Deuda pública en Paraguay: situación y perspectivas

La deuda pública en Paraguay ha pasado por marcados procesos en la última década. A modo de recapitular que las cuentas fiscales gozaban de resultados superavitarios hasta antes del año 2012. Si bien los mayores ingresos frente a los gastos permitieron al Estado generar cierto ahorro, las inversiones en obras de infraestructura acumularon importantes retrasos.

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GENTILEZA

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En el año 2011, el aumento salarial del 38% para el sector público provocó que las finanzas públicas iniciaran un proceso de déficit, lo que no ha podido ser revertido hasta la actualidad, sino más bien sufrió un agravamiento debido a factores adversos, principalmente registrado en los últimos años (caída económica en el 2019 y los efectos de la pandemia desde el año 2020).

Datos del Ministerio de Hacienda muestran que hasta el 2012, la deuda pública total de Paraguay ascendía a aproximadamente US$ 3.591 millones o 10,8% del Producto Interno Bruto (PIB). El principal componente del pasivo externo era los préstamos provenientes de organismos multilaterales y bilaterales, representando el 62,3%. Mientras que la deuda interna (37,6%) estaba explicada por los bonos perpetuos emitidos para capitalizar el Banco Central del Paraguay (BCP) en concepto de cancelación de deudas históricas. El título, que forma parte de un ajuste contable, no puede ser comercializado.

El escaso espacio fiscal limitó y en algunos casos, impidió el financiamiento de programas y proyectos de impacto social y económico con recursos genuinos, por lo que el endeudamiento pasó a convertirse en el principal modelo de financiamiento. Así, desde el año 2013, la salida a los mercados internacionales con la emisión y colocación de los bonos soberanos, dotaron de recursos al Estado para impulsar importantes obras de infraestructura en el país.

Era Cartes

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En esa misma línea, el Gobierno de Horacio Cartes se caracterizó por el mencionado esquema de financiamiento. Tal es así que al finalizar el año 2018, el saldo de la deuda de Paraguay llegó a US$ 8.040,9 millones o 19,8% del PIB.

El periodo presidencial de Mario Abdo Benítez ha cargado con una serie de condiciones desfavorables. En el 2019, una crisis económica sacudió al Paraguay, situación que requirió una importante intervención del Estado mediante el plan de reactivación económica. Y luego, la pandemia en 2020, que encontró al Gobierno paraguayo -como a muchos de la región- sin recursos para hacer frente a las urgentes necesidades generadas por la crisis sanitaria. Las consecuencias de la crisis sanitaria continúan complejizando el escenario fiscal en un contexto de encarecimiento del crédito, a una alta inflación e incertidumbre mundial.

Durante el primer año de pandemia, el Gobierno había recurrido a un importante paquete de deudas, lo que aceleró el ritmo de endeudamiento del país. Los recursos iniciales por un total de US$ 1.600 millones contemplados en la ley que declaró el Estado de Emergencia para mitigar los efectos de la covid-19, se obtuvieron de la siguiente manera: US$ 1.020 millones a través de endeudamiento (US$ 1.000 millones de emisión de bonos soberanos y US$ 20 millones de un crédito con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, que forma parte del Banco Mundial), en tanto que los restantes recursos provinieron, de igual manera, de operaciones de deuda.

Crecimiento del 85% entre 2018 a 2022

De esta manera, la deuda pública de Paraguay creció alrededor del 85% entre el 2018 y octubre del año 2022, es decir, el endeudamiento aumentó aproximadamente US$ 7.000 millones. Así, pasó de 19,8% del PIB en 2018 a 37,2% en el mismo mes de este año.

Para el 2022, el Presupuesto General de la Nación contemplaba US$ 600 millones en concepto de nuevo endeudamiento, de los cuales US$ 250 millones se tenía previsto provendrían de préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo y US$ 350 millones de la emisión de bonos del Tesoro en el mercado local e internacional. Con este paquete, el saldo de la deuda pública para el entrante año se estimaba llegaría a US$ 15.446,6 millones o aproximadamente 38% del PIB. Finalmente, la deuda pública, de acuerdo con datos del Ministerio de Hacienda, cerró en US$ 15.053,7 millones o su equivalente a 36,6% del PIB.

