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La diplomacia ideológica de Lula
Las teorías marxistas sobre las relaciones entre los Estados las describen generalmente como relaciones imperio-colonia, centro-periferia, hegemonía-hegemonizado. A diferencia de las teorías liberales, que además de descriptivas son normativas porque reconocen la existencia de derechos, obligaciones, principios y exigencias de conducta para establecer la igualdad, la justicia, y la amistad entre los Estados, las marxistas con mecánicas, materialistas, y vacías de valores objetivos. Inexorablemente, desde la perspectiva marxista, el orden liberal producirá acumulación, concentración, y explotación de la periferia por el centro. La moralidad de la emancipación de los pueblos, entonces, en la perspectiva marxista, no tiene un derecho internacional basado en la justicia que fundamente las normas que liberen a un Estado débil -en términos relativos- de la explotación por un Estado fuerte, entre estados hegemónicos y hegemonizados.
Aunque es posible criticar el Tratado de Itaipú desde la perspectiva marxista del neoimperialismo, desde la perspectiva de la teoría de los sistemas mundiales (periferia-semiperiferia-centro), o desde la perspectiva neogramsciana (estados hegemónicos-estados hegemonizados), el marxismo no aporta una norma de derecho emancipadora como lo hacen las teorías liberales fundadas en el derecho internacional, y aunque observemos que el Tratado de Itaipú obligue al Paraguay a ceder su energía al Brasil por una compensación relativamente baja considerando el justo precio de mercado, y que se restrinja al Paraguay comercializar sus excedentes en otros mercados, y que este esquema constituye una “estructura de acumulación” en términos marxistas del centro (Brasil) mediante la coerción sobre la periferia (Paraguay), en las teorías marxistas no habrá una solución de esta inequidad.
Desde la perspectiva marxista, entonces, nada podemos esperar de Lula y su diplomacia ideológica. Lo peor, sin embargo, es que no podemos esperar mucho de Lula, considerando que no cumplió con el propio Acuerdo Lugo-Lula de 2009, firmado por su puño y letra. La parte que la garantizaba capturar a las elites políticas del Paraguay triplicando el factor de compensación por cesión, pero dejando en pie la cesión. En el esquema de las cosas, Paraguay siguió como periferia, como senzala de Brasil.
El economista Miguel Carter, la semana pasada, en su disertación ante el auditorio del Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA), titulada “Itaipú, expoliación de la riqueza energética del Paraguay, afirmó que de 1985 a 2021 la riqueza perdida por el Paraguay asciende a US$ 77.300 millones por el mecanismo de compensación por cesión, y otros propias de la estructura de acumulación impuesta por la corrupción estratégica utilizada por la diplomacia del Brasil en Itaipú, quienquiera sea su presidente, o ideología (militar, socialista, populista de derecha, etc.).
La corrupción estratégica
La corrupción estratégica es la utilización de la corrupción como herramienta de política exterior por un Estado que pretende influenciar en la política de otro, normalmente un país más desarrollado que quiere extender su influencia política en otro, en beneficio del enriquecimiento de las elites del país objetivo, pero en perjuicio de su pueblo. El novelista ruso Alexander Solzhenitsyn escribió: “La violencia solo puede ocultarse con una mentira, y la mentira solo puede mantenerse con violencia”, y en Itaipú el Brasil oculta la violencia de su injusticia con la corrupción estratégica, y la corrupción estratégica la oculta con mentiras tales como que el acuerdo Lugo-Lula fue “logro histórico”.
Ahora, una subcomisión de Verdad y Justicia del Parlasur supuestamente se encargó de registrar las atrocidades cometidas en el Paraguay por los países partes del Tratado de la Triple Alianza, para establecerlas como “verdad común”. ¿Quién no sabe que hubo atrocidades en la guerra de la Triple Alianza? Estas estratagemas de la posverdad forman parte de la corrupción estratégica, que se nutre del autoritarismo y de la propaganda para legitimar futuros interlocutores y los tratos que hagan fuera del control popular y de la prensa, y mantener el statu quo en perjuicio de los derechos del Paraguay.
