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“Esta codicia grotesca está castigando a las personas más pobres y vulnerables mientras destruye nuestro único hogar”, dijo Guterres en una conferencia de prensa.
El jefe de Naciones Unidas pidió a los Gobiernos de todo el mundo que graven con más impuestos estos “beneficios excesivos” y usen lo recaudado para “apoyar a las personas más vulnerables en estos momentos difíciles”.
El político portugués recordó que las ganancias combinadas de las mayores empresas energéticas a nivel global se acercaron en el primer trimestre de este año a los 100.000 millones de dólares y que el negocio de este sector tiene un “costo masivo” en efectos medioambientales.
Guterres se expresó así durante la presentación de un tercer informe preparado por expertos de la ONU sobre el impacto global de la guerra en Ucrania y que, en esta ocasión, se centra principalmente en el ámbito de la energía.
“Gran crisis energética”
El documento subraya que el mundo está en medio de una “gran crisis energética”, con países de todo el mundo afectados por unos precios altos y volátiles de los combustibles y un impacto especialmente grave para las naciones en desarrollo y las familias más vulnerables.
Pese a una estabilización reciente en los mercados mayoristas, la ONU apunta que ese cambