Ausencia del Estado vs. estatismo

Uno de los conceptos más generalizados en la opinión pública paraguaya es la famosa frase: “ausencia de Estado”; lo dice el campesino, el diputado, el académico, la prensa y el pueblo en general. Algunos maestros sostienen inclusive que el último Estado serio murió en Cerro Corá, en 1870. Otro de los argumentos sobre la orfandad del Estado se sostiene en que Paraguay no tiene una élite cultural que la gobierne; consecuentemente, cualquier ensayo de administrar la res pública y defender la soberanía, sin este requisito básico, termina en un simple acomodo de poder o repartija de cargos.

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Otra tesis, encuadrada entre las que tienen más adeptos, es que en el país rige una “democracia” electoralista, muy lejos de la democracia representativa. Algunos incluso afirman que en Paraguay gana la mayoría, pero no gobierna.

¿Cómo se entiende esto? Sencillo, gobiernan los poderes fácticos, divididos en dos vertientes: los legales (prensa, grupos empresariales, oligopolios de las oleaginosas) pudiendo estos recibir capital nacional o extranjero. Los ilegales (narcotráfico, armatráfico, contrabandistas empresariales, roscas aduaneras, judiciales y otros) son grupos delincuenciales, pero bien mimetizados dentro del aparato estatal. Son los más difíciles de combatir porque están dentro de las instituciones; además, tienen protectores en el Congreso y en el Poder Judicial.

El poder fáctico utiliza al poder legítimo del Estado y luego lo elimina o lo sustituye cuando ya no le sirve. Antes se manifestaba que “cada político tenía su General”, hoy se afirma que “cada General tiene su político”. Se agrava la situación cuando el paraguayo, descendiente del mancebo de la tierra, desconoce su historia. Esto conlleva a la ausencia del nacionalismo, del patriotismo y de una demostración plena del amor a su propia nación.

Las oligarquías también existen en sistemas de gobierno de economía centralizada (socialismo); sin embargo, es más frecuente en sistemas de extrema derecha. Las oligarquías económicas se formaron desde la antigua aristocracia egipcia, babilónica y romana, pasando por países modernos, poderosos y progresistas, hasta las últimas republiquetas bananeras.

El estatismo, especialmente en nuestro país, es una especie de gran oligarquía donde el partido dominante es el gran responsable y el que más beneficios ha obtenido.

El estatismo fue el gran causante del caos que hoy tenemos junto con los administradores que se turnaron en desvalijar a la nación. El estatismo creó monstruos como BNT, BNF, APAL, ACEPAR, INC, FERROCARRILES, ESSAP, COPACO, LAP, ANDE, PETROPAR. Díganme los amables lectores, ¿en cuál de las mencionadas empresas no hubo alguna vez corrupción galopante? Díganme también: ¿En cuál de dichas empresas hubo alguna vez un superávit?

Ahora permítanme compararlos con las empresas privadas que sustentan las marcas: PERSONAL, TIGO, CLARO, solo por entrar en un ejemplo de servicio básico que es la comunicación. Si estuvieran perdiendo, estarían fuera del mercado. No existe ninguna empresa del mundo que entre al mercado para perder; tampoco existen empresas que perdiendo, continúen sosteniendo un ejército privado.

Si existiere alguna que mantiene personas sin producir, eso ya entraría en el plano de la caridad, y eso, mis estimados amigos, es poco frecuente. Sin embargo, ¿cuántas personas están empleadas por las mencionadas empresas? Desconozco las cifras, pero me gustaría saberlas. ¡Estoy seguro de que todas ellas pagan IPS a sus funcionarios, además de los impuestos por producir! O sea, contribuyen al fisco, además de generar empleos. También los usuarios pagan IVA e, indirectamente, ayudan a sostener la educación, la salud y los servicios de los sectores empobrecidos.

Termino este artículo con algunos conceptos del inmortal Eligio Ayala, auténtico libertario, quien no se contaminó con el liberalismo de la época. Esperemos que el presidente electo tampoco lo haga.

“El fin político es ocupar un puesto en la administración pública y la única preocupación es conservarse en él; aumentar el sueldo y disminuir el trabajo. Todo se subordina al interés propio; el interés personal es el supremo criterio del bien y del mal... Todos desconfían unos de otros; se maldicen, se calumnian, traicionan y espían... se consideran como obstáculos e instrumentos. No se soportan sino cuando uno es instrumento del otro. Son enemigos o cómplices... Los partidos políticos, en vez de ser útiles a la patria, utilizan a la patria; en vez de servir a sanos intereses en el gobierno, hacen que el gobierno les sirva a ellos. Los gobernantes los compran, los oposicionistas se venden. Así se cree asegurar la tranquilidad de todos: con prostituir los partidos políticos”.

Culpable

El estatismo fue el gran causante del caos que hoy tenemos junto con los administradores que se turnaron en desvalijar a la nación.

(*) Sociedad de Ingenieros Liberales del Paraguay

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