Cargando...
Los productos provenientes de China representaron entre el 29% y el 34% del total importado por nuestro país, alcanzando su punto más alto en 2023. Esto evidencia la consolidación de China como el principal proveedor de bienes para el país, especialmente en maquinarias, tecnología y productos manufacturados. Por el contrario, las exportaciones paraguayas han sido marginales, con una participación que fluctúa entre el 0,13% y el 0,29% del total exportado, alcanzando su valor máximo en 2021.
En el gráfico de evolución conjunta de exportaciones e importaciones, se observa una brecha significativa entre ambos flujos. Las importaciones desde China muestran una tendencia creciente, con el mayor volumen registrado de US$ 15.000 millones, mientras que las exportaciones han permanecido prácticamente estancadas. Este comportamiento refleja la falta de capacidad estructural del país para diversificar su base exportadora y competir en mercados internacionales de mayor complejidad.
La balanza comercial entre Paraguay y China refuerza estas conclusiones al evidenciar déficits constantes y significativos. En 2023, el déficit alcanzó su punto más alto, con un saldo negativo de US$ 5.093 millones. Este resultado demuestra la inexistencia de estrategias efectivas para fomentar el acceso de productos paraguayos al mercado chino. Este patrón de déficits recurrentes es insostenible a largo plazo, especialmente si no se implementan políticas que promuevan la diversificación productiva y la mejora en la competitividad de productos nacionales que, desde hace años, se encuentra supeditada a cuestiones diplomáticas en detrimento de las comerciales.
En línea con la anterior, la posición de China es clara y radica en rechazar cualquier relación diplomática con aquellos países que admiten la independencia de Taiwán. Además, consideran una afrenta cualquier acercamiento a los intereses de la región insular.
Con respecto a las relaciones diplomáticas de Paraguay con Taiwán, datan del año 1957 en el marco de la “democracia sin comunismo”. Tras más de 60 años, Paraguay es el único país de América del Sur que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán. Esto, a pesar de los intentos de acercamiento con el país asiático, muchos de ellos propiciados por la Cámara Cultural Comercial e Industrial Paraguayo-China.
Por tanto, los vínculos diplomáticos y comerciales mantenidos con Taipéi han impedido el total relacionamiento de Paraguay con la República Popular China. Es de recordar que el gigante asiático se encuentra en conflicto con Taiwán desde 1945, debido a que lo considera una provincia rebelde que pertenece al histórico territorio de China.
Ingreso al mercado del gigante asiático y perspectivas
El comercio con China plantea tanto oportunidades como desafíos para Paraguay. Por un lado, la relación con el gigante asiático ofrece acceso a bienes manufacturados y tecnologías que impulsan sectores clave como la construcción y la agricultura. Por otro lado, la dependencia de las importaciones y la marginalidad de las exportaciones resaltan la necesidad de transformar la estructura productiva del país. La promoción de la agroindustria, el desarrollo de energías renovables y la mejora en la infraestructura logística podrían posicionar a Paraguay como un actor más competitivo en el comercio global.
Desde una perspectiva regional, América Latina enfrenta desafíos similares. Si bien China se ha consolidado como un socio estratégico, su modelo de desarrollo industrial ha afectado la competitividad de numerosos sectores en la región. La proliferación de manufacturas chinas, facilitada por políticas como subsidios, créditos preferenciales y depreciación cambiaria, ha desplazado a exportadores latinoamericanos de mercados clave, especialmente en sectores como la manufactura y la tecnología. Este fenómeno ha sido particularmente evidente en México, Centroamérica y el Caribe, donde las pequeñas y medianas empresas enfrentan una competencia desigual frente a las industrias chinas. A largo plazo, la sostenibilidad de la relación comercial entre América Latina y China dependerá de la capacidad de los países de la región para diversificar sus exportaciones y reducir su dependencia de las materias primas. Esto requiere no solo de una mayor inversión en innovación y tecnología, sino también en la implementación de políticas comerciales que fomenten el acceso a nuevos mercados y la integración en cadenas de valor más complejas. Para Paraguay estos desafíos son aún más urgentes, dados los déficits recurrentes en su balanza comercial y la limitada diversificación de su economía.
A modo de remarcar, el análisis de los datos disponibles pone de manifiesto la naturaleza asimétrica de la relación comercial entre Paraguay y China. Mientras que las importaciones desde el gigante asiático continúan creciendo, las exportaciones paraguayas permanecen estancadas, lo que genera déficits significativos y una dependencia estructural. Superar estos desafíos requerirá una estrategia integral que combine políticas de diversificación productiva, mejora en la competitividad y promoción de acuerdos bilaterales. Solo mediante estas medidas, Paraguay podrá aprovechar de manera más eficiente las oportunidades que ofrece su relación con China, transformando los retos actuales en motores de desarrollo económico.
Déficit
El año pasado, el déficit comercial entre Paraguay y China alcanzó su punto más alto, con un saldo negativo para nuestro país de US$ 5.093 millones.
Sostener
A largo plazo, la sostenibilidad de la relación comercial entre América Latina y China dependerá de la capacidad de países de la región para diversificar su exportación.