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Resultados del Acuerdo Operativo 2024 para ambos signatarios:
En el 2024, la cantidad de energía eléctrica a ser adquirida por el Brasil de la Itaipú Binacional (IB), según el Acuerdo Operativo (AO), está prevista en 53.634.520 MWh, de los cuales, 37.567.260 MWh serán de 60 Hz y 16.067.260 MWh, serán de 50 Hz. De este total de energía garantizada, el costo unitario, tanto de 60 Hz como la de 50 Hz fue pactado en US$ 37,38 /MWh que, multiplicados por 37.567.260 MWh, nos da la suma de US$ 1.404.264.179 para la energía de 60 Hz.
Recordemos que Paraguay tiene un plus
Recordemos que Paraguay tiene un plus por la cesión de su energía de US$ 10,12 MWh. Entonces por la cantidad de energía cedida por Paraguay, de 50 Hz, Brasil gasta: US$ 37,38/MWh + US$ 10,12 = US$ 47,50/Mwh X 16.067.260 Mwh = US$ 763.194.850. Entonces, la energía total comprada por Brasil en el 2024 de 60 Hz + excedentes paraguayos de 50 Hz, desglosados alcanzan: US$ 1.404.264.179 + US$ 763.194.850 = US$ 2.167.459.029. De esto deducimos la tarifa Media para Brasil, incluidos energía 60 y 50 Hz, de la siguiente manera: US$ 2.167.459.029/53.634.520 Mwh = US$ 40,41/MWh. ¿Se entiende?
Firma del nuevo Anexo C, pero con un plan B
Si el Brasil ya venía pagando US$ 43,8/MWh (tarifa anterior) + 10,2 (resarcimientos por excedentes cedidos) = US$ 54/Mwh, desde 2009 hasta 2021; en el plan B se propone firmar un nuevo Anexo C, en el cual le agregaríamos un factor de equidad o de reconocimiento del “precio justo” establecido en el Acta de Foz de Yguazú de 1966.
Tendríamos así un negocio en el ambos países serían beneficiados. ¿Y por qué Brasil aceptaría esto? Pues porque sabemos que la tarifa real, luego de cancelar la deuda, es de apenas US$ 19,38/MWh, suficientemente demostrado en los artículos anteriores. El ministro de energía del Brasil y su presidente, Lula, lo saben.
Medidas concretas en la nueva propuesta podrían ser:
a. Se reduce el presupuesto a US$ 1.456.200.000 y consecuentemente la tarifa a US$ 19,38/Mwh.
b. Se aumenta el concepto de “cesión” de excedentes paraguayos de 10,2/MWh a 34,62.
c. Entonces el costo pagado por Brasil por la energía garantizada de 60 Hz sería: 37.567.260 MWh x US$ 19,38 /Mwh = US$ 728.053.499.
d. El costo pagado por el Brasil por los excedentes paraguayos (de 50 Hz) sería: US$ 19,38/MWh (costo real con nuevo presupuesto) + US$ 34,62/MWh (renta por cesión de excedentes paraguayos) = US$ 54/Mwh.
e. Entonces los excedentes paraguayos de 16.067.260 MWh. x US$ 54/MWh = US$ 867.632.040.
f. Sumando ambas energías (de 60 y 50 Hertz) tendríamos: US$ 728.053.499 + US$ 867.632.040 = US$ 1.595.685.539; es decir, toda la energía pagada por el Brasil en el Plan B-2024 sería solamente de: US$ 1.595.685.539.
¿Alguien perdió hasta aquí? ¡No!, ambos ganaron porque la tarifa política de 37,38 está inflada para ambos países, generando los “gastos discrecionales”. A partir de esta tarifa hipotética, lograda por primera vez en 40 años en el Plan B, tendríamos una renta o ganancia real por nuestros excedentes de: 34,62/MWh × 16.067.260 MWh = US$ 556.248.541. ¡Muy diferente a las cifras sobrefacturadas en el AO!
De esto deducimos que las consecuencias negativas del Acuerdo Operativo del 2024 son:
1. Saldo negativo o pérdidas para los consumidores brasileños, calculados de la siguiente manera: US$ 2.167.459.029 – US$ 1.595.685.539 = US$ 411.864.960.
2. La tarifa media para Brasil, incluidos energía de 60 y 50 Hz = US$ 2.167.459.029/53.634.520 Mwh = US$ 40,41/Mwh.
3. Saldo negativo o pérdidas para los consumidores paraguayos = US$ 763.194.850 - US$ 479.383.010 = US$ 283.811.840.
4. Al inventar una tarifa de US$ 37,38/MWh, onerosa, falsa e innecesaria, perjudicamos a los consumidores paraguayos y brasileños.
A esta altura, muchos paraguayos ya estarían preguntando: ¿Cómo se llegó a este adefesio? Solo los “gastos discrecionales” lo explican. Si ambos países pagan a la IB la tarifa real de US$ 19,38/MWh, nadie sale perdiendo y el Paraguay pasa a tener una renta real y verdadera, reiteramos, de U$ 556.248.541.
Como usted pudo apreciar, amable lector, sin necesidad de cambiar una coma del Tratado y sin modificar ningún tornillo de ambas subestaciones, la SEMD y la de Furnas, el flujo energético limpio y seguro seguirá siendo barato para el Brasil. El único inconveniente es nuestro. Las pérdidas millonarias de la ANDE no pueden seguir siendo subsidiadas por los consumidores fieles. Entonces, el camino razonable a seguir, a partir del 2025, es el de disminuir costos al máximo, en ambas binacionales, y vender los excedentes a un precio justo. Solo así saldremos de esta postración energética y recuperaremos nuestra dignidad. Si con Lugo-Lula se pudo; ¡por que no con Santi-Lula!
Con las manos vacías
El presidente Santiago Peña se sentó en la mesa de negociación con las manos vacías. Eso demuestra que sus asesores técnicos, financieros y políticos no estuvieron a la altura de sus emolumentos y de sus cargos.
Finalmente, el presidente salió mendigando un Acuerdo Operativo que solo sirvió para subir el costo final de los usuarios brasileños y paraguayos. En otras palabras, el Acuerdo Santi-Lula del 2024 está perjudicando a la ANDE y a ENBPar, consecuentemente, de los Estados signatarios.
¿Cuáles serían los próximos pasos?
* Reanudar las negociaciones en la brevedad posible.
* Demostrar a ambos presidentes que el Acuerdo Operativo del 2024 no fue tan bueno para los Estados. Si algún técnico tiene que pagar esta “pelada”, que lo haga. Esto es política de Estado.
* Si es necesario agregar el factor de equidad o de “venta” de nuestros excedentes o, simplemente, dejar como está el Anexo C, pero en cada Acuerdo Operativo debe dejarse, en forma clara, la nueva modalidad.
Camino
El camino razonable a seguir, desde el 2025, es el de disminuir los costos al máximo, en ambas binacionales, y vender los excedentes a un precio justo.El camino razonable a seguir, desde el 2025, es el de disminuir los costos al máximo, en ambas binacionales, y vender los excedentes a un precio justo.
(*) Ingeniero agrónomo, electricista y licenciado en Teología. Msc en Planificación y cursante en lenguas semíticas Universidad Hebrea de Jerusalén. Ex Superintendente de Energías Renovables de IB.