Deuda pública y el proceso de migración a moneda local

La crisis sanitaria provocada por covid-19 reconfiguró el escenario económico internacional. Entre las variables que sufrieron importantes cambios destaca el aumento de la deuda pública mundial, debido primero a las agresivas políticas fiscales impulsadas por los gobiernos para mitigar el impacto de la pandemia y en la poscrisis, para dar impulso al crecimiento y reaccionar ante la ola inflacionaria.

Regiones emergentes y en desarrollo seleccionadas: deuda bruta del gobierno general
Regiones emergentes y en desarrollo seleccionadas: deuda bruta del gobierno generalArchivo, ABC Color

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Al observar el comportamiento del endeudamiento público, en la mayoría de las regiones emergentes y en desarrollo, el nivel ha sido igualmente de un progresivo crecimiento.

En el caso de América Latina, de acuerdo con un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe - Cepal 2020, la deuda bruta del gobierno general pasó de un mínimo del 32,4% del producto interno bruto (PIB) en 2011 al 49,7% del PIB en el 2019. Este aumento estuvo explicado por condiciones como: el final del superciclo de los productos básicos y la desaceleración cíclica del crecimiento económico, combinados con un déficit fiscal elevado y persistente.

Mientras que la llegada de la pandemia en el 2020 aceleró el endeudamiento alcanzando el 60,3% del PIB, efecto de las medidas sin precedentes para fortalecer los sistemas de salud pública, apoyar a las familias y proteger la estructura productiva, lo que condujo a déficits fiscales sin precedentes.

En tanto que datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) dan cuenta de que la deuda pública mundial se ha triplicado desde mediados de 1970 y, a finales de 2022, se situaba en el 92% del PIB, equivalente a aproximadamente US$ 91 billones. Si bien, la carga de la deuda mundial se redujo por segundo año consecutivo, aún se encuentra por encima del nivel prepandemia.

Otro informe de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) revela que, en la actualidad, los acreedores privados poseen el 62% de la deuda pública externa, frente al 47% de hace una década. Además, la mitad de los países en desarrollo destinan un mínimo del 7,4% de sus ingresos por exportaciones al pago del servicio de la deuda pública externa.

Para el organismo internacional resulta preocupante el rápido crecimiento de los pagos de intereses, que superan a otros gastos públicos. “Es alarmante que algunos gobiernos se vean obligados a gastar más en el servicio de la deuda que en sectores críticos como el de salud o el de educación. Resulta inquietante que al menos 19 países en desarrollo destinen más dinero al pago de intereses que a la educación, y 45 destinen más a intereses que a gastos de salud”.

En línea con lo anterior, el informe de la Cepal “Deuda Pública y restricciones para el desarrollo en América Latina y el Caribe” refiere que la deuda pública denominada en moneda extranjera es considerable en algunos países, lo que aumenta la exposición a las fluctuaciones del tipo de cambio.

La proporción relativa de deuda bruta del gobierno general que está denominada en moneda extranjera, principalmente en dólares estadounidenses, es elevada en la región y supera los niveles de referencia que el Fondo Monetario Internacional ha establecido como alertas tempranas de vulnerabilidad, que oscilan entre el 20% y el 60% en la mayoría de los países.

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