Bienes de consumo: Bienes o servicios destinados a satisfacer necesidades humanas y que son consumidos por usuarios finales sin sufrir ninguna transformación ulterior.
Bienes de capital: Bienes que se utilizan para producción de otros bienes de consumo o de inversión, y que se deprecian en el proceso de fabricación. Por ejemplo, maquinarias, herramientas, edificios, etc.
Bienes muebles: Todos aquellos que no corresponden a edificios, construcciones o tierra. Son los bienes que no tienen la consideración de inmuebles. En general, aquellos que pueden ser transportados de un sitio a otro sin pérdida de su valor o utilidad (dinero en cuentas bancarias, efectivo, participaciones en sociedades, etc.).
Bienes inmuebles: Constituidos por tierras, edificios y construcciones. Bienes que tienen una situación fija en el espacio y no pueden desplazarse. Así, los terrenos, edificios, fincas u otros tipos de construcciones.
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Bienes no duraderos: Son bienes perecederos, de los cuales el consumidor obtiene una utilidad a través del servicio que prestan en un momento dado de tiempo.
Bienes semovientes: Todo tipo de ganado propiedad de una persona física o jurídica, y con el que se pueden efectuar transacciones económicas.
Fuente: La gran enciclopedia de la economía