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La agricultura en el departamento de Boquerón es practicada principalmente en las zonas de Filadelfia y Loma Plata, con cultivos de sésamo y maní fundamentalmente. Estos rubros han mantenido una relativa estabilidad en los últimos años en términos de superficie cultivada. Un nuevo sistema agrícola comienza a emerger en el Chaco con el cultivo, aún en fase experimental de la soja.
Empresas como Cresud inclusive experimentan con Girasol, Maíz, Algodón. En efecto, actualmente se cultivan más de 4.000 hectáreas de soja en el Chaco, con apoyo técnico y de investigaciones de Capeco y el USDA, de Estados Unidos, orientado a buscar la tolerancia al estrés hídrico, es decir a menores índices de precipitaciones, así como mejores análisis de suelos. Las investigaciones se han intensificado desde principios del 2015, con variedades proveniente del Servicio de Investigación en Agricultura (ARS) del USDA, donde no necesariamente se busquen rendimientos elevados, sino sobre todo un monitoreo sobre aspectos como la rusticidad u otra característica favorable que pueda determinar su utilización para trabajos de mejoramiento hasta lograr una variedad adaptada a las condiciones del Chaco. De esta forma, la base productiva del Chaco, que en los últimos años estuvo muy orientada hacia la ganadería, parece ofrecer nuevas oportunidades para el desarrollo y la diversificación agrícola. Tampoco deben olvidarse algunas iniciativas de productores en el cultivo de algodón con riego, también en etapa de experimentación.
El otro motor de la economía de Boquerón, y de gran expansión en los últimos años, es la producción ganadera. Como resultado de mejores precios y la diversificación de mercados, varias unidades productivas se reconvirtieron mediante mejoras diversas que posibilitaron intensificar la producción. El crecimiento del hato ganadero del departamento es el principal indicador del dinamismo del sector. La cantidad de ganado bovino paso de 290.000 a más de 1.500.000 cabezas, demostrando un vigor sostenido en los últimos años. La cadena productiva de la ganadería ha incorporado a diversos eslabones, donde el de los servicios que posibilitan la intensificación productiva son los principales, basados geográficamente en la mayoría de los casos en las ciudades de Filadelfia y Loma Plata. El frigorífico Chortitzer, el único en el Chaco central, constituye la única industria cárnica del departamento, aunque las demás cooperativas también disponen de frigoríficos propios pero en los alrededores de Asunción. Finalmente, la producción láctea sigue generando ingresos importantes a la región liderada por la cooperativa Chortitzer. La ruta Transchaco constituye el factor de integración comercial y económica más importante para el departamento.
La estructura territorial de Boquerón: Un “centro aglutinador” y un “resto periférico”
Si el 80 % de la población se concentra en una pequeña porción Este del departamento, es allí también donde se encuentran las ciudades “activadas” y dinámicas. Esto parece natural ya que en ese mismo espacio se localizan los principales centros de producción y de decisión de la economía regional. Al constituirse como una verdadera plataforma logística y como un centro de producción agro-industrial, el dinamismo de esta región se ha acompañado de una diversificación de las actividades económicas y de una inédita atracción demográfica. Sin dudas, la emergencia urbana en el Chaco Central es causa y consecuencia de las mutaciones económicas, pero también sociales, que están en curso.
El surgimiento de las urbes del Chaco debe llamar la atención ya que en la zona Central, los “centros de colonia” (Filadelfia, Loma Plata y Neuland) se convierten en verdaderas ciudades. Efectivamente, en estos centros urbanos se complejiza la estructura económica y la composición social. Así, se asiste a la multiplicación de los supermercados, bodegas, lomiterías, bancos y financieras, que recomponen por completo el paisaje urbano tradicional. Por otra parte, la diversificación de la oferta comercial y de servicios es el signo evidente de que en las ciudades se conjugan intereses variados. Además, la aparición de nuevos barrios de “latinos” contrasta con las formas urbanas y con el entramado original. Las viviendas construidas recientemente por familias “latinas” a menudo aparecen como más pequeñas y presentan un aspecto más elemental.
Mientras tanto, en las afueras de los centros urbanos dinámicos, las “aldeas” de los menonitas y las comunidades indígenas siguen distribuyéndose de manera segmentada. En este sentido, las ciudades emergentes se distinguen claramente y aparecen como los espacios privilegiados de encuentro entre los diferentes grupos sociales: el desafío ahora es acelerar un proceso de relacionamiento que transita de la coexistencia a la cohabitación.
Las iniciativas inmobiliarias del sector privado, con el Complejo Urbano Boreal, abre las puertas a una estructura urbana más extendida pero sobre todo a una población múltiple que desea vivir en las ciudades del Chaco central pero que no pertenece al grupo cultural-religioso menonita. En la misma línea, el proyecto logístico Pioneros del Chaco, pretende consolidar la centralidad de la ciudad de Filadelfia en una región que precisa de una conducción política y económica firme y adaptada a los requerimientos locales.
