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Sin embargo, las obras chapuceras ya quedaron evidenciadas en una de las torres, porque en el segundo piso del edificio que fue cedido a la Dirección Nacional de Aduanas se produjo una importante filtración de agua, lo que empapó el suelo del lugar. Según se pudo observar, del techo chorreaba agua y se desconocía la razón de esa situación. Recién días después salieron a explicar que la gotera fue por “desajuste de cañería” del aire, según contratista y el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). La obra estuvo a cargo del Consorcio TBI, integrado por las empresas Tecnoedil SA, Alberto Barrail e Hijos SA y la Constructora Itasa SA. Otra situación presentada con esta obra es que el MOPC prometió proveer 2.700 espacios para estacionamiento de vehículos en las citadas oficinas, pero finalmente solo previó 2.000 lugares. Incluso se firmó una adenda con la empresa contratista para ampliar la cantidad de estacionamientos, con el eje cívico, pero aún así no se llegó a lo que prometió la institución. Cuando comenzaron los cuestionamientos respecto al caos que se esperaba en la zona, la “solución” que halló el MOPC fue la de prever 2.700 estacionamientos en el marco de la construcción de los edificios. Sin embargo, pese a aquello, existen solo 2.000 aparcamientos. La cartera de Estado no explica por qué se dejaron de hacer los 700 lugares más que prometió.