Escenario económico y entrante administración de Gobierno

Desde el próximo 15 de agosto, Paraguay pasará, aunque del mismo partido político, a manos de una nueva administración, por un plazo esperado de cinco años, tal como se establece para la Presidencia de la República en el país.

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El saliente mandatario, Mario Abdo Benítez, había asumido el cargo el 15 de agosto de 2018 con altas expectativas dentro de su programa de Gobierno. Sin embargo, factores primeramente internos, como la crisis económica durante el 2019 y luego la pandemia en 2020, con consecuencias en los siguientes años, afectaron la implementación de gran parte de sus planes y proyectos. En el último año, el 2022, la economía igualmente se vio impactada por shocks externos (conflicto bélico entre Rusia-Ucrania, ola inflacionaria) e internos (la caída de alrededor del 70% en el sector productivo y toda la cadena).

La nueva administración del presidente electo, Santiago Peña, también se presenta con importantes proyectos y desafíos para los siguientes cinco años al frente del país.

En tal sentido, antes de profundizar en las principales áreas de intervención, es de mencionar cuáles son las proyecciones en el plano internacional. De acuerdo con el reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía mundial se encuentra encaminada, pero aún no fuera de peligro. De hecho, el crecimiento económico muestra resiliencia en el corto plazo, en medio de retos persistentes.

En efecto, y conforme a lo que se contempla en el reciente “Informe Económico” elaborado por la Consultora MF Economía e Inversiones, el pronóstico de crecimiento mundial para el año 2023 aumentó de 2,8% (perspectivas de abril de 2023) a 3,0%. En tanto que para 2024 se mantuvo en 3,0%. Particularmente para América Latina y el Caribe, la proyección sufrió un incremento de 1,6% (abril) a 1,9%, mientras que se mantuvo para 2024 (2,2%).

En el reporte, el organismo alertó sobre el recorte que se observa en la inversión en capacidad de producción de las empresas, debido a la moderación del consumo; creciente incertidumbre; y el endurecimiento de las condiciones de financiamiento.

También perciben una desaceleración en la producción industrial para la mayoría de las economías avanzadas, lo cual, a su vez, frena el comercio internacional y la manufactura en mercados emergentes. En síntesis, los indicadores de demanda; producción; y comercio internacional muestran debilidades, remarca una parte del informe de la consultora.

Para el FMI existen factores favorables a las perspectivas de crecimiento estimadas, como lo son: una fuerte política de estímulo al consumo en los hogares en China; y una disminución de la inflación más rápida de lo previsto.

Mientras que, los factores que podrían afectar las estimaciones a la baja están asociados a la persistente inflación; recuperación deficiente de China; tensiones por sobreendeudamiento en mercados emergentes y en desarrollo; y profundización de la fragmentación geoeconómica, tras la guerra en Ucrania.

Finalmente, para el FMI la prioridad política debe estar en reducir la inflación; preservar la estabilidad del sistema financiero; proveer mecanismos eficientes de resolución de deuda; flexibilizar los mercados laborales; fomentar la inversión en energía limpia; y mitigar el cambio climático, refiere otro apartado del reporte económico de la citada consultora.

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