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Es que, la estructura delictiva que se compone de una organización jerarquizada para corromper el sistema económico-financiero se encuentra perfeccionando varios tipos de desarrolladores de malware para la programación de códigos maliciosos, amparándose en herramientas spammers (cadena de distribución), para la formulación de anuncios falsos, etc.
Atento a ello, en la dark web se puede hallar una gran infraestructura criminal que revela servidores ladinos para que los cibercriminales puedan actuar de manera anónima y operativa. Asimismo, en dichas instancias (negativas) se involucra a terceras personas que pueden ser contratadas para el injusto de lavado de criptomonedas.
El reclutamiento a través de la dark web se ha transformado en un eje determinante para asegurar que la ganancia ilícita se concrete hasta llegar al beneficiario final, pues bien, todo lo que rodea al sistema (fraudulento) de la zona oscura, involucra a las ganancias obtenidas a raíz de hechos subyacentes, y es por tanto, que, los servicios de hacking son los más requeridos, en vista a las diversas habilidades técnicas en programación que dificultan el rastreo.
Por consiguiente, la determinación delictual del lavado de activos, que opera una vez obtenido el “producto” de una actividad fraudulenta para luego transformar su apariencia de origen ilegal, encamina la indudable adquisición de los servicios de la dark web para la conversión, utilizando una primera acción que envuelve a la cantidad obtenida a partir de un delito fuente, y que luego busca introducirse dentro del terreno financiero (lícito). En este punto, se proponen varios aspectos irregulares, como el cambio de divisa, la utilización de circuitos de juego online o casinos virtuales.
Así, para una estratificación indebida, los fondos irregulares se diversifican en una conversión y/o mediante transferencias entre cuentas electrónicas, lo que efectiviza el lavado de activos. Entonces, se puede deducir que todo el efecto negativo se impone desde los servicios en deep web, pues bien, ocupa un movimiento común de criptomonedas.
También hemos de exponer que la dark web puede constituir un “espacio” que permite el flujo del tráfico de drogas, considerando la elevada (complejidad) de seguir el rastro de los ciberdelincuentes, en vista a que la red permite la “clandestinidad”. Por otra parte, los (agentes) que acuden a esta fuente oscura pueden mantenerse encubiertos utilizando “the privacy coins” como “Monedero”, lo que implica el manejo anónimo de “criptomonedas” y/o las transferencias de activos difíciles de advertir.
Por ende, estos elementos son de gran dominio por parte de las organizaciones delictivas que precisan del flujo financiero irregular para financiar sus actividades que afectan al debido orden económico y al Estado de derecho. En tal sentido, la dark web propicia la distribución de criptomonedas deshonestas con los diversos monederos aparentes, que permiten la primera fase del blanqueo, evitando la exploración.
Es por tanto que la dark web potencia el ocultamiento de las huellas financieras, exponiendo al blanqueo como servicio, estableciéndose una comunicación a través de una mensajería que asegura el completo anonimato. Entretanto, el Bitcoin resulta el activo más pretendido para el blanqueo en la dark web, puesto que ofrece un sistema descentralizado cuyo flujo se amplía a través de fronteras no rastreables.
Ahora bien, este sistema ofrece ciertos sitios en la web que incluyen foros específicos para lavar activos, así como la conversión del origen y destino de las criptomonedas. Es decir, atendiendo a que nos encontramos ante un ecosistema digital, lo relevante se conecta por medio de la seguridad de la información personal como punto característico de lo clandestino del Internet.
Definitivamente, la dark web se ha transformado en una amenaza diaria, por conformar la parte oculta del Internet que no está indexada por los motores de búsqueda acostumbrados. Igualmente, esta temática fraudulenta propicia la facilidad de redes de crédito, que incide en la mutación de créditos a través de (terceros) que son alcanzados desprevenidamente, para permitir el lavado de ganancias de delitos fuentes.
Por todo ello, debemos comprender que las organizaciones criminales se han potenciado a través de estos canales clandestinos, que también encaran desde el mercado de cuentas bancarias, y que ocupan una vía transaccional para que las redes de crédito generen las operaciones de los cibercriminales, creando identidades falsas para mulas de crédito. Finalmente, se puede esbozar que la naturaleza de la dark web se ha constituido en un caldo de cultivo para las actividades criminales, por ser (difícil) de rastrear.
Amenaza
La dark web se ha transformado en una amenaza diaria, por conformar la parte oculta del internet que no está indexada por los motores de búsqueda acostumbrados.
Bancarias
Las organizaciones criminales se han potenciado a través de estos canales clandestinos, que también encaran desde el mercado de cuentas bancarias.
(*) Docente investigador de la carrera de Derecho de la Universidad Americana. Doctor en Derecho. PosDoctor en Ciencias (PD Cs.) - Mención Investigación Científica. Magíster en Ciencias Penales. X: @MatiasGarceteP