Características y particularidades de la población paraguaya proyectada al 2025

Los datos de población proyectados hasta el año 2014 permiten adelantar los escenarios demográficos que tienen intensas conexiones con los sistemas económicos. Con una buena cantidad de población en edad de trabajar y de producir, la economía dispone de mano de obra necesaria para las diversas inversiones que puedan realizarse. La generación de empleo y el acceso a servicios sociales e infraestructuras seguirán organizando la ocupación del espacio, por lo que se requieren de ciertas políticas públicas simultáneas y complementarias a fin de responder a los desafíos.

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La economía como ciencia social moviliza estadísticas y crea indicadores sobre diversos aspectos de la oferta (producción) como de la demanda (consumo). La población, entendida como la cantidad de personas y sus respectivas características, es un factor de relevancia para el análisis económico.

Desde muy temprano las ciencias económicas se han preocupado por el factor poblacional, es decir el volumen de población como fuente de trabajo y de consumo. Desde Malthus, que se preocupaba por el crecimiento acelerado de la población mientras que los sistemas productivos de alimentos lo hacían en menor velocidad, hasta las discusiones actuales sobre el escaso y reducido crecimiento de la población, sobre todo en los países desarrollados, la demografía ha dialogado con otras ciencias para explorar y explicar el funcionamiento de las sociedades.

La Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos ha publicado datos sociodemográficos relevados en el Censo de Población y Viviendas del año 2012, donde las Proyecciones de Población por sexo, edad y zonas urbanas y rurales dan lugar a la construcción de escenarios futuros. La proyección hecha tiene como horizonte el año 2025, que servirá para llegar al próximo Censo del año 2022.

La población paraguaya sigue creciendo, pero a ritmo más lento que en otros periodos, fundamentalmente por la Transición Demográfica, que consiste en la disminución de la natalidad, es decir una reducción en los nacimientos, que se combina con el declive de los fallecimientos. Generalmente la Transición Demográfica se produce después de periodos caracterizados por altas tasas de natalidad y de mortalidad. Se recuerda que las principales variables demográficas son la natalidad, la mortalidad y la migración. En Paraguay se han producido modificaciones de distintos tenores en cada una de estas tres variables.

Las proyecciones de población, que revelan también las tenencias en la estructura y características de la misma son oportunas y valiosas para conocer cómo evoluciona la sociedad y la economía. La última década se ha mostrado múltiples transformaciones productivas que han tenido su correlato en las condiciones de vida, las conductas sociales y las pautas de consumo.

Comprender el comportamiento de las principales variables permitirá vislumbrar los desafíos y oportunidades de mercado existente en el Paraguay contemporáneo que se caracteriza por una economía creciente, una población joven y mayoritariamente urbana. De allí que el tamaño de los respectivos grupos etáreos, así como la distribución entre hombres y mujeres, revelan una significancia sutil para las políticas públicas así como para las iniciativas e inversiones empresariales y de servicios.

La fecundidad

Se entiende por Tasa Global de Fecundidad al número de hijos que en promedio tendría cada mujer de una cohorte hipotética de mujeres no expuestas al riesgo de muerte desde el inicio hasta el fin del período fértil y que, a partir del momento en que se inicia la reproducción, están expuestas a las tasas de fecundidad por edad del momento de la población en estudio.

Las mujeres paraguayas han modificado sus prácticas reproductivas lo que ha impactado en la tasa de fecundidad. La misma viene reduciéndose sostenidamente, pasando 3,45 hijos por mujer en 2001 a 2,53 en 2016 y que llegaría a solo 2,32 en 2024. En poco menos de dos décadas las mujeres paraguayas disminuyeron en una unidad la cantidad de hijos, que se compensa sin embargo con la mayor cantidad de mujeres en edad fértil. Esta modificación debería plantear una adecuación de los servicios de salud y otras ofertas públicas. La disminución de hijos por mujer está estrechamente relacionada al nivel educativo de las mismas, así como en el nuevo rol que las mismas tienen en los diferentes sectores económicos, especialmente en el comercio y los servicios. Además, se espera un retraso en la maternidad, es decir las mujeres tendrían sus primeros hijos a edades más avanzadas que las tradicionales, lo cual constituye una limitante sustantiva a la cantidad de hijos por mujer.

Al analizar la proyección de la cantidad de nacimientos se observa un incremento marcado desde 2001 hasta 2014, para después crecer de forma más lenta.

La mortalidad

La tasa bruta de mortalidad ha descendido levemente en la última década. En 2001 era de 6,16 muertes por mil habitantes, mientras que para 2016 la proyección es de solo 5,66, es decir una reducción sensible.

