En Itaipú son una cuestión de Estado

El presidente Santiago Peña firmó con su par brasileño, Lula Da Silva, un acuerdo tarifario, pactado para tres años, 2024, 25 y 26. Demostramos en seis artículos anteriores que dicho acuerdo traerá millonarias pérdidas a los dos Estados signatarios del Tratado de Itaipú.

Parte posterior de un tramo de la represa hidroeléctrica Itaipú, iluminada para incrementar su atractivo turístico.
Parte posterior de un tramo de la represa hidroeléctrica Itaipú, iluminada para incrementar su atractivo turístico.GENTILEZA

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Los perjuicios financieros a la ANDE son los inmediatos; luego tenemos los englobados dentro del concepto de “apropiación patrimonial”, es decir, la devaluación, el vaciamiento o el perjuicio del patrimonio de nuestro “buque insignia”. Pero existen algunos efectos colaterales, o quien sabe, principales, derivados de los gastos sociales, conocidos como “discrecionales” al no pasar el filtro del Congreso Nacional mediante el PGN.

En ese sentido se puede considerar la alevosa campaña política permanente que realizan con ese presupuesto inflado. Pero, en esta entrega se pretende considerar aquellos perjuicios derivados de la tarifa que aplica la ANDE a los usuarios; tanto la residencial, la comercial, así como la industrial.

Tarifas de la ANDE

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Pasemos entonces al siguiente tema que, probablemente, abrirá otra ventana energética de debate, las tarifas de la ANDE aplicadas a los usuarios paraguayos. En este punto y teniendo en cuenta el costo-beneficio, podemos concluir que el ente estatal tiene una baja rentabilidad debido a dos problemas principales: su mala gestión (30% de pérdidas o energía no facturada), además de su permanente mala negociación tarifaria en Itaipú. Por otra parte, considerando que el servicio eléctrico es transversal a toda la vida pública, podemos afirmar que a los usuarios que pagan puntualmente este producto les resulta hasta odiosa la tarifa de la ANDE.

En el promedio total de la tarifa residencial, la ANDE determina la suma de G. 411,51/KWh; es decir, US$ 52,69/MWh aproximadamente. En la comercial determina G. 389,57/KWh; es decir, US$ 49,94/MWh; mientras que en la tarifa industrial consigna en G. 296,56/Kwh; es decir, US$ 38,02/MWh. Recordemos que la tarifa de Itaipú, en el Acuerdo Santi-Lula, es de US$ 37,38/MWh, mientras que la tarifa social de la ANDE, desde 101 a 200 KWh es US$ 26,4/MWh, que pagan los del estrato social desfavorecido, sean de la pobreza convencional y de la extrema.

Como verá el amable lector, en este marco de rigurosidad estatal y generosidad ciudadana, todos los usuarios estamos “regalando” obligatoriamente a la Itaipú binacional muchos millones de dólares para destinarlos a los selectivos y excluyentes “gastos discrecionales”. Hemos demostrado que con un plan B se puede obtener una renta decorosa, dignamente calculada, por la cesión de nuestra energía excedente. Es decir, aquella parte de la generación en 50 Hertz que no utilizamos en Paraguay.

Recordemos que con esta propuesta no infringimos ni modificamos un solo artículo del Tratado y, para aquellos puritanos de 60 Hertz que alegan que Itaipú no puede tener renta, les decimos respetuosamente que la elevación de los actuales miserables US$ 10/Mwh por el concepto de “cesión” es imperativo luego de 40 años de generación. Se puede elevar por acuerdo de las altas partes a cifras razonables. El modelo ya presentamos en entregas anteriores, en este mismo espacio. En este sentido, urge que el presidente Peña ordene al Viceministro de Minas y Energías, al coordinador de la negociaciones, Lic. Javier Giménez, y a los consejeros paraguayos, la devolución inmediata a la ANDE los US$ 283.000.000 de sobrecosto por las tarifas infladas en el Acuerdo Santi-Lula.

