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Los aspectos positivos o beneficios:
i) La central hidroeléctrica, que funciona con estándares técnicos de excelencia, fue y es fundamental para nuestra seguridad energética sostenible; permitió la electrificación del país con base en una fuente renovable y proporciona holgura en la generación eléctrica hasta por lo menos inicios de la próxima década;
ii) Itaipú proporciona también autosuficiencia energética, sin esta central estaríamos con más costosas instalaciones con base en otros recursos naturales y dependientes de importaciones de electricidad y/o hidrocarburos para generar electricidad;
iii) Se ha avanzado en negociaciones sobre algunos beneficios financieros. Se ha multiplicado por alrededor de 10 veces el valor por cesión de energía, en términos reales, partiendo del valor de 1973;
iv) Se ha aliviado a la ANDE de una considerable deuda financiera para financiar costosas inversiones en otras centrales substitutas. Cabe recordar que Acaray y Yacyretá ya no son suficientes para atender la demanda nacional, desde hace mucho tiempo;
v) Los beneficios financieros que se destinan al presupuesto de las administraciones públicas en todos los niveles y a la ANDE son recursos genuinos, pueden discutirse valores y calidad del gasto, pero los recursos se han transferido a los cofres públicos;
vi) Se obtuvieron beneficios de contratación de energía para ANDE, que ha abaratado la energía de Itaipú para Paraguay en varias centenas de millones de dólares (tal vez miles de millones de dólares);
vii) Muchas empresas nacionales se han desarrollado y se han beneficiado de transferencia de know-how y de tecnología de primer nivel en el mundo durante la construcción de la central y de otras obras relacionadas;
viii) La oportunidad de formación profesional de ingenieros nacionales (funcionarios de la entidad) con los mejores estándares mundiales;
ix) El país ha ganado notoriedad mundial al ser partícipe de una de las obras emblemáticas de la ingeniería del siglo XX a nivel global y se ha construido la imagen de un país con electricidad sostenible, limpia;
x) Dotación de una notable infraestructura en el área de influencia y, por último, pero no por eso menos importante,
xi) El Estado paraguayo (que incluye a la población) es propietario, en igualdad de participación, de uno de los principales activos del sector eléctrico en América Latina. Todos estos son, a mi entender, los principales beneficios.
Los aspectos negativos:
i) Hemos perdido uno de los más impresionantes monumentos naturales del mundo (los saltos del Guairá) que, lamentablemente, las últimas generaciones no los conocieron, tampoco las próximas y, en ese sentido, la ciudad de Saltos del Guairá no fue compensada con justicia por esa enorme pérdida (es uno de los temas pendientes para esta fase de revisión del Anexo C);
ii) Se han desplazado cerca de 40 comunidades Ava Guaraní Paranaenses y se ha destruido el tekoha guasu de esas comunidades. Habría que verificar la situación actual de estas comunidades y la deuda histórica que se tiene con ellos;
iii) Se ha perdido la oportunidad de aprovechar una transferencia tecnológica de primer nivel y cooperación técnica de mayor profundidad con la universidad nacional durante la construcción. La Universidad Federal de Paraná fue beneficiada por cooperación técnica de primer nivel, por ejemplo;
iv) Se continúa perdiendo la oportunidad de profundizar la cooperación técnica con las universidades nacionales. Durante la gestión de Ernst Bergen como director general se firmaron convenios de cooperación con la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y la Universidad Católica de Asunción (UCA), que lamentablemente fueron abandonados;
v) Se ha perdido la oportunidad de institucionalizar la experiencia de negociadores del pasado, con sus logros y fracasos. Hay un gran activo en excancilleres, exdirectores generales, exconsejeros que no se aprovecha como un “think tank” de manera organizada y permanente, esto se puede aún realizar y sería muy conveniente;
vi) Se ha perdido la oportunidad de avanzar en negociaciones para vender energía de la entidad binacional a terceros países y de comercializar eventuales excedentes de energía de ANDE en el mercado eléctrico brasileño, conforme se había establecido en la Declaración Lugo-Lula;
vii) Se ha perdido la oportunidad de obtener mayores beneficios por cesión de energía en las últimas reducciones del costo del servicio de electricidad de Itaipú (la tarifa) en los años 2022 e inicios de 2023;
viii) Se ha perdido la oportunidad de aprovechar mejor la energía de Itaipú en las últimas décadas por insuficiencia, entre otros, de políticas industriales, de transporte, infraestructura y debilidades institucionales. Paraguay podía haber sido un modelo de transporte público eléctrico en el mundo, por ejemplo;
ix) Un aspecto negativo es la falta de transparencia, acentuada en los últimos años, referente al uso de sus recursos financieros en proyectos sociales y de interés de la ciudadanía; y
x) Se ha pagado una deuda bastante elevada (US$ 63,5 mil millones) a Eletrobras y al tesoro de Brasil que convirtió a la central en un gran negocio financiero para los que prestaron el dinero (US$ 12,5 mil millones, aproximadamente).
