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Tuve la oportunidad de visitar dos de las centrales hidroeléctricas más importantes de Asia Central por invitación del Ministerio de Energía de Tayikistán para presentar en el Tercer Congreso Internacional de Alto Nivel de la Década de Acción “Agua para el Desarrollo Sostenible” realizado los pasados días 10-14 junio de 2024 en Dushanbe, Tayikistán.
La primera represa fue Rogun, aún en construcción, proyectada a ser la más grande de Asia Central. La misma está siendo construida entre montañas y una vez terminada será la represa más alta del mundo, con 335 metros de altura. La casa de máquinas se encuentra dentro de las montañas y el emprendimiento comprende las subestaciones y líneas de transmisión; dos turbinas se encuentran en operación por lo que ya existe una producción y distribución de energía. La culminación total de la obra y su completo funcionamiento se prevé para el año 2031-2032.
La segunda represa visitada fue Nurek, que se encuentra totalmente operacional, tras una repotenciación alcanza 3.000 MW. Dicha Central Hidroeléctrica también se encuentra ubicada entre montañas y recibe agua de los glaciares, lo que da a su embalse un color de azul cristalino que atrae a numerosos turistas. Tiene 304 metros de altura lo que actualmente le permite ser la represa de mayor altura del mundo. En la visita a Nurek fui acompañada por la viceministra de Energía de Tayikistán y nos recibieron el Director General y el Jefe Técnico de Nurek.
Ambas represas pertenecen a la República de Tayikistán y las dos se encuentran ubicadas en el río Vakhsh, un río internacional. En cuanto al nuevo emprendimiento Rogun, es la primera en la cadena de otras represas ubicadas en ese río Vakhsh. Actualmente no existe objeción de los demás países ribereños porque dicha represa ayudará a regular los niveles del río y el manejo se realizará teniendo en cuenta todo el sistema de operaciones de las demás represas, así como los usos múltiples del río (no sólo producción hidroeléctrica sino también irrigación para agricultura) y tras la firma de una declaración internacional todos los países ribereños prestaron su consentimiento para el desarrollo de Rogun.
Los desarrollos hidroeléctricos de Tayikistán otorgan datos muy parecidos a los de Paraguay. Ambos países tienen y dependen 100% de la generación hidroeléctrica en su matriz energética, 90% en caso de Tayikistán; ambos países luego de consumir lo que necesitan, exportan su energía hidroeléctrica a los países vecinos; y ambos no son países industrializados, por lo que su contribución a los impactos de emisiones es insignificante.
En cuanto a la capacidad instalada, Rogun es de 3.700 MW y Nurek de 3.000 MW, y con las demás represas en el mismo río, conforme a lo informado, llegan a 9.000 MW. Si la comparamos con tan sólo una de las represas con la que cuenta el Paraguay, como Itaipú, de 14.000 MW, vemos cómo aún las represas de Asia Central están lejos de alcanzar esa capacidad. Los embalses de dichas represas de Asia Central también son muchos más pequeños en comparación a Itaipú, por lo que es la altura en las que están construidas lo que les permite potenciar su generación. Ahora bien, como estas represas de Asia Central son represas estatales, los presupuestos de operación están muy por debajo de los presupuestos de nuestras binacionales. Nurek tiene un costo anual de US$ 25 millones en comparación a unos US$ 1,5 billones aproximadamente sólo en gastos de explotación anual de Itaipú. Las represas de Tayikistán son manejadas por operadores que dependen de una organización central, la cual se encarga de todas las represas en cadena del río, eso hace que Nurek, por ejemplo, opere tan sólo con 25 funcionarios, en comparación a aproximadamente 1.600 personas, sólo de la margen derecha de Itaipú; evidentemente la mayor capacidad instalada y envergadura de Itaipú también explica la diferencia.
No obstante, las ventajas que otorga Itaipú, además de la producción cuantiosa de energía renovable muy necesaria para las poblaciones, es la inversión que hace no sólo en los servicios de manejo hidrológico, sumamente necesarios, ya que en muchos casos estos no existen a nivel de comisiones de cuencas, sino además proveen servicios ecosistémicos, acciones de responsabilidad social y obras para desarrollo regional. Es más, Itaipú es una de las únicas represas que tiene acciones en los 17 objetivos de desarrollo sostenible y eso la hace ejemplar a nivel mundial.
En conclusión, toda represa realmente es una maravilla de la ingeniería humana y las centrales hidroeléctricas seguirán cumpliendo un rol muy importante, sobre todo con la mayor demanda de energía ante un constante creciente población humana. El desafío estará en el continuo manejo integral y optimización de los recursos hídricos. Una impresionante experiencia fue la vivida para conocer otras represas en diferentes regiones del mundo, pero también para valorar aún más lo que tenemos en nuestra tierra.
(*) Abogada, especialista en derecho internacional y exconsejera de ITAIPÚ