Por vez primera, las ciudades en cuestión requieren de intervenciones urbanas para planificar su rápido crecimiento y para atender las nuevas demandas de una sociedad que se proyecta en las urbes. El incremento poblacional exige políticas ambiciosas en materia de equipamientos urbanos: se debe renovar o adaptar la oferta pública de educación, de salud así como de infraestructuras básicas (caminos, distribución de agua potable, recolección de residuos, plantas de tratamiento, entre otros). Por ejemplo, en Filadelfia, la construcción de un nuevo hospital será sin dudas una opción estratégica ya que el hospital actual no consigue atender a la creciente demanda por parte de los no asociados a la cooperativa. Por encontrarse muy alejado de la región más poblada, el hospital regional de Mariscal Estigarribia ha perdido funcionalidad y se encuentra desenfocado.
Más lejos, en el Norte y en el Oeste del departamento, en los confines del Chaco paraguayo, existen algunas concentraciones de población que apenas aparecen en los mapas y que sin embargo deben ser objeto de atención. Alejados del “centro aglutinador”, la mayoría de los demás poblados evolucionan mucho más lentamente: las muy bajas densidades y el carácter elemental de la economía les impide aglomerar suficiente población y actividades. No obstante, algunos pequeños núcleos poblados se desmarcan como plataformas mínimas de servicios (negocios, estaciones de servicio, paradores) aunque sin fuerza suficiente para sumar mayor cantidad de actividades y de personas. Mal equipados, la mayoría de estas pequeñas aglomeraciones no pueden atender a la demanda por parte de una población dispersa.
Por otra parte, estos “poblados mínimos” deberán actuar como soportes esenciales para la instalación de una nueva base territorial de instalación de equipamientos y de servicios. Ante los desafíos de la baja densidad, la construcción de esta base será una tarea esencial, y deberá acompañarse de una priorización en el mejoramiento de los caminos y terraplenes.
Para orientar el desarrollo futuro del departamento de Boquerón, será imprescindible llevar cabo una reflexión a diferentes escalas. Un primer análisis buscaría mejorar la integración de Boquerón dentro del Chaco, dentro del país y de la región. Este ejercicio sería también la oportunidad de plantear nuevas apuestas productivas y económicas. A la vez, se deberá sacar a la luz los viejos y persistentes desajustes territoriales a nivel departamental: los desequilibrios en la distribución de los servicios, la debilidad de los canales de integración internos, entre otros. Algo es seguro, el diseño de una estrategia de desarrollo para Boquerón a mediano y largo plazo no será posible sin intervenir en la organización del espacio.
Actuar
Los “poblados mínimos” deberán actuar como soportes esenciales para la instalación de una nueva base territorial en la zona.
Desafíos
Ante los desafíos de la baja densidad, la construcción de esta base será una tarea esencial, y deberá acompañarse de una priorización.
Luz
Se deberá sacar a la luz viejos y persistentes desajustes territoriales a nivel departamental como los desequilibrios en la distribución de los servicios.
Lácteos
La producción láctea sigue generando ingresos importantes a la región liderada por la cooperativa Chortitzer. La Transchaco es un factor de integración.
Confines
En los confines del Chaco existen algunas concentraciones de población que apenas aparecen en los mapas y que deben ser objeto de atención.
Base productiva
La base productiva del Chaco, que en los últimos años estuvo muy orientada hacia la ganadería, parece ofrecer nuevas oportunidades para el desarrollo y la diversificación agrícola. Tampoco deben olvidarse algunas iniciativas de productores en el cultivo de algodón con riego, también en etapa de experimentación.
Iniciativas inmobiliarias
Las iniciativas inmobiliarias del sector privado, con el Complejo Urbano Boreal, abre las puertas a una estructura urbana más extendida pero sobre todo a una población múltiple que desea vivir en las ciudades del Chaco central pero que no pertenece al grupo cultural-religioso menonita.
* El incremento poblacional exige políticas ambiciosas en materia de equipamientos urbanos: se debe renovar o adaptar la oferta pública de educación, de salud así como de infraestructuras básicas (caminos, distribución de agua potable, recolección de residuos, plantas de tratamiento, entre otros).
* El crecimiento del hato ganadero del departamento es el principal indicador del dinamismo del sector. La cantidad de ganado bovino paso de 290.000 a más de 1.500.000 cabezas, demostrando un vigor sostenido en los últimos años.
* La cadena productiva de la ganadería ha incorporado a diversos eslabones, donde el de los servicios que posibilitan la intensificación productiva son los principales, basados geográficamente en la mayoría de los casos en las ciudades de Filadelfia y Loma Plata.