Composición del endeudamiento en el país

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En lo que respecta a la composición, históricamente, la deuda externa ha sido, en promedio, el 80% de la deuda pública total, el restante, la ha conformado la deuda interna.

Como se mencionaba, durante los últimos años y en medio de un escenario de factores adversos, la deuda pública del país casi se duplicó entre el 2018 y finales de febrero de este 2023, es decir, el endeudamiento creció en aproximadamente US$ 7.200 millones. Así, el pasivo trepó de 19,8% del PIB en 2018 a 37,0% al segundo mes del presente ejercicio, tal como se muestra en el gráfico.

Sin embargo, pese al acelerado crecimiento de la deuda pública del país, lo que ha generado presión a las finanzas públicas es el aumento del servicio de la deuda, es decir, las amortizaciones o pagos de capital, intereses, comisiones y otros cargos contemplados en los respectivos contratos o convenios, que son atendidos según las normas y procedimientos legales establecidos y las previsiones del presupuesto (Ministerio de Hacienda).

En efecto, el servicio de la deuda ha pasado de alrededor de US$ 250 millones en 2004 a aproximadamente US$ 1.000 millones al cierre de 2022.

Este importante crecimiento achica aún más el espacio fiscal, al considerar que los intereses son pagados con ingresos tributarios, componente que en un alto porcentaje ya está comprometido para el pago de los gastos rígidos.

A todo lo anterior se le debe agregar que tanto el 2022 como 2023, el endurecimiento de las condiciones financieras a nivel mundial, así como internamente, por las altas tasas de interés, complicaron el acceso a los recursos para el financiamiento de las finanzas públicas.

Ante la situación mencionada, los préstamos de los organismos internacionales se constituyeron en la alternativa para el fisco, sobre todo durante el año pasado y la misma sigue vigente para el actual ejercicio.

De hecho, Hacienda aún no ha salido a los mercados internacionales a la espera de mejores tasas. Tiene previsto emitir en el exterior US$ 500 millones de los US$ 565 millones autorizados por el Presupuesto General de la Nación para este 2023 y el restante ya lo viene colocando en el mercado interno.

Salir al mercado externo cuando mejoren tasas

En palabras de la directora de Política de Endeudamiento del Ministerio de Hacienda, Ana Osorio, la decisión de la cartera de Estado es salir cuando las condiciones acompañen las expectativas. Ello, al considerar que existe un plan de convergencia al déficit fiscal de 1,5% del PIB para el año 2024, que, por tanto, debe supeditarse de cierta manera a la capacidad del fisco para administrar nuevas deudas.

En conclusión, aunque el escenario sigue cargado con factores adversos, es imperiosa la necesidad de buscar nuevas estrategias de financiamiento que genere una ruptura lo antes posible del modelo que, si bien permitió un importante crecimiento en materia de inversión pública en los últimos años, los requerimientos y la situación han cambiado. La figura del sector privado y la serie de alternativas que dispone el mismo se presenta con grandes potencialidades para el corto, mediano y largo plazo.

80%

Históricamente, en lo que respecta a la composición, la deuda externa ha sido, en promedio, 80% del pasivo público total, y el restante, la deuda interna.

Servicio

El servicio de la deuda ha pasado de alrededor de US$ 250 millones en 2004, a aproximadamente US$ 1.000 millones al cierre de 2022.

37%

La deuda pública del Paraguay pasó de 19,8% del PIB en 2018 a 37,0% al segundo mes del presente ejercicio.

Ruptura

Urge la necesidad de buscar nuevas estrategias de financiamiento que genere una ruptura, lo antes posible, del modelo actual.

Externos

Préstamos de organismos externos se constituyeron en alternativa para el fisco, sobre todo durante el 2022 y la misma sigue vigente para el actual ejercicio.

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