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En la edición anterior se abordó sobre los primeros impactos para el Paraguay tras haber alcanzado el grado de inversión. Las implicancias van desde lo observado en el corto, mediano hasta el largo plazo. En tal sentido, como incidencia de manera inmediata, la cotización y rendimiento de los bonos soberanos en guaraníes y en dólares reflejaron la nueva calificación crediticia del país.
En la primera semana, posterior a la mejora del perfil crediticio, la cotización de los bonos en moneda nacional había registrado un incremento de 0,35%. En tanto que el rendimiento se redujo de 7,24% a 7,17%. Es de mencionar que estos papeles del Tesoro se presentan con poca liquidez por su reciente incursión en los mercados internacionales en moneda nacional. De hecho esta colocación había sido realizada en febrero pasado a 7 años de plazo y a una tasa de 7,90%.
En cuanto a los bonos soberanos en dólares, la dinámica había sido igual, tanto para los títulos con vencimientos en abril 2026, abril 2031 y enero 2033. Al comparar la tasa del bono paraguayo y que se acerca a las condiciones del título del Tesoro americano de 10 años, la diferencia de la tasa o el spread era de aproximadamente 2%.
El comportamiento descrito fue un reflejo de que los inversores internacionales están dispuestos a recibir menos compensación por su dinero porque Paraguay se ha vuelto más seguro al ubicarse entre los países con grado de inversión.
Es de recordar que en el 2013 se había registrado la salida inaugural de los bonos soberanos en el mercado internacional. En aquella ocasión los títulos fueron colocados a una tasa de 4,65% cuando Estados Unidos cotizaba a 0,80%, lo que había dado un spread de alrededor de 3,60%. El país fue creciendo y los inversionistas conociendo a Paraguay como emisor. Desde entonces, la mirada no solo ha estado en la situación económica del país, sino lo que ha hecho con sus bonos en 11 años desde la primera colocación.
En este mismo sentido, la mejora de la calificación también se trasladaría en mejores condiciones para los bonos corporativos de empresas que emiten en el mercado internacional. A decir se beneficiarían con el incremento del precio de sus bonos así como una tasa de interés más baja.
Impactos a mediano y largo plazo
En una segunda etapa y de mediano plazo se presenta un escenario auspicioso también para el sistema financiero y que está vinculado a la posibilidad de contratar créditos en el exterior. Esto, al considerar el interés que ya despierta el país en los grandes fondos de inversión, que solo aterrizan sus capitales en economías con grado de inversión como es el caso ahora de Paraguay.
Por mencionar y de acuerdo con el último informe World’s Top Asset Management Firms, elaborado por ADV Ratings, las diez primeras gestoras del mundo manejan un patrimonio de 44 billones de dólares, siendo siete de las primeras diez de origen estadounidense.
Los bancos forman parte del grupo que captan más fácilmente recursos.
En Paraguay ya existen instituciones con un tamaño interesante para los grandes fondos de inversión y que incluso manejan alrededor de US$ 2.000 millones. Si antes de que el país obtenga el grado de inversión tenían un limitado número de opciones, tras esa calificación se ampliaron considerablemente sus alternativas de financiamiento. Desde que puedan emitir por primera vez en los mercados internacionales hasta realizar préstamos directos.
El escenario de condiciones financieras mucho más favorables también se debería trasladar a las empresas y personas, al público en general del país.
Como una tercera etapa dentro de los impactos esperados se genera otro escenario, el del financiamiento a largo plazo para nuevas empresas o la potenciación de las ya existentes.
Es de mencionar que muchos de estos fondos cuentan con administradoras de activos que adquieren acciones de empresas o realizan inversiones en determinados sectores económicos. Con bajas tasas de financiamiento, las empresas se animan a llevar adelante proyectos con la correspondiente generación de empleo y aumentando la valorización de activos.
Dentro de todo este contexto, igualmente se presentan algunos riesgos que deben ser analizados y considerados como la entrada y salida de capitales con el consecuente impacto en el mercado cambiario.
Por ello es necesario ajustar las normativas vigentes en el país, además de replicar políticas implementadas en naciones ya con años de grado de inversión y que han podido administrar los mencionados y otros riesgos.
“En Paraguay, el movimiento de dólares es de US$ 50 millones por día. Si se vende o compra US$ 200 millones en un día, se puede desestabilizar el sistema cambiario. Paraguay es un país chico para un mundo muy grande. Hay manera de resguardar eso. Los uruguayos con grado de inversión han sido consistentes en mantener su calificación crediticia porque tienen normativas para evitar los ataques especulativos y que pueden servir al país como modelos para replicarlos”, enfatizó el economista y exministro de Hacienda Manuel Ferreira.
Favorables
El escenario de condiciones financieras mucho más favorables también se debería trasladar a las empresas y a las personas, al público en general de nuestro país.