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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, afirmó además que el proceso podría proseguir, hasta sacar a la zona euro del letargo, aunque sin terminar de convencer a los analistas sobre los cartuchos que aún podría tener en reserva.
El BCE trabaja con la hipótesis de que las tasas “se mantengan en sus niveles actuales, o más bajos, por un largo periodo, mucho más allá del horizonte de nuestros programas de compras de activos”, dijo Draghi en una conferencia de prensa en Fráncfort.
Ese programa, de compra de deuda pública y privada en los mercados, se amplió por lo demás de 60.000 millones a 80.000 millones de euros mensuales.
El dispositivo se completa con el anuncio de un programa de préstamos a largo plazo para el sector bancario, a partir de junio próximo.
En EE.UU.
Mientras el BCE actuaba en Europa, la Reserva Federal (Fed, banco central) de Estados Unidos mantuvo el miércoles sin cambios las tasas de referencia como esperaban los mercados y redujo fuertemente la proyección media de las mismas para fin de año, invocando los “riesgos” derivados de la situación económica mundial.
La mayoría del Comité de Política Monetaria (FOMC) resolvió al final de una reunión de dos días en Washington mantener las tasas actuales entre 0,25% y 0,50% –el mismo nivel de diciembre pasado–. El motivo principal invocado son los “riesgos”.
Nueva terminología
Esto correspondería a solo dos aumentos de las tasas de 0,25 puntos de base contra cuatro, según la estimación anterior.
“La situación económica y financiera mundial continúa presentando riesgos”, escribieron los miembros del FOMC en el comunicado, una terminología nueva que refleja una inquietud exhibida ya desde la reunión de fines de enero pasado.
“Si bien las condiciones financieras han mejorado últimamente, el crecimiento económico en el extranjero aparece más leve de lo esperado”, dijo la presidenta de la Fed, Janet Yellen, en una conferencia de prensa.
La Reserva Federal ha optado por una estrategia de esperar en un momento en que sus homólogos japoneses y europeos refuerzan especialmente su política monetaria para apoyar una actividad económica lenta. “Es natural que haya diferencias entre nuestras políticas monetarias” dado el mejor crecimiento de Estados Unidos y “su mayor éxito” a nivel del mercado de trabajo, estimó Yellen. Consultada sobre las tasas negativas adoptadas por el BCE en particular, señaló que “parece que tienen efectos moderados”, aunque eso “no es un asunto en discusión actualmente para nosotros”.