El político y novelista paraguayo, quien hizo esfuerzos por limitar los efectos de la corrupción estratégica en Itaipú con su famoso sello “pague de su bolsillo”, acertadamente escribe en sus reflexiones sobre el poder y la hidroeléctrica: “El cambio de época obliga a que los estados reconduzcan sus relaciones construyendo canales de cooperación y coordinación. La actitud que propende al hermetismo jurídico, a la autarquía económica, al aislamiento político y a la actuación unilateral, poco o nada contribuye al progreso de las naciones”. El desafío para Itaipú 2023 no es la diplomacia de Bolsonaro o Lula, sino la complacencia de la élite paraguaya con el hermetismo, el unilateralismo, la completa entrega y falta de interés en cambiar la principal herramienta de política exterior del Brasil en Itaipú: la corrupción.
En estos días un tuit del presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) nos recordó de la importancia de los partidos políticos en una democracia y la necesidad de que los mismos cumplan su misión constitucional de orientar la “formación cívica de los ciudadanos”. El tuit suplicaba hacer relaciones con la dictadura del partido comunista chino porque las relaciones de Paraguay y Taiwán se basan -alegó- en el acuerdo de dos dictadores, ignorando que Paraguay y Taiwán son democracias, y que China continental no solamente es una dictadura, sino un régimen autoritario adversario de la democracia occidental. El éxito de cualquier empresa ganadera depende de la propiedad privada, genética, la logística, los mercados, el derecho internacional, la tecnología, el libre comercio, en fin, del consenso de Washington, y no del consenso de Beijing. En el simplista análisis tonelada de carne / US$ dólar, está la evidencia de la falta de formación cívica de la que son responsables los partidos políticos, y fundamentalmente el Partido Liberal Radical Auténtico, que debe ser el bastión de las libertades en el Paraguay, no solo en las calles y plazas, sino también en la doctrina. La revolución cultural de Mao, la plaza de Tianamen, la corrupción estratégica de la iniciativa de la Ruta y la Faja (BRI) son amenazas geopolíticas para el Paraguay, que antes que fortalecernos ante el Brasil, nos debilitará.
“A muchas personas en diferentes países del mundo se les niegan sistemáticamente la libertad política y los derechos civiles básicos. A veces se afirma que la negación de estos derechos ayuda a estimular el crecimiento económico y es ‘buena’ para un desarrollo económico rápido... ¿Funciona realmente tan bien el autoritarismo? Ciertamente es cierto que algunos estados relativamente autoritarios (como Corea del Sur, el Singapur de Lee y la China posterior a la reforma) han tenido tasas de crecimiento económico más rápidas que muchos estados menos autoritarios (incluidos India, Costa Rica y Jamaica). Pero la tesis de Lee, de hecho, se basa en información selectiva y limitada, más que en cualquier prueba estadística general sobre la amplia gama de datos disponibles. Realmente no podemos tomar el alto crecimiento económico de China o Corea del Sur en Asia como prueba definitiva de que el autoritarismo funciona mejor en la promoción del crecimiento económico... De hecho, hay bastante poca evidencia general de que el gobierno autoritario y la supresión de los derechos políticos y civiles sean realmente beneficiosos para fomentar el desarrollo económico”, escribe el premio nobel de economía Amartya Sen.
La revisión del Tratado de Itaipú es necesaria para restablecer la igualdad jurídica soberana entre el Paraguay y el Brasil, respetada en el Acta de Foz de Iguazú de 1966 pero perdida en el Tratado de 1973.
Los derechos del Paraguay en Itaipú no pueden depender de la ideología del presidente de Brasil sino del patriotismo del presidente del Paraguay.
Revisión
La revisión del Tratado es necesaria para restablecer la igualdad ... entre el Paraguay y el Brasil, respetada en el Acta de Foz de Iguazú, pero perdida en 1973.
De quién
Los derechos del Paraguay en Itaipú no pueden depender de la ideología del presidente de Brasil, sino del patriotismo del presidente del Paraguay
(*) Abogado.