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La pérdida de vidas, la destrucción de puestos de trabajo y actividades comerciales, así como la relocalización de personas y hogares, entre otros efectos de la pandemia, han establecido dinámicas nuevas en las ciudades que, si bien aún son difíciles de predecir en su dimensión final, sí permiten establecer un sistema de prioridades en sus aspectos físicos, espaciales y sanitarios.
Desde una mirada física y espacial, las ciudades deben ofrecer un conjunto de infraestructura y equipamiento que estimule y facilite el desarrollo de una vida saludable por parte de sus habitantes. La correcta provisión de servicios de saneamiento y agua potable, sumada a una adecuada red de salud, resulta fundamental, sobre todo, en términos de su accesibilidad para la población más desprotegida o con menos recursos. Además, es importante la disposición de espacios públicos, principalmente verdes, para facilitar el desarrollo de actividades físicas, de recreación y esparcimiento, así como para favorecer la salud física y mental de todas las personas.
Las ciudades deben promover entornos saludables que faciliten el acceso a alimentos adecuados, y que estén libres de contaminación auditiva, visual y sonora. Pero, fundamentalmente, deben garantizar el equilibrio entre el crecimiento urbano y la protección y restauración de la biodiversidad, en la medida en que los ecosistemas naturales y la variedad de seres vivos que las habitan son esenciales para la vida.
Frente a estos desafíos, desde el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) impulsamos diferentes iniciativas para abordar de manera integral estos tres aspectos vinculados a la planificación urbana, la salud y el medio ambiente en las ciudades. Una de ellas es nuestro programa insignia, la Red de BiodiverCiudades de A. Latina y el Caribe, que busca fortalecer el diseño y la implementación de planes y políticas que consideren el desarrollo urbano en consonancia con el cuidado y la protección de la biodiversidad, al nivel de los gobiernos locales. Con beneficios concretos como el control de inundaciones, el abastecimiento de agua, la mitigación de altas o baja temperaturas, la absorción de CO2, y el control de plagas, entre otros, la Red de BiodiverCiudades tiene como objetivo central restaurar el equilibrio entre la gestión urbana y los recursos naturales.
Al respecto, este 28 de noviembre celebraremos, en Tierra del Fuego, el último encuentro regional del año junto a las máximas autoridades de más de 30 ciudades de A. Latina, especialistas en áreas como gestión urbana, medio ambiente, preservación y cuidado de la biodiversidad, además de académicos y referentes del sector privado. La segunda iniciativa en la materia es la de Ciudades Saludables, que se materializa este año con la publicación y lanzamiento, el próximo 2 de diciembre, de nuestra Guía para Ciudades más Saludables. El documento, que será presentado en el Polo Científico Tecnológico de la Ciudad de Buenos Aires, busca integrar todos los aspectos que hacen a la vida en los núcleos urbanos bajo un enfoque conceptual y metodológico, que permita diseñar políticas dirigidas a mejorar la salud y la calidad de vida de las personas. Con esta iniciativa pretendemos ayudar a la región en la planificación de modelos de ciudades que armonicen el desarrollo económico y social con el cuidado de la naturaleza, a través de mejores políticas en beneficio de la salud y la plenitud de las personas de nuestro continente.
Desarrollo
Las ciudades deben ofrecer un conjunto de infraestructura y equipamiento que estimule y facilite el desarrollo de una vida saludable a sus habitantes.
(*) Vicepresidente corporativo de programación estratégica de CAF.