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El informe denominado “El impacto de la inflación y del covid-19 en los salarios y el poder adquisitivo” de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), refiere que los datos del año 2022 muestran que en muchos países el aumento de la inflación está provocando que el crecimiento de los salarios reales se sitúe en cifras negativas.
De acuerdo con el mismo reporte, los más afectados por la situación anteriormente mencionada son las personas con menores ingresos y sus hogares porque la mayor parte de su renta disponible es destinada a bienes y servicios esenciales, que generalmente experimentan mayores aumentos de precios que los artículos no esenciales.
Igualmente, la inflación impacta en el poder adquisitivo de los salarios mínimos que, pese a los ajustes nominales realizados, tienen un valor real que se está erosionando rápidamente en muchas naciones. Esto está unido al hecho de las importantes pérdidas salariales sufridas durante la pandemia, remarca otra parte el documento elaborado por la OIT.
De la información recabada de aproximadamente 30 países de todas las regiones y grupos de ingresos, los resultados mostraron que, por término medio, los empleados asalariados perdieron el equivalente a seis semanas de salario durante los años 2020 y 2021. Entre los grupos con mayores pérdidas figuraban las mujeres, los trabajadores de la economía informal, los trabajadores con bajos salarios y los trabajadores de países de ingresos bajos y medios.
Este año (2023) se presenta nuevamente con una alta incertidumbre. Al respecto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) sostiene en su reciente informe “Perspectivas de la economía mundial” que el escenario del presente año, una vez más, está rodeado por las turbulencias del sector financiero, la elevada inflación, los efectos causados por la invasión de Rusia a Ucrania y los tres años de covid-19.
Las perspectivas económicas base del Fondo dan cuenta de que para el actual año el crecimiento mundial será menor al registrado durante el 2022. Así, pasará de 3,4 a 2,8% para el presente año. Las economías avanzadas serán las que experimentarían la mayor desaceleración, de 2,7% en 2022, a 1,3% en 2023.
En tanto que si la tensión en el sector financiero se agrava en este año, el organismo proyecta una expansión mundial menor de aproximadamente 2,5%. Por su parte, las economías avanzadas podrían caer por debajo de 1%.
En cuanto al nivel general de inflación, en el escenario base las proyecciones del FMI refieren una reducción. Es decir, pasarían de 8,7% del año 2022 a 7,0% en 2023, producto de los menores precios de las materias primas, aunque es probable que la inflación subyacente disminuya con más lentitud. En la mayoría de los casos, es poco probable que la inflación retorne al nivel fijado como meta antes de 2025, enfatiza una parte del informe del organismo.
En la presente edición se presenta y analiza el comportamiento de la inflación y su incidencia en los ingresos de los hogares, discriminado por género.