Tal vez haya otras pérdidas, pero son estas las que resultan de un análisis preliminar y con base en hechos concretos. En algunos casos se puede subsanar la situación y hay posibilidad de transformar algunos de estos aspectos negativos.
- ¿Revisar el Anexo C solamente o aprovechar la oportunidad para revisar los obstáculos que hasta hoy impiden acceder a toda la energía en Itaipú y al justo precio por la misma?
- La única parte del tratado que tiene período obligatorio de revisión es el Anexo C. Sin embargo, hay que aclarar que todo el Tratado y sus Anexos pueden ser revisados en el momento que ambos países lo acuerden. De hecho, hubo varias modificaciones de Anexos en el pasado que se hicieron mediante Notas Reversales.
Un tema pendiente que me parece relevante negociar es la soberanía de cada país de disponer libremente de la energía que le corresponde (50% de la energía producida), levantar la restricción que convierte a Brasil (a ENBPar, en particular) en beneficiario de un monopsonio (único comprador de la energía de Itaipú).
Ahora, se debe aclarar que no existen restricciones legales para que Paraguay acceda a la energía que le corresponde; se le reconoce el total derecho de adquisición de esa energía, con base en una programación plurianual que, realmente, no se cumplió (pues se hacían programaciones anuales), hasta hace unos años (aún así programaciones de muy corto plazo).
Entiendo que lo de “justo precio” se entiende como mejores precios. Este es un tema que debe ser mejor estudiado para plantearlo, pues no tenemos en la región precios de frontera. No existe un mercado eléctrico integrado. Si vamos por precios del mercado brasileño tenemos un mercado en reales, no en dólares y, en ese sentido, los precios de la energía paraguaya estuvieron en ocasiones muy por encima de los precios del mercado brasileño y, en otros períodos, por debajo.
Tampoco podemos comparar la situación de una venta de energía firme de manera permanente (caso de Itaipú) a casos de venta ocasional de energía (por períodos de tiempo restringidos, en caso de necesidad del sistema), en los cuales los precios tienden a ser mayores.
Ahora, desde hace dos años ingresamos a un período de negociación en el cual ya podíamos haber obtenido precios mejores para nuestra energía mediante una mayor compensación por cesión de energía (actualmente en 10 US$/MWh), fue una oportunidad perdida, difícil de recuperar, no imposible.
Otro tema que entiendo que es fundamental destacar –y al parecer se ha venido conversando en las reuniones entre Santiago Peña y Lula– es la profundización de relaciones bilaterales ,buscando una mayor integración productiva. Eso puede ser una dimensión innovadora de las negociaciones.
- ¿Qué mecanismos deben adoptar y aplicar los gobiernos para que, definitivamente, se imponga la transparencia en la entidad binacional?
- Sería una solución muy fácil. Hay que recordar que hace poco tiempo se resolvió el problema de ingreso de los órganos contralores a la entidad binacional mediante una Nota Reversal. Para el caso de la transparencia, para que no haya dudas, se podría firmar una Nota Reversal (NR), inaugurando la revisión del Anexo C, en la segunda mitad de agosto, en la que se diga que la binacional, en las correspondientes márgenes, está obligada a responder a la ciudadanía conforme lo establecen las respectivas legislaciones internas sobre información pública y transparencia. Es un trámite fácil y creo que el gobierno de Brasil no tendría problemas de firmar una NR de ese tenor puesto que, inclusive en el gobierno de Jair Bolsonaro, Itaipú del lado brasileño fue bastante más transparente para los brasileños que la Margen Paraguaya para los paraguayos.
Notoriedad
El país ha ganado notoriedad mundial al ser partícipe de una de las obras emblemáticas de la ingeniería del siglo XX a nivel global y se ha construido la imagen de un país con electricidad sostenible, limpia.
Deuda
Se ha pagado una deuda bastante elevada (US$ 63,5 mil millones) a Eletrobras y al tesoro de Brasil que convirtió a la central en un gran negocio financiero para los que prestaron el dinero (US$ 12,5 mil millones aprox.).
(*) PhD en Energía). Profesor Investigador, Facultad Politécnica, Universidad Nacional de Asunción. Asesor ad honorem de la Comisión Asesora de la Cancillería Nacional.