En el caso de la tasa de mortalidad intervienen diversos factores, entre los que se destacan el mejoramiento en las condiciones de higiene de la población, como el acceso a agua potable y segura, pero también al tamaño de población adulta mayor. Debido a que en la estructura de edades de la población paraguaya predominan los jóvenes y adultos, es comprensible que la tasa de mortalidad sea relativamente baja. Esto es justamente lo que se aprecia en la proyección de esta variable al año 2024, cuando la tasa de mortalidad se incremente un poco y pase a 5,73.

Después del bono demográfico, o de la preeminencia de una población joven, indefectiblemente esta comienza a envejecer y se reestructura la pirámide de edades del país. El envejecimiento de la población será un tema muy importante para las políticas públicas de las próximas décadas, así como para el conjunto de servicios que pueden ser ofrecidos a este grupo poblacional que seguirá creciendo. Las proyecciones de muertes anuales muestran una tendencia creciente y sostenida desde 2001, que llegaría en 2014 a casi 44.000 defunciones.

La mortalidad infantil se reduce de forma auspiciosa como resultado de una mejor cobertura de los servicios públicos, el acceso a información y al mejoramiento de las condiciones del hogar, fundamentalmente el acceso a agua potable.

La esperanza de vida

Como resultado de la disminución de la tasa de mortalidad, asociado al crecimiento económico que se traduce en el incremento de los salarios y la mayor capacidad para mejorar la vivienda, el acceso a alimentos y a un mayor confort, la esperanza de vida de los paraguayos se incrementó en más de tres años en la última década y media, pasando de 70,1 años a 73,8 años de vida en 2016, con una proyección de ascenso hasta los 75,5 años en 2024. Este indicador refuerza al del descenso de la mortalidad que se traducirá por una mayor demanda de servicios y productos para las características de la población adulta mayor principalmente. Históricamente el Estado ha focalizado sus servicios en los niños y jóvenes (escuelas y colegios), pero deberá no solo modificar la forma de atender a una demanda de niños y jóvenes más reducidas, sino sobre todo tenderá a hacer frente a los adultos mayores, un público con el cual le falta aún desarrollar estrategias de intervención.

En los próximos años se precisarán más servicios privados y de atención de la salud para atender a una demanda creciente de adultos mayores que requerirán no solo atención médica, sino también actividades y ofertas específicas. El sector privado tiene un creciente mercado para generar nuevos productos y servicios. De igual forma, el sistema de pensiones paraguayo se enfrenta a desafíos mayores para sostener el esquema actual y para dar cuenta del nuevo escenario demográfico.

Cambios en la pirámide de edades

Las proyecciones de población por grupos de edades muestran sensibles cambios en algunos grupos de edades y reflejan en parte la transición demográfica y el avance o “gasto” del bono demográfico. Así, la población joven no crece mucho, lo que hace pensar en nuevas estrategias para atender sus necesidades de formación técnica y, por otro lado, se visualiza el crecimiento marcado de los grupos de adultos y especialmente adultos mayores, donde sobresalen las mujeres, que disponen de una esperanza de vida levemente superior que la de los hombres.

Alertas para los sectores económicos

El análisis demográfico disponible a partir de las proyecciones de población sirve para construir escenarios económicos acordes con la estructura, tamaño y características de la población actual y futura. Si el bono demográfico era señalado como una oportunidad de desarrollo, por la disponibilidad de mano de obra disponible, este precepto se ha cumplido a medias, pues no se trata solamente de que existan jóvenes, sino que los mismos deben poseer las habilidades y conocimientos que requieren las empresas e industrias. El déficit de recursos humanos formados seguirá afectando a la competitividad de la economía en su conjunto. La calidad del empleo depende en gran medida de la capacitación y especialización de los trabajadores.

Por el lado de las políticas públicas educativas para niños y adolescentes, deben comenzar a esbozarse modelos de intervención que respondan a una demanda de menor tamaño, innovando en sistemas de escuelas técnicas centralizadas, dando de baja a instituciones educativas que ya no son funcionales.

Ya se ha indicado la demanda potencial de servicios orientados al nuevo grupo de adultos mayores, comenzando por la formación de recursos humanos especializados en geriatría (médicos, enfermeros, kinesiólogos, entre otros).

* Las mujeres paraguayas han modificado sus prácticas reproductivas, lo que ha impactado en la tasa de fecundidad. La misma viene reduciéndose sostenidamente, pasando de 3,45 hijos por mujer en 2001 a 2,53 en 2016, y se calcula que llegaría a solo 2,32 en 2024.

* La disminución de hijos por mujer está estrechamente relacionada al nivel educativo de las mismas, así como en el nuevo rol que las mismas tienen en los diferentes sectores económicos, especialmente en el comercio y los servicios.

* Se visualiza, por otro lado, el crecimiento marcado de los grupos de adultos, y especialmente adultos mayores, donde sobresalen las mujeres, que disponen de una esperanza de vida levemente superior que la de los hombres, de acuerdo a los estudios existentes.

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