La apropiación indebida de Itaipú

Cuando el 7 de junio de 1494 las grandes potencias de la época, Castilla y Portugal, llegaron a un acuerdo para repartirse las zonas de navegación y los territorios del “nuevo mundo”, quedó sellado el destino del Paraguay.

Para construir la Central Hidroeléctrica Itaipú se sacrificó un maravilloso ecosistema boscoso.
Para construir la Central Hidroeléctrica Itaipú se sacrificó un maravilloso ecosistema boscoso.Gentileza

Cargando...

Portugal marcó sus huellas en la República del Paraguay con desmembraciones, invasiones, guerras, holocaustos, inmolaciones. Sus súbditos llegaron al Brasil en 1500 para colonizar a sus habitantes que declararon su independencia en 1822.

Tanto súbditos imperiales como colonizados, son caras de una misma moneda.

En diciembre de 1864, la objeción paraguaya a los intereses brasileños culminó en 1865 en la guerra del Paraguay contra la Triple Alianza (Brasil, Argentina y Uruguay).

Arrasado en la Guerra Guasu, el Paraguay no entregó su estandarte para renacer sobre sus cenizas como un país soberano e independiente.

Las pérdidas materiales y espirituales ocasionadas por los imperios de Portugal y del Brasil al Paraguay seguirán invariables a través del tiempo y en la memoria del pueblo paraguayo. Nadie, hasta hoy día, causó tanta desgracia y daño al Paraguay.

1) Cronología de los daños

El Tratado de límites de 1872 (Loizaga- Cotegipe) con el imperio del Brasil conservó en territorio nacional el Salto del Guairá;

El Tratado complementario de mayo de 1927 (Ibarra- Mangabeira) y el Protocolo de 1930 (Moreno-Mangabeira) para la remarcación del Tratado de límites de 1872, fue ejecutado en 1933 para incorporar el Salto del Guairá en territorio brasileño;

En febrero de 1962, bajo protestas del Paraguay, el “Jornal do Brasil” informa sobre aprovechamiento unilateral del Salto;

El presidente João Goulart (1961-1964), el 19 de septiembre de 1962 declaraba que los Saltos estaban íntegramente dentro del territorio brasileño;

Pretendiendo aplacar las protestas, casi dos años después, el 19 de enero de 1964, el presidente Goulart decide compartir con Paraguay la explotación hidroeléctrica del Salto;

El 1 de abril de 1964, es destituido Goulart;

En junio de 1965, Brasil irrumpe en territorio nacional para apropiarse del Salto del Guairá;

Por pedido del gobierno, que exigía el retiro de los invasores, en mayo de 1966, el canciller americano Dean Rusk acude al Paraguay;

Rusk, por su experiencia, continua como canciller de Lyndon B. Johnson. A más de Vietnam, Rusk, que lidiaba con la presencia soviética en Cuba, inexplicablemente se le abrió otro frente: la invasión brasileña de un socio que batallaba junto a su ejército para pacificar a Santo Domingo;

El 22 de junio de 1966, Juracy Magalhaes y Sapena Pastor acuerdan el Acta Final de Foz de Yguazú y el gobierno acepta como copropietario del Salto del Guairá al Brasil;

El canciller americano entendió como cerrado el caso de la invasión; sin embargo, la tropa invasora permaneció en su sitio y no se resolvió la delimitación del Salto del Guairá;

Brasil, que no podía costear una usina hidroeléctrica en el Salto del Guairá, cambió de planes: de motus propio, decidió concretar la explotación del río Paraná a costa del hundimiento de las cataratas del Salto, del bosque Atlántico y el desarraigo de poblaciones completas que vivían de la selva. No consideraba viable al Paraguay para el aprovechamiento turístico de las cataratas del salto.

En compensación, en el espacio no delimitado entre las altas cumbres y las bajas cumbres crearon el refugio binacional Mbaracayú, cuyo propietario de facto es el Brasil.

