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“Brasil es el país que va a hacer la mayor revolución energética del planeta tierra. No hay nadie que pueda competir con Brasil”, afirmó Lula en una ceremonia celebrada en la Base Aérea de Brasilia.
Al acto asistieron el vicepresidente Geraldo Alckmin, así como varios ministros del Gobierno, y la exmandataria y actual jefa del Banco de Fomento del grupo BRICS, Dilma Rousseff, entre otras autoridades.
El plan, presentado por el Ministerio de Minas y Energía como “el mayor programa de descarbonización del mundo”, pretende “desbloquear” inversiones por un valor de 260.000 millones de reales (US$ 47.000 millones).
En este sentido, empresas del sector firmaron este martes cartas de intención para invertir en el área de biocombustibles.
La bautizada como Ley del combustible del futuro fue aprobada en septiembre por el Parlamento y busca reducir la dependencia de hidrocarburos fósiles a través de la producción de nuevos combustibles sostenibles.
Entre las nuevas fórmulas figuran el diésel verde, producido mediante la transformación de grasas de origen vegetal y animal, la caña de azúcar y otras biomasas; el biometano, como alternativa al gas natural; y un combustible sostenible para el sector de aviación.
“Brasil se posiciona en el mundo como una gran potencia de energía limpia y renovable” y sienta “bases sólidas para atraer inversiones para la economía verde” , dijo en el acto el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira.
Las emisiones brutas de gases de efecto invernadero en Brasil alcanzaron las 2.300 millones de toneladas en 2022, un 8% menos con respecto a 2021, según los últimos datos disponibles del Observatorio del Clima, la principal red de la sociedad civil brasileña en el área, añade.
Futuro
La bautizada como ley del combustible del futuro fue aprobada en septiembre por el Parlamento y busca reducir la dependencia de hidrocarburos fósiles.