Naturaleza económica del seguro

El “seguro” es, sin duda, en el lenguaje corriente, un contrato, “contrato de seguro”, donde una de las partes se obliga, mediante cierta prima, a indemnizar a la otra de una pérdida o de un daño o de la privación de un lucro esperado que podría sufrir por un acontecimiento incierto. Pero también es una actividad económica extensamente desarrollada en el mundo entero. Un fenómeno jurídico-económico, una poderosa máquina económica que descansa en la tradición, en las matemáticas, en el derecho y en la técnica actuarial, pero ha estado, quizás, mayormente influenciado por el derecho, como “parte de” los denominados contratos comerciales.

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Si bien de carácter sui generis desde sus orígenes remotos, pues nace no como una consecuencia de los actos humanos (pre-historia del Derecho), sino como mecanismo de reducir el inevitable temor y la ansiedad hacia lo incierto y lo desconocido desde sus primeros vestigios hacia el año 5.000 a.C. en China y en un sentido más formal en el Código de Hammurabi alrededor de 1.750 a.C., habiendo evolucionado tan extensamente, en vertientes diferentes, pero entrelazadas entre sí, como ser su ámbito empresarial propiamente dicho, su ámbito técnico / actuarial y su ámbito contractual.

Pero lo cierto es que de alguna manera el seguro se circunscribe a la naturaleza económica, por las contribuciones necesarias para cubrir las emergencias futuras, a través del aporte mutuo de los asegurados que constituye la masa de aportaciones regulado en un contrato, libre, de adhesión y obligatorio, pero siempre con el acuerdo de voluntades, que constituyen las pólizas, que en su conjunto conforman el fenómeno económico del seguro. Esta formidable maquinaria de “asunción de riesgo” descansa sobre complejas estructuras administrativas, técnicas, comerciales y de logística, contribuyendo a la generación de empleo y formación a miles de ciudadanos y cientos de proveedores que intervienen principalmente en la cadena de atendimiento de los siniestros ocurridos por lo que podríamos definir entonces es seguro, desde un aspecto económico, como el conjunto de operaciones que se realizan en el comercio del riesgo, tendientes a organizar existencias económicas actuales para atender las prestaciones y obligaciones creadas por la ley o por contrato, con relación a eventos posibles y futuros incluidos en el riesgo.

Así, el impacto del sector seguros en la economía de nuestro país, en la relación producción de primas frente al PIB en dólares USA a precio de mercado equivale a 1,08% al 2023 con una disponibilidad cercana a los 459.485 millones de guaraníes, más las inversiones en renta fija y variable que acumula un total de 2.546.093 millones de guaraníes y con siniestros pagados de más de 1.543.692 millones de guaraníes, esto último sumamente importante en cuanto a que contribuye plenamente al resarcimiento de las pérdidas patrimoniales sufridas por los asegurados como consecuencia de los siniestros ocurridos y naturalmente se redistribuye directa e indirectamente en todo el ámbito comercial contribuyendo así con la economía del país. Todo esto independiente a su contribución tributaria en materia de Impuesto al Valor Agregado, Renta Empresarial y Remesas al Exterior.

Pero esa disponibilidad de fondos, así como las inversiones, que tienden a asegurar la solvencia del sector, regulado y controlado por las normativas de la Superintendencia de Seguros, hacen necesario constituir un fondo de garantía, es decir una reserva en efectivo para hacer frente principalmente a los siniestros, pero a su vez convierte a la industria de seguros en un protagonista importante del sector financiero contribuyendo al movimiento constante de instrumentos de inversión y colaborando de esta manera al crecimiento del sector bancario y al fortalecimiento del mercado de valores.

Impacto

El impacto del sector seguros en la economía del país, en la relación producción de primas frente al PIB a precio de mercado, equivale a 1,08% al 2023.

(*) Abogado.

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