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El mercado asegurador experimentó positivamente un incremento de primas de US$ 404,5 millones a US$ 448,4 millones, es decir tuvo un crecimiento cercano al 11%, lo que a diferencia del 4% que fue el crecimiento entre los ejercicios 2020 al 2021, refleja una mejoría de las primas en la pospandemia. Para recordar, la “prima” es el costo del seguro, es decir, la obligación principal del asegurado y el legítimo derecho del asegurador quien “asume” el riesgo a cambio de la prima. El conjunto de primas soporta en una aseguradora los siniestros de la masa de asegurados en primer lugar y luego, los gastos de intermediación y operativos que supone la administración de los riesgos.
Ahora bien, el crecimiento de esas primas se reflejó principalmente en los seguros de automóviles en un 38% y en los seguros de vida en un 19%. El primero tiene su origen principalmente por el aumento de las importaciones y las ventas de vehículos experimentado en el último año, y el segundo en el crecimiento de los créditos amparados por los seguros de vida.
En contrapartida, el mercado ha sufrido un crecimiento de la siniestralidad. Desde el momento en que las aseguradoras absorben los riesgos de sus asegurados están expuestas a soportar la siniestralidad que pudiera presentarse. El siniestro es un acontecimiento incierto y futuro que no ha podido preverse o que aun previsto no ha podido evitarse. En términos cuantitativos, el mercado de seguros ha pagado en concepto de siniestros la suma cercana a los US$ 270 millones al cierre del ejercicio al 30 de junio de 2022, una cifra que permitió trasladar esas pérdidas a más de 33 aseguradoras activas que absorbieron los eventos siniestrales ocurridos. A diferencia de los US$ 187 millones del ejercicio anterior, hubo un incremento de la siniestralidad de US$ 82 millones. El mayor impacto estuvo en los siniestros agrícolas con indemnizaciones que superaron los US$ 72 millones producto de las heladas que afectaron al maíz y al trigo y a la fuerte sequía que afectó principalmente a la soja. El otro impacto del aumento de la siniestralidad está en los siniestros de automóviles, donde el mercado indemnizó cerca de US$ 109 millones, es decir, 24% más que el ejercicio anterior. Esto debido principalmente al aumento de los costos de los repuestos o autopartes como materia prima importante de la reparación de los vehículos que impacta directamente en la administración de los siniestros.
Esto obviamente afectó al resultado final del mercado que tuvo un decrecimiento del 35%, es decir, de US$ 36,6 millones de 2021 a US$ 23,9 millones en el 2022, y que se refleja además en su resultado técnico que consiste en la diferencia entre las primas emitidas y el importe de los gastos operativos y de siniestros, es decir, el resultado que proviene propia y exclusivamente del ejercicio de la actividad, que disminuyó cuantitativamente de US$ 17,5 millones en el 2021 a US$ 3,5 millones en el 2022.
Con respecto a los gastos de intermediación o de producción, el incremento no fue significativo, de US$ 84,8 millones en el 2021 a US$ 89,5 millones en el 2022, al igual que los gastos operativos o de explotación de US$ 92,5 millones en el 2021 a US$ 99,5 millones en el 2022 que demuestra una contención relativa en ambos gastos durante la pospandemia.
Se presenta así un gran desafío para la industria del seguro en el próximo ejercicio que durante años ha sabido adaptarse a las adversidades económicas del país y creemos que con su solidez financiera y el formidable respaldo de las reaseguradoras que lo acompañan será un año de mejores resultados.
(*) Abogado