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Al ser el seguro un contrato del tipo aleatorio, si el siniestro no se produce, el asegurado, al extinguirse la póliza, habrá pagado la prima sin ningún retorno. En contrapartida, si sufriera un siniestro percibirá una contraprestación o indemnización en virtud del contrato hasta si se quiere muy superior a lo que abonó como prima. Por ello, al ceder o transferir el asegurado su riesgo, es vital determinar, no solo el “que” está cubriendo, no solo el “cuánto” está asumiendo, sino más importante aún es el “cuándo” o desde cuándo lo asume.
Así el Código Civil Paraguayo establece en su artículo 1562 “… La responsabilidad del asegurador comienza desde las veinte y cuatro horas del día en que se inicia la cobertura y termina a las veinte y cuatro horas del último día del plazo establecido, salvo pacto en contrario…”. Al hablar de veinte y cuatro horas (24:00 hs) en el Código Civil, debemos guiarnos por la conversión internacional en donde 24:00 hs equivale a 12:00 AM, es decir con este criterio la cobertura comienza a las 12:00 AM del día que se inicia la cobertura y termina a las 12:00 AM del último día del plazo establecido.
Por ello la determinación de ese comienzo o inicio temporal del contrato hace que antes de ese tiempo o después del mismo nada estará cubierto; de allí la importancia del criterio del “tiempo”, inclusive traducido en horas y minutos y que constituyen plazos de carácter perentorios cuya expiración hace decaer cualquier derecho, es decir, delimita el periodo durante el cual el asegurador es responsable de indemnizar al asegurado por los siniestros ocurridos. Si no se renueva o extiende el contrato, el asegurador no tendrá obligación de cubrir eventos posteriores a este plazo.
Pero la normativa también presenta una excepción al utilizar el termino “salvo pacto en contrario”, esto otorga cierta flexibilidad ya que las partes pueden acordar condiciones diferentes, como un inicio inmediato de cobertura, o una extensión del período de vigencia sobre el cual el asegurador es responsable. Esto es ventajoso en situaciones donde se aplica la retroactividad o bien periodos de mantenimiento en seguro de todo riesgo de la construcción.
Pero esta “línea de tiempo” no es imaginaria, está claramente especificada en la póliza de seguros que no puede discutirse, es un plazo pactado, acordado, predeterminado sin condiciones y sobre el cual se fija la prima a pagar, pues el costo del seguro depende de alguna manera del tiempo (vigencia) que el asegurador estará asumiendo el riesgo.
Tal es la coercitividad de la norma que, si el siniestro se hubiere producido al tiempo de su celebración o hubiere desaparecido el riesgo, el contrato será nulo, es decir no tendrá validez pues deja de lado el principio universal del seguro de indemnizar un acontecimiento “incierto y futuro”. La eventualidad de ocurrencia de un siniestro lo hace asegurable en tanto la mayor o menor probabilidad de que ello ocurra determina una mayor o menor prima o costo de seguro a pagar.
Por tanto, el primer requisito, aun antes del perfeccionamiento del seguro, es determinar con claridad su vigencia o plazo temporal que asumirá el asegurador a partir de la formalización del contrato de seguros.
Plazo
El primer requisito aun antes de perfeccionar el seguro es determinar con claridad su vigencia o plazo temporal que asumirá el asegurador.
(*) Abogado.