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Por consiguiente, 12.409.500 MWh (99,61%), pese a que formaban parte del patrimonio de la República del Paraguay, de acuerdo con los Tratado de Itaipú y Yacyretá, fueron solo cedidos a los sistemas interconectados del Brasil y la Argentina.
Los 47.610 MWh fueron parte (14,3%) del total que aportó la central hidroeléctrica nacional Acaray, la pequeña central hidroeléctrica de la ANDE, para la cobertura de la demanda de su Sistema Interconectado.
En cuanto al 99,61% (12.409.500 MWh) de la cantidad que la empresa eléctrica estatal paraguaya dejó fluir hacia los sistemas eléctricos extranjeros, provinieron del 50% de la producción de las centrales binacionales Itaipú y Yacyretá, que correspondían a nuestro país.
En una primera conclusión, recordemos que en el lapso de referencia, el sistema interconectado que atiende la ANDE demandó 9.305.020 MWh, inferior en un 25% al total que cedimos a nuestros socios, por partes iguales, en los emprendimientos Itaipú y Yacyretá.
Exportación no es igual a cesión
¿Es importante diferenciar exportación de cesión de energía en la sui generis relación que tiene nuestro país con sus dos grandes socios de la región?
La respuesta depende del lugar que se ocupe en el escenario político nacional. En más de una ocasión hemos escuchado que nuestros máximos representantes, en foros internacionales inclusive, publicitar que el Paraguay es el mayor productor y exportador de energía limpia del planeta.
En la platea técnica, también periodística, también de manera reiterada, se les salió al cruce con la realidad, que el Paraguay cede su enorme excedente en Itaipú y en Yacyretá a cambio de una suerte de “compensación” que, históricamente, en ambas binacionales, osciló entre US$ 4 y US$ 8/MWh.
Si es verdad que como muestra basta un botón, en una publicación de El Observador (Uruguay) del 18 de julio de 2022, este país, con acentuados déficits en lo atinente a producción de energía en el pasado reciente, vendió al sistema brasileño, afectado aún por la sequía, a US$ 141 el MWh.
En la ocasión ABC Color publicaba un material informativo con el siguiente título: “Exportación de electricidad: en la región florece, pero en Paraguay se marchita”, material que reflejaba con mucha fidelidad la realidad del comercio exterior paraguayo de energía eléctrica.
Entre 39 y 29 años
La escasa, casi nula, participación de nuestro país en la exportación de energía eléctrica no se limita a los resultados de los cinco meses en examen, sus raíces se hunden hasta lo más profundo de los períodos de producción de ambas centrales.
El día 30 de mayo último advertíamos que en Itaipú, entre 1984 y abril de 2023, al cotejar su producción acumulada con el total que pudo aprovechar nuestro país, concluimos que rondó el 9%, mientras que Brasil se alzó con el 91%.
Si limitamos nuestra observación a la mitad de esa producción acumulada, la energía paraguaya en Itaipú, comprobaremos que el mercado nacional utilizó apenas el 18,2% y cedió al sistema brasileño el 81,8% de su energía.
En promedio, solo US$ 4,21/MWh
Si de nuevo optamos por relacionar una cifra con otra, en este caso la suma que desde Brasil pagaron a nuestro país en concepto de “compensación por energía cedida, chocaremos frontalmente con otra decepción paraguaya: US$ 4,21 por cada MWh cedido.
Veamos los registros de la binacional, así de otras fuentes:
- Producción acumulada (1984/2023), 2.928.308.000 MWh.
- Energía paraguaya (Art. XIII) 1.464.154.000 MWh.
- Aprovechamiento en Paraguay: 266.774.000 MWh.
- Cesión al Brasil: 1.197.380.000 MWh.
- Pagos por compensación US$: 5.044.793.900.
El último paso, indispensable para conocer el promedio que nos pagaron desde Brasil por cada MWh que les cedimos, planteamos en el siguiente ejercicio: 5.044.793.900/1.197.380.000 = 4,21.
Solo 7% de la energía de Yacyretá
En lo concerniente al aprovechamiento local de la energía de Yacyretá, complejo ambientalmente caro, especialmente para el Paraguay, en el lapso comprendido entre setiembre de 1994 y el 2022, nuestro país pudo aprovechar solo el 7% del total. El sistema argentino absorbió el 93%.
De acuerdo con los últimos datos sistematizados, la energía generada disponible en el lapso en cuestión trepa a 413.844 GWh (1 GWh = 1000 MWh), de los que el Paraguay inyectó a su sistema eléctrico 28.905 GWh.
Del acumulado en los 28 años en estudio, 206.922 GWh, también por el Art. XIII de este Tratado, correspondían al Paraguay. Como utilizamos solo 28.905 GWh, la conclusión, también muy decepcionante, es que arañamos apenas el 14% de nuestra energía y cedimos al sistema argentino el 86% (178.817 MWh).
En el período en estudio, de acuerdo con las fuentes oficiales, la Argentina pagó -o debió pagar- US$ 1.532.228.265 al país, suma que dividida por la cantidad de MWh cedidos, 178.817.000 MWh, arroja un promedio de US$ 8,6/MWh.
“Debió pagar”, apuntábamos más arriba, porque en Yacyretá la deuda registrada es una realidad y otra, muy diferente, es la honrada. La crisis actual que maniata a la entidad binacional se debe a las moras argentinas en pagar a nuestro país por la energía que le cede e inclusive en pagarle a la binacional por la energía que le suministra.
Señalemos también que en la entidad binacional no está previsto, mucho menos escrito, que la parte morosa pague la correspondiente tasa de castigo que, por ejemplo, está vigente en Itaipú y en cualesquiera operaciones que se concreten en el andarivel del negocio financiero.
Ni la luz al final de túnel
¿Hay una salida? ¿Puede el Paraguay sacudirse y deshacerse del pésimo negocio de la cesión de su excedente energético e ingresar de lleno en el mercado eléctrico regional?
El primer obstáculo se relaciona con la actual situación de Yacyretá, cuyos administradores ignoran el Tratado y aceptan la vigencia de un instrumento diplomático que inclusive fue rechazado por el Legislativo paraguayo.
Por consiguiente, la revisión de todo el Tratado, no solo del Anexo C como lo establece este anexo, ignorado durante nueve años, es ya impostergable.
Claro, cualquier solución es inadmisible, como la que pretendieron aplicar en 2017 los entonces presidentes Horacio Cartes y Mauricio Macri, que soslayaba derechos paraguayos fundamentales, como la plena disponibilidad de su energía y precios de mercado por la exportación real de sus excedentes.
En Itaipú, restringirse a la simple actualización de las bases financieras y de prestación de los servicios de electricidad por parte de la entidad binacional, igualmente, para los legítimos intereses paraguayos, es categóricamente insuficiente.
También en este caso la reivindicación nacional se resume y concentra en dos del viejo pliego: la plena disponibilidad de su energía, para utilizarla en su territorio y vender su excedente al Brasil o a un tercer país, pero con el justo precio que consagra la Acta Final de Foz Yguazú, un mandato que rescata el Tratado en su Considerando, para hasta hoy es ignorado.
Diferente
¿Es importante diferenciar exportación de cesión de energía en la sui generis relación que tiene nuestro país con sus dos grandes socios de la región?
Reclamo
La reivindicación nacional se resume y concentra en dos del viejo pliego paraguayo: la plena disponibilidad de su energía y justo precio.