Para beneficiar al vecino país, se sacrificó un maravilloso ecosistema boscoso, con diversas faunas, albergue de comunidades nativas. Irreparable daño ambiental sufrido por el planeta, en especial el Paraguay.

2) Los embustes del mañoso socio

Itaipú, cancelada su deuda, de acuerdo con la revisión del Anexo C, deja de pagar el exagerado costo del servicio de electricidad.

Sin esta deuda anual, unos US$ 2.000 millones, el costo del servicio de electricidad de US$ 3.291 millones se reduce a unos US$ 1.291 millones sin afectar los compromisos a las partes de pago por royalties, gastos de explotación, resarcimientos y utilidades de capital.

Pagadas las obras, la tarifa de la potencia eléctrica de US$ 22,60 el Mw mes disminuye a unos US$ 8,8 el Mw mes, tarifa real para los consumidores quienes no cesan de reclamar el abusivo costo del servicio de electricidad.

Por otro lado, en 1986, nuestro gobierno, sin objeciones, aceptaba la adición de US$ 4.193,5 millones en el pasivo de Itaipú. Considerado como deuda “espuria” por la CGR, el prestamista Eletrobras lo justificaba como préstamo ocasionado por las empresas compradoras, en un 98% brasileñas, que adquirían la electricidad por debajo del costo el servicio de electricidad.

En realidad, la suma correcta por la venta por debajo del costo del servicio de electricidad no excedía los US$ 500 millones. El dinero restante, unos US$ 3.500 millones, fue directo al bolsillo del socio condómino.

Acreedor y moroso a la vez, la Eletrobras, consiguió trasladar hasta Ibiuna, desde la Sub Estación de Foz de Yguazú, 810 kilómetros, la producción de la represa hidroeléctrica para hacer viable el desarrollo del municipio de San Pablo, centro neurálgico de las empresas paulistas.

La deuda oficial, por la construcción y puesta en marcha de la represa representó a la binacional hidroeléctrica la friolera de US$ 63.500 millones. La última cuota pagada por los consumidores, sucedió el 28 de febrero de 2023.

Era costumbre encarecer el costo del servicio de electricidad. En épocas ideales ingresaban a la empresa US$ 3.443 millones y no los US$ 3.291 millones presupuestados. Esta estratagema aumentaba el costo del servicio de electricidad en US$ 152 millones. Así, Itaipú, una entidad sin fines de lucro, obtenía beneficios indebidos. Sus autoridades encubrieron estas utilidades como “gastos sociales”, figura inexistente en el Tratado.

3) Los gastos sociales

Uno de los temas más controversiales de los últimos 15 años en nuestro país es lo que se conoce como “los gastos sociales de Itaipú”, creado en 2005 por la canciller Leila Rachid y el embajador brasileño en Paraguay. El acuerdo incorporaba a los gastos sociales como componente de los gastos de explotación y de la tarifa de la Itaipú. El absurdo propósito fue descalificado por el Senado de nuestro país.

El presupuesto de gastos sociales es igualitario entre ambos países y la distribución compete a la administración de la Itaipú en cada país, según sus propias prioridades. Sin embargo, de las iniciativas ilegales del 2005 solo sacaron provecho el círculo áulico de los gobiernos de turno.

4) Conclusión

Para poner fin a este desatino, amerita una política de Estado que beneficie al país y no al Brasil. Por todo ello, proponemos:

1- Comprar de Itaipú la totalidad de la energía que nos corresponde;

2- Exportar a precio de mercado y no ceder a US$ 11 el MWh la energía no consumida;

3- La exportación significaría anualmente unos US$ 1.875 millones (25 millones de MWh x US$ 75);

4- El pago mínimo por el costo de la energía que consumimos.

Brasil

Para beneficiar al Brasil, se sacrificó un maravilloso ecosistema boscoso, con diversas faunas, albergue de comunidades nativas.

Tarifa

Pagadas las obras, la tarifa de la potencia eléctrica de US$ 22,60 el Mw mes disminuye a unos US$ 8,8 el Mw mes, tarifa real para los consumidores.

juanantoniopozzo@gmail.com

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...