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Al realizar una evaluación de 2024, la organización Pro Desarrollo insistió en que aún persisten numerosas barreras para el acceso al sistema formal, lo que genera la “proliferación de mipymes creadas principalmente por subsistencia”.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), que fueron recogidos por la organización, unas 705.521 micro y pequeñas empresas subsisten en la informalidad y representan al 65% del total del sector. Se recordó además que en Paraguay 1,8 millones de personas se emplean actualmente en las mipymes.
Los rubros en los que se desenvuelven las micro y pequeñas empresas varían según sus condiciones de formalidad. Dentro de los servicios están las actividades más frecuentes entre las mipymes informales (54,3%), mientras que en las formales hay una distribución más proporcional entre los servicios (38,5%) y la fabricación de productos (39,2%), se menciona.
Se destacó igualmente que las unidades de negocio informales presentan mayor presencia de mujeres como propietarias que las formales y la educación secundaria completa es el nivel educativo más frecuente en ambos casos.
“La precarización en la cual se desenvuelve un emprendedor o mipyme informal lleva a múltiples limitaciones como la ausencia de seguridad social, salario estable, beneficios laborales, incentivos fiscales y acceso al sistema financiero formal, entre otros”, subrayó Pro Desarrollo Paraguay. En este contexto, enfatizó en que durante el 2025 debe ser prioridad el incentivo y apoyo a las mipymes, apuntando a la creación de empleo formal, así como a fortalecer el sistema de protección y seguridad social.
Limitado acceso al sistema financiero formal
Otro de los puntos destacados por Pro Desarrollo Paraguay es cómo el limitado acceso de las mipymes al sistema financiero formal profundiza la problemática.
En una investigación realizada por la organización se evidenció la dependencia del sistema financiero informal de las mipymes, así como los altos porcentajes de un préstamo informal al que se ven expuestos estos emprendedores.
Las tasas de interés son muy elevadas, mientras que los beneficiarios del préstamo (mipymes) no cuentan con un cálculo preciso de amortización: no saben cuánto deben ni el interés del préstamo. Las tasas abonadas, en algunos casos, pueden llegar incluso a superar el 590% (tasa anual normal).
Principales desafíos para el 2025
Ante la situación de precariedad laboral e informalidad en que se encuentran las mipymes, la organización hizo un llamado a generar políticas públicas y programas que ayuden a facilitar el proceso de formalización para los emprendedores. Para abordar este desafío, se recomendó puntualmente simplificar y acelerar el registro al Resimple (sistema de renta empresarial simplificado, dirigido a este tipo de unidades de negocios) a través de la eliminación de la presencialidad y la facilitación del proceso de selección del “rubro”.
Se enfatizó además en otorgar garantías para que los emprendedores con RUC no sean excluidos de programas de asistencia, estableciendo límites de declaración anual que sean acordes con los requisitos.
A la par, se recordó la importancia de incorporar a las mipymes al sistema financiero formal y facilitar que acceder a los créditos, un proceso que se recomendó iniciar a través de programas de microcréditos accesibles para los emprendedores formalizados.