Caazapá: históricamente rezagado, pero con gran potencial

Al encontrarse en el límite del área de ocupación histórica del Paraguay, el departamento de Caazapá aparece como un espacio de poblamiento tradicional y con actividades productivas de escasa intensidad y de baja productividad. Con estas condiciones, el departamento pierde población y con grandes dificultades logra generar atractividad de inversiones.

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La ciudad de Caazapá, hoy capital del departamento homónimo, y de Yuty, al suroeste, fueron fundadas a inicios del siglo XVII por congregaciones franciscanas que buscaban reducir y evangelizar a los pueblos nativos de la zona. Los religiosos se preocuparon también por desarrollar la ganadería en las pasturas naturales del oeste de Caazapá. La porción este del departamento permaneció prácticamente despoblada hasta la década de 1980. Allí, el pueblo de San Juan Nepomuceno, fundado casi dos siglos después de los de Caazapá y de Yuty, se encontraba aislado, hasta que un ramal del ferrocarril lo conectara con la línea principal a principios del siglo XX. Al extremo este, los actuales distritos de Aba’i y de Tava’i fueron desmembrados de San Juan recién en 1960 y en 1975: hasta hace menos de 50 años, estos se encontraban despoblados y cubiertos por extensas áreas boscosas.

La llegada del ferrocarril en 1912 significó la temprana integración de Caazapá a una economía nacional, que era primaria y extractiva: la actividad ganadera se expandió con la llegada del tren, que constituía también una vía esencial de transporte de la producción forestal. En 1940, la capital departamental contaba con una pequeña curtiembre, mientras que dos aserraderos se encontraban más al sur, a proximidad de la línea del ferrocarril. Hasta la década de 1960, cuando la Secretaría Técnica de Planificación diseñaba el Plan Triángulo, el departamento de Caazapá aparecía bien integrado al sur de la Región Oriental.

Ubicado en el centro del triángulo (cuyas extremidades las constituían Asunción, Ciudad del Este y Encarnación) y conectado a la línea del ferrocarril, se consideraba que el departamento gozaba de una situación privilegiada. En este contexto, se pensaba que la implementación de algunas políticas de apoyo y de modernización de la producción agropecuaria bastaría para impulsar el dinamismo económico de esta región. Sin embargo, ya desde la década de 1990, el panorama aparece mucho menos alentador: el departamento se encuentra aislado y experimenta un proceso de expulsión migratoria. Hasta la actualidad, esto se traduce por el bajo nivel de atracción del departamento, que cuenta con una tasa de crecimiento demográfico muy inferior a la media nacional. Mientras la población nacional se multiplicaba por 2,6 entre 1960 y 2012, la población de Caazapá lo hizo por 0,8.

Según la consultora Investor Economía, hoy en día el departamento de Caazapá es uno de los que menos cuenta con la presencia del Estado. A modo de ejemplo, se trata de uno de los departamentos con menor cantidad de kilómetros de rutas pavimentadas, sumándose a esto la importante proporción de infraestructuras escolares en mal estado y los preocupantes indicadores en el sistema educativo. No obstante, para maximizar las oportunidades y potencialidades del departamento, será imprescindible que este establezca nuevas complementariedades regionales, vinculándose con el “exterior”. En este contexto, se vuelve absolutamente necesario diseñar una estrategia específica. Para ello, la identificación de los componentes de la evolución actual del departamento será fundamental.

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