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El informe enfatiza en que nuestra región avanzó lenta, aunque firmemente, en solucionar primero los desequilibrios provocados por la pandemia de covid-19, en un entorno internacional que recién ahora comienza a mostrar señales de estar estabilizándose. No obstante, aún queda mucho por hacer, como corregir desequilibrios fiscales, recuperar puestos de trabajo perdidos, retomar los avances logrados en reducción de pobreza de la década anterior y, lo más importante, hallar nuevas fuentes de expansión, ya que la región no está logrando atraer segmentos de las cadenas de valor. Todos estos factores apuntan a una importante agenda de reformas que la región ha aplazado durante décadas. Agrega que durante el 2023 el crecimiento en la mayoría de los países de ALC se mantuvo moderado, en buena medida debido al débil desempeño de la inversión y el consumo. Si bien en la mayoría de los países la recuperación de la pandemia dependió de un fuerte rebote de la demanda interna, del tercer trimestre de 2022 al tercer trimestre de 2023, la inversión y el consumo permanecieron bajos, en parte debido a políticas monetarias más estrictas y mercados laborales poco dinámicos. Para fines del año pasado, estaba teniendo lugar una recuperación incipiente del consumo en algunas economías, gracias a un aumento de los salarios reales y disminuciones de las tasas de interés.
Al mismo tiempo, la resiliencia de la economía de EE.UU., así como la de China, incrementó la demanda de las exportaciones de algunos países como Brasil y Colombia. A excepción de Argentina, todas las grandes economías de ALC mejoraron su posición externa.
Con relación a Paraguay, el organismo proyecta un crecimiento económico del 3,8% para nuestro país, similar a la proyección oficial, para este año.