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En 2023 se cumplen los 50 años del Tratado de Itaipú. Ya en la reunión plenaria del Consejo de Administración de Itaipú N° 323 de abril de 2023, coincidente con los 50 años de la firma del Tratado de Itaipú mencioné sobre el honor de estar presente en esas fechas en calidad de miembro de dicho colegiado.
En esa ocasión no podíamos dejar de señalar los beneficios del Tratado para el Paraguay y Brasil en términos del desarrollo de sus economías y la prosperidad en los últimos 50 años, aunque todos sabemos que hubiese sido mayor el beneficio si ya desde la década de 1980 hubiésemos pensado en paralelamente obtener la infraestructura necesaria para utilizar toda esa energía para nuestro desarrollo económico, social e industrial, situación que recién hoy en día es una realidad para Paraguay.
También recordé el impacto que ha tenido el proyecto Itaipú para el desarrollo y evolución del Derecho Internacional. Hoy están plasmados los principios fundamentales del Derecho Internacional para la utilización de ríos internacionales, como son: el principio de utilización equitativa y razonable, el principio de no causar daño significativo y el principio de la cooperación. Esto nos da los parámetros de gobernanza que rigen y son aplicables a las diferentes acciones.
Recordemos que, en este sentido, Itaipú es un actor muy importante en la región y lo pudimos observar con el éxito de la Operación Ventanas de Aguas, con prácticas estatales y el rol de Itaipú de conformidad con estos principios, lo cual ha permitido que hoy en día sea considerado como ejemplo mundial de una exitosa cooperación en la utilización de aguas transfronterizas, tal como lo expusimos en la Conferencia de Aguas de Naciones Unidas, llevada a cabo también este año luego de 46 años.
Itaipú, entidad binacional creada para administrar y manejar todo el emprendimiento, y su consecuente éxito como productora de energía, han sido claves para el Paraguay y Brasil. Nos otorga comparativamente a otros países del mundo, una energía asequible y de calidad, de fuente limpia y renovable, y a tener programas de desarrollo social y ambiental, e incluso acciones de protección y restauración del ambiente. Itaipú ha permitido una mayor confraternidad y entendimiento entre Paraguay y Brasil.
Pero ya entonces también recalqué de considerar lo que se viene: expresé que debemos tener presente que conforme a las disposiciones de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, cualquier tratado puede ser modificado siempre y cuando exista consentimiento de los Estados en cuestión. En el caso del Anexo C existe una obligación material de revisión conforme fuera pactado entre las Altas Partes.
Paraguay y Brasil tienen una gran oportunidad, ya que ambos países pueden analizar y adaptar todo el Tratado conforme al desarrollo evolutivo del Derecho Internacional, para hacer que algunas de las estructuras que fueron decididas 50 años atrás se vuelvan adaptables a fin de que sean aplicables en tiempos cambiantes, de manera de siempre continuar con el beneficio para ambos países; así, los estándares sociales y ambientales, los precios que un país tiene que pagar a otro en caso de la no utilización de su parte de la energía, evitar restricciones innecesarias para vender o utilizar la energía producida que es limpia y renovable, plazos, mecanismos de resoluciones de controversias, fortalecimiento de infraestructuras y utilización de tecnología novedosa para permitir mayor integración regional; todos ellos son algunos de los factores imprescindibles que deben ser tomados en cuenta: Itaipú puede y debe continuar siempre aportando para el beneficio de ambos países, de la región y para las futuras generaciones.
(*) María Antonia Gwynn Ramírez, miembro del Consejo de Administración de Itaipú Binacional, desde el 28 de agosto de 2019 hasta la fecha.