crecimiento del Producto Interno Bruto del Reino Unido y de Europa en su conjunto, es decir una recesión en el corto plazo, pero de diferentes intensidades.

La primera consecuencia del Brexit, casi instantánea, fue la depreciación de la libra frente al dólar, con una caída del 14% en los últimos 10 días, fenómeno que no ocurría desde 1985, arrastrando también a la bolsa. Se puede esperar entonces que ante la pérdida de valor de la libra, los tenedores de esta moneda se refugien en el dólar, lo cual generaría una mayor cantidad de liquidez de dólares, lo que se traduciría en la disminución de las presiones al alza de la moneda americana.

Se espera igualmente que la Reserva Federal americana no solo no alce su tasa de interés, inclusive es probable que la reduzca, ante la creciente demanda esperada de dólares.

Pero, lo único que puede asegurarse para el futuro próximo de la economía británica es un conjunto de indefiniciones y altos niveles de incertidumbres, con escenarios poco claros en cuanto a nuevos arreglos institucionales que reconfigurarán cómo el Reino Unido comercia con el resto del mundo.

Si bien el proceso de salida puede llevar años, parece evidente que el Reino Unido dejará de ser un buen lugar para instalarse con el deseo de operar en toda Europa. Varias empresas tendrán que buscar otros países “europeos” para seguir operando, generando la pérdida de empleos en el Reino Unido.

En términos sociales es muy probable que los subsidios sociales a la población más vulnerable se reduzcan, desalentando en parte a los inmigrantes.

El Reino Unido deberá redefinir sus acuerdos comerciales con el resto del bloque europeo, aunque no se esperan dificultades mayores en este sentido. Sin embargo, el efecto político podría ser aún mayor ya que nunca antes algún país había abandonado el bloque, inaugurando el desconcierto y en cierta forma un desgaste de los valores de la integración europea.

Los sectores políticos mas retardatarios y conservadores de los países europeos, generalmente vinculados a la extrema derecha, perciben un terreno fértil para sus propuestas de “re independencia”, defensa de la soberanía, rechazo a la diversidad cultural y a la inmigración, denotando síntomas claros de las enfermedades de la globalización: la falta de tolerancia que generará necesariamente impactos políticos y económicos.

Profundo desconcierto

La sensación de desconcierto es aún tan profunda que hasta varios partidarios del Brexit, la tesis de la salida, comienzan a dudar de haber hecho lo correcto al apoyar dicha tesis. Así, ha surgido un nuevo término que complementa y hasta explica el nuevo escenario político y económico del Reino Unido.

Cuestiones migratorias

Más allá del referéndum, existían varios aspectos en los cuales el Reino Unido no coincidía con el resto de los países europeos, especialmente en cuestiones migratorias (330.000 inmigrantes en 2015), así como en la pérdida de control de las fronteras, inclusive sin suscribir el tratado Shengen.

* Si bien el proceso de salida puede llevar años, es evidente que el Reino Unido dejará de ser un buen lugar para instalarse con el deseo de operar en toda Europa. Varias empresas tendrán que buscar otros países “europeos” para seguir operando, generando la pérdida de empleos en el Reino Unido.

* El Reino Unido deberá redefinir sus acuerdos comerciales con el resto del bloque europeo, aunque no se esperan dificultades mayores en este sentido. Sin embargo, el efecto político podría ser aún mayor ya que nunca antes algún país había abandonado el bloque, inaugurando el desconcierto.

* Se espera que la Reserva Federal americana no solo no alce su tasa de interés, inclusive es probable que la reduzca, ante la creciente demanda esperada de dólares. Analistas reportan que la pérdida de valor de la libra arrastraría inclusive al euro y reduciría la inversión extranjera.

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