Al pobre todo le sale más caro

Raúl Recalde, de 36 años, me decía con seguridad que él ahorraría cuando le sobrara dinero y, para ello, estaba convencido de que si ganaba un poco más ya le iba a alcanzar. Pero resulta que en diciembre gana el doble y aún así no le sobra nada, pues antes de cobrar su aguinaldo ya lo ha comprometido con una deuda y con compras extraordinarias por fin de año.

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Entonces, si al ganar el doble tampoco le alcanza, ¿cómo puede pretender que cuando gane un poco más le sobre para ahorrar? En realidad, la mayoría de las personas utiliza la excusa de que gana poco para no ahorrar y, simplemente, a medida que más gana más gasta y más se endeuda, pues no ha desarrollado el hábito del ahorro.

¿Y entonces?

Todos tenemos inconvenientes o imprevistos y la mayoría de ellos nos afectan financieramente, entonces, quien tiene ahorros puede hacer frente al problema concentrándose en el mismo en vez de andar preocupado por la cuenta que deberá pagar. Sin embargo, quien no cuenta con ahorros deberá enfrentar, además de la situación negativa, el apremio por obtener un monto de dinero que no tiene, lo que puede llevarlo a asumir un nuevo compromiso financiero.

Una deuda es buena cuando te ayuda a mejorar tu calidad de vida, así tomar un préstamo para comprar una casa que nos brinda respaldo y comodidad, un auto para trasladar a nuestra familia con mayor seguridad o muebles y electrodomésticos que nos brindan mayor confort son deudas que podrían considerarse positivas, siempre y cuando contemos con la capacidad de pago de las cuotas.

Pero cuando tomamos deudas para pagar otras deudas o para asumir costos financieros inesperados derivados de un problema de salud, un accidente, un robo o un incendio, por ejemplo, es cuando las mismas nos golpean de manera negativa, pues tenemos el compromiso de pago de las cuotas que incluyen el nuevo costo financiero (intereses) por un bien o servicio del cual ya no disponemos. En vez de llegar a esa situación podríamos, a través del ahorro o del pago de cuotas de seguros, haber estado cubiertos de esos imponderables.

Por todo esto, aquel que no tiene ahorros, además de que ya no contaba con un excedente de dinero mensual, ahora tiene un nuevo costo que pagar. Su situación financiera poco saludable se ha vuelto insostenible o simplemente se ha deteriorado aún más.

Ventajas atractivas

Las ofertas permanentemente van dirigidas a quienes tienen mayor poder adquisitivo, la compra al contado para obtener un descuento o la compra con una tarjeta de crédito promocional, son solo ejemplos de las muchas que existen.

En la vida práctica podemos identificar que para una familia es más conveniente comprar una garrafa de gas antes que cocinar diariamente con un kilo de carbón; sin embargo, gran cantidad de hogares en nuestro país siguen cocinando diariamente con carbón porque sobreviven con un jornal diario y no pueden juntar suficiente dinero para comprar una cocina y mantenerla funcionando.

Si identificamos esto como algo obvio y básico, podríamos encontrar ejemplos cotidianos de diferencias de precios entre comprar por unidades vs. comprar al por mayor. El precio de la mercadería que una familia consume diariamente en su casa es diferente si la puede adquirir en forma semanal, a si dependiera de la compra diaria por pequeños importes del almacén del barrio, debido, por ejemplo, a que no cuenta con una heladera en su hogar que le permita estoquear los bienes comprados.

Pensemos en las tasas de interés que recibimos por nuestros depósitos; estas dependen en parte del plazo al que decidamos colocar nuestro dinero, pero por sobre todo, del monto de la inversión que se realizará. Así, quien dispone de G. 1 millón para colocar a plazo, probablemente no logre abrir la cuenta; quien tenga G. 10 millones para realizar la inversión, recibirá una tasa de interés mínima, a partir de G. 100 millones podría recibir una oferta más atractiva por sus ahorros, tasa que se incrementará si el monto fuera de G. 500 o G. 1.000 millones.

Estas posibilidades de obtener más dinero por nuestros ahorros nos pueden ilustrar las posibilidades de crear riqueza que podríamos aplicar a la apertura de un negocio de igual manera.

Los préstamos financieros dirigidos a montos mayores ofrecen una tasa de interés varias veces menor que las tasas de interés que se otorgan a préstamos de montos pequeños como los promedios de G. un millón que son dirigidas a consumo básico de personas incluso aún no bancarizadas.

Obviamente el dinero es una mercadería cuyo precio (tasa de interés) se fija por la intersección de la oferta y la demanda, donde el riesgo de cada segmento de mercado determina condiciones fundamentales de la rentabilidad y operativa del producto o servicio financiero ofertado.

Por lo tanto, las ofertas para comprar más barato no llegan a los pobres, el costo del endeudamiento es más alto para el más pobre y tampoco puede acceder a las ofertas para ganar más dinero. Esta realidad financiera es global, lo que sí podríamos evaluar son las oportunidades que tiene el menos favorecido económicamente para cambiar su situación.

El Banco Mundial ha estudiado los causales determinantes que permiten que una persona que nace en condición de pobreza pueda salir de la misma y, si bien ha encontrado que el apellido, el barrio donde nació, la escuela a la que asistió, sus grupos de amigos, e incluso el color de la piel pueden afectar, el condicionante principal es la educación de la madre.

Así, cuando una mujer tiene acceso a mayor educación y al crédito logra que sus hijos no dejen la escuela para salir a la calle a trabajar y sus méritos de instrucción sientan la base mínima a la que llegarán sus hijos, es decir, cuando una madre ha terminado la primaria, sus hijos probablemente culminen la secundaria.

En Latinoamérica se ha demostrado que solo el 2% de los niños que han nacido en un ambiente de pobreza logran terminar la secundaria (contra el 97% de quienes han nacido en clase media) y el 90% de quienes han culminado la secundaria salen de su situación de pobreza. Esto hace imperioso el esfuerzo de inversiones hacia la educación.

¿Queremos un país mejor? Solo hay un camino viable, educación e instrucción.
Sigamos hablando de dinero, porque así aprendemos a manejarlo mejor.

Menor

Los préstamos financieros dirigidos a montos mayores ofrecen una tasa de interés varias veces menor que las tasas de los pequeños créditos.

2%

En LATAM se demostró que solo el 2% de los niños pobres logran terminar la secundaria contra el 97% de quienes han nacido en clase media.

gloria@cadiem.com.py

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