La administración energética estatal, desesperadamente, recurre a una aplicación absurda de tarifas diferenciadas a sus usuarios en horas pico. Para empeorar el tema, es bueno recordar, que el gobierno nacional desea vender al sector industrial brasileño 100 MW de Acaray, a un costo de US$ 21,03/MWh, es decir: 150,6% menos de lo que pagamos los usuarios residenciales, 137,47% menos que los comerciales, 75,57% menos en consumos industriales, 77,75 % menos que la tarifa de Itaipú y 25% menos que la tarifa social, o sea, para los pobres del Paraguay. Tal vez los lectores nunca imaginaron estos golpes bajos a su canasta familiar. Si no fueran por estos artículos, estarían en el limbo.

Cada cual puede sacar sus propias conclusiones, especialmente los “técnicos-maquilladores”, que recurren a galimatías astutas para engañar a sus jefes y políticos protectores. Consideramos, para todos los efectos, la cotización de G. /dólar, 7.800.

Desembalse

Itaipú utiliza un embalse de “pasada”, es decir que, a pesar de sus 1.350 km2 de superficie y su gran volumen de acumulación de agua, no puede retener por mucho tiempo su caudal. Debe, necesariamente, pasar por las turbinas o su vertedero. Este fenómeno hace que en las horas picos del Brasil, y con poca afluencia de agua en su cuenca alta, tenga que recurrir al famoso “desembalse”, es decir, bajar su cota por debajo del nivel operativo de 220 msnm (metros sobre el nivel del mar). Esta maniobra técnica acarrea otros efectos colaterales, ambientales y económicos-financieros, muy poco considerados por los negociadores del Anexo C. Cuando la miseria es grande, ni las tajadas más pequeñas pueden ser despreciadas.

Las turbinas de la central Itaipú están proyectadas para generar a plena carga en cotas 220/219 msnm (1 metro de tolerancia). Esta faja operativa permite a la CHI generar 75.134,520 MWh, considerada la energía garantizada (EG); Pero, siempre se recurre al desembalse, descendiendo a la cota 216 msnm (4 metros de intolerancia) creando una perturbación ambiental y beneficios extraordinarios, exclusivamente para Brasil. En el ámbito técnico, económico-financiero el socio condómino se lleva el producto generado por el desembalse a US$ 7/Kwmés. Alertamos que a los técnicos les gusta llamar energía excedente a la que se genera por encima de la EG. Esto casó mucha confusión entre los principiantes del tema.

Este producto excedente, que depende exclusivamente de madre natura (lluvia en la cuenca alta) o del desembalse, es estratégico para Brasil, porque le permite mantener el Sistema Interconectado Nacional (SIN-BR) con mayor confiabilidad en épocas de sequía y, al mismo tiempo, un ahorro económico al no quemar fósiles (petróleo, gas o hulla) para generar energía térmica con alto costo ambiental. Paraguay no necesita ni se beneficia con el desembalse del lago. ¿Miopía o ignorancia de los consejeros paraguayos? Vaya uno a saber.

La única vez que Paraguay pidió el desembalse fue para posibilitar la navegabilidad aguas abajo de la CHI, a pedido de la UGP/UIP (industriales, importadores y exportadores de soja), pero, vertiendo agua y dólares por el vertedero, sin generar un solo MW; que conste en acta que en ese tiempo ocupaba el cargo de consejero de IB uno de los señores doctores, académicos de la UNA. Se sugiere considerar el desembalse para las próximas negociaciones. De todo esto hablaremos con más detalles en nuestras entregas posteriores.

Urge

Urge que el presidente Peña ordene (...) la devolución inmediata a la ANDE DE LOS US$ 283 M de sobrecosto por las tarifas que infló el Acuerdo...

Dos

Dos problemas principales: mala gestión (30% de pérdidas), además de su permanente mala negociación tarifaria en Itaipú.

*Exsuperintendente de Energías Renovables IB. Ingeniero Agrónomo, Electricista, Lic. en Teología y cursante de lenguas semíticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén.

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