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Esta disminución de la expectativa del repunte del Producto Interno Bruto (PIB) se fundamenta en la lenta recuperación de la región, de quienes nuestra economía depende en gran medida, se desprende del informe.
Con relación a otros indicadores como ser la inflación, el FMI estima un 4% para este año e igual comportamiento para el próximo. En cuanto al desempleo, el FMI considera que nuestro país registrará un 5,4% en 2017 y 5,5% el próximo año.
En los últimos días igualmente se difundieron las expectativas de crecimiento hechas por el Banco Mundial (BM) con relación a nuestro país, que se destaca en este caso por la estabilidad en cuanto a su previsión del 3,6%.
A nivel general, el Cono Sur, en tanto, mejora sus perspectivas de crecimiento para este año, con el fin de la recesión en Argentina, refiere un despacho de la agencia Efe.
En sus consideraciones, el FMI argumenta que con los mercados financieros en alza y la tan esperada recuperación cíclica de la manufactura y el comercio internacional en marcha, las proyecciones apuntan a un aumento del crecimiento mundial de 3,1% en 2016 a 3,5% en 2017 y 3,6%, en 2018, ligeramente por encima de los pronósticos de la edición de octubre de 2016 de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO).
Aun así, agrega, existen obstáculos estructurales que continúan restándole ímpetu a la recuperación y los riesgos siguen inclinándose a la baja, especialmente a mediano plazo.
La economía mundial cobró velocidad en el último trimestre de 2016, una tendencia que previsiblemente continuará. Atendiendo a los pronósticos, añade el informe, la actividad de las economías de mercados emergentes y en desarrollo experimentará un marcado repunte porque las condiciones imperantes en los exportadores de materias primas sujetas a tensiones macroeconómicas mejorarán poco a poco, gracias a la recuperación parcial de los precios de las materias primas; entre tanto, el crecimiento conservará el vigor en China y muchos otros importadores de materias primas.
En las economías avanzadas, el repunte responderá ante todo al aumento proyectado del crecimiento de Estados Unidos, cuya actividad se vio frenada en 2016 por el ajuste de las existencias y la debilidad de la inversión. Aunque las correcciones de los pronósticos de crecimiento mundial para 2017 y 2018 respecto de la edición de octubre de 2016 son pequeñas, han habido cambios significativos en los pronósticos individuales de grupos de países y de países tomados de manera aislada.