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En el 2016 hemos publicado series enteras, durante 16 domingos, sobre las andanzas de la Cajubi, Caja Paraguaya de Jubilados de la Itaipú Binacional. En ellas se incluían cálculos matemáticos sobre la situación actuarial deficitaria, inversiones fraudulentas durante varios períodos, la industria contemporánea de los viáticos, los senderos tortuosos de las roscas, incluyendo nombres; a una de estas vías denominamos “la ruta K”, debido a un apellido que aparece desde el año 2002 hasta la fecha, Ayala Kunzle. Demostramos que, aunque se ha avanzado mucho en las investigaciones fiscales y periodísticas, aún no se ha llegado al fondo.
Hasta la fecha existen cuestiones que inclusive nosotros, antiguos empleados y jubilados, no podemos dilucidar, menos aún el lector desprevenido. Existen juicios incompletos, personas que jamás se han sentado en una simple audiencia testifical o indagatoria. Continúan como consejeros accionistas de bancos de plaza, en los que la Cajubi posee inversiones, CDA, bonos, acciones y relaciones mercantiles. ¡Y no pasa nada!
Hemos solicitado audiencias con el Dr. Spalding (James) para mencionarle la delicada situación. Se le ha enviado notas formales por el sistema corporativo. Se ha contactado con el auditor interno actual, a quien también quisimos entregar documentos. Ambos han demostrado poco interés. En resumen, ni la IB, ni la fiscalía, ni algunas asociaciones de jubilados y mucho menos los sindicatos de Itaipú, han demostrado interés en llegar al fondo de este laberinto tenebroso llamado Cajubi. Incluso nueve sindicatos han emitido sendos comunicados ¡contra los denunciantes!, en lugar de investigar los documentos en cuestión e ir, como defensores de los trabajadores, a la Fiscalía de Delitos Económicos.
Otra cuestión que llama poderosamente la atención es que la cúpula de la Cajubi ha hecho todo lo posible para que el Sr. Vicente Palacios no asuma su banca de Consejero Titular ¡durante más de un año! Este representante de los trabajadores fue elegido genuinamente en comicios libres y transparentes, ¿A quién beneficia el oscurantismo de la Cajubi?
Cuando analizamos a fondo las inversiones de las cajas previsionales y navegamos en el ámbito internacional, los escándalos aumentan y los fraudes se multiplican. Existe falta de regulación, los gánsters se mueven por comisiones multi-millonarias que enriquecen a brokers o intermediarios de ventas. Se forman empresas de portafolio, cuyos dueños, de vida cara y desvergonzada, participan en los clubes más exclusivos. En Google incluso encontramos investigaciones sobre peticiones públicas de cientos de víctimas en España, Hong Kong, Australia, Tailandia, Chipre, Japón, Hong Kong, Dubái, India, Singapur, China, Vietnam, Londres y otros países, para que los entes reguladores y la policía actúen.
También hallamos un sinnúmero de megademandas civiles, penales, engaños y abusos alevosos, “arreglos privados”, comisiones escondidas, pensiones perdidas y vidas destruidas por un esquema conocido como ILAS (Investment-Linked Assurance Scheme).
En el mundo del crimen organizado, el de corbatas y traje Armani, se menciona a las ILAS como: “Un esquema de aseguramiento vinculado a la inversión, que combina seguro de vida con características de inversión. Proporciona beneficios por muerte, mientras invierte parte de las primas en otra inversión relacionada para captar mayor capital”. O sea, lucrar con ancianos y enfermos terminales, con su seguro de vida.
La lista de los delitos económicos continúa con nombres reconocidos en las sociedades mencionadas. Existe gente famosa procesada, imputada y con orden de captura; otros en la cárcel, como el caso de Peter Drake, el australiano cuyas principales fuentes de dinero eran Royal Skandia Life Assurance Limited y Friends Provident; en esta última la Cajubi llegó a “invertir” 31.5 millones de dólares americanos a través de una cadena de intermediarios uruguayos.
Muchas de las inversiones ILAS están basadas en los paraísos fiscales (Isla de Man es una de ellas), tales como Royal Skandia Life Assurance Limited (figura en los “Papeles Panamá” y ha cambiado de nombre a Old Mutual en diciembre 2014), Scottish Life International Insurance Company Ltd. (que también cambió de nombre en diciembre 2014), Royal & Sun Alliance (que cambio de nombre a Friends Provident en junio 2001), Generalli, Zurich International, De Vere, Man Investments, etc., y son piezas claves que nunca supimos que nuestra fiscalía los haya investigado.
Esto es un submundo de la estafa, la coima y el soborno; algo parecido como el sistema Odebrech que trajo llanto, dolor y desazón en varios países latinoamericanos. Guardamos las esperanzas que alguna vez aparezca un juez Moro en el Paraguay.
La Cajubi, en la Isla de Man (2001-2004), no invirtió en fondos mutuos o securities (títulos-valores) directos, como dicen algunos de sus administradores, sino en pólizas de seguros de vida bajo un esquema o estructura semirregulado o directamente no regulado. Estas operaciones son, normalmente tóxicos o de alto riesgo. ¿Cómo la Cajubi llegó a invertir en este tipo de negocios?
Entre los años 2005 y 2008, la Caja transfirió más de $ 57 millones de dólares canadienses. El dinero se depositó inicialmente en Miami, EE.UU. y en Suiza; luego fue transferido a cuentas bancarias canadienses incluyendo el Toronto Dominion Bank, el RBC Royal Bank y el BMO Bank of Montreal. ¿Será que saben esto, o no quieren saber, los fiscales encargados de las investigaciones? Hemos dialogado telefónicamente con una de ellas, la fiscala Victoria Acuña, quien debía recibirnos para entregarle un paquete conteniendo más de 3.000 folios. Pasó un año entero ¡jamás se concretó!
¿Por qué la Cajubi descubrió tan tarde las evidencias de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y asociación criminal? Esto se inició aproximadamente en el 2000, a pesar de la expresa prohibición de la Ley 1361/88, de creación de la Cajubi. Fiscales y abogados paraguayos, incluyendo el Sr. Sergio Alegre, la Srta. Liliana Alcaraz, Victoria Acuña y el Sr. René Fernández, en estos casi 17 años, han pescado solo mojarritas. ¿Dónde y cómo están los peces gordos?
En algún momento, el periodismo de investigación denominó a las inversiones de la Cajubi como “la estafa del siglo”. Estas inversiones totalizaron 126 millones de dólares canadienses. Otros hablan de que las “inversiones” llegan a 176 millones de dólares americanos, ¡sin gastos administrativos y honorarios!. Una investigación hallada en la carpeta Nº 137/14 de octubre de 2014, que nos llamó poderosamente la atención, se refiere al total arriba mencionado (prueba A). Esta carpeta también incluye al hombre de confianza de la Cajubi desde el año 2000, el Sr. Ronald Timcke Holst, exvicepresidente de la Bolsa de Valores de Paraguay y yerno de la ministra de la Corte Suprema, la Dra. Miryam Peña Candia. ¿Dónde radica esta persona clave, y en qué condiciones?
Otra cuestión llamativa y que demuestra que no existe “crimen perfecto” es el Informe de AI- PY/BR 010/2009, firmada por el auditor interno paraguayo de la época y actual diputado Édgar Acosta Alcaraz. En ella se observa que de las 54 inversiones en el extranjero que sumaban U$ 171.734.933 en 2009, el 72% estaban en riesgo de recuperación; es decir, la friolera suma de U$ 121.698.346.
¿Quiénes fueron los presidentes que iniciaron este tipo de inversiones? Una expresidenta, Sara Peters, duró en sus funciones solo tres meses por algo similar. Fue destituida en el 2002 por el Dr. Federico Zayas, coincidentemente al haber enviado US$ 20 millones a una empresa en la Isla de Man, la Scottish Co.
Por último, el juez Gustavo Amarilla ya había ordenado a Interpol la captura del señor Eduardo García Obregón, con fines de extradición en el 2012. El año pasado, el juez Hugo Sosa Pasmor hizo lo mismo. Tenemos dos opciones: o la Interpol, una de las organizaciones más eficientes del mundo en cazar delincuentes, no lo encuentra; o aquí no existe la más mínima intención de extraditarlo por temor a lo que testifique. Existen, sin embargo, jubilados que se comunican con él, a diario, sin ningún inconveniente. Es más, tenemos copias de docenas de notas recientes, dirigidas al Presidente del Paraguay, a la fiscala Victoria Acuña, directores generales, paraguayo y brasileño de la IB, al ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país, Brasil y Canadá, y otras tantas remitidas a Consejeros de IB y de Cajubi. Todas ellas certificadas, con dirección de origen. ¿Qué pasa con la Interpol y la Cajubi? y ¿quiénes realmente están detrás de esta estafa del siglo?
¡Extraño!
Incluso nueve sindicatos han emitido sendos comunicados ¡contra los denunciantes!, en lugar de investigar los documentos.
Blas Fernando Cañete (*)
Luis María Fleitas Vega (**)
(*) Exsecretario general del Sticcap, jubilado de IB.
(**) Exsuperintendente de Energías Renovables de IB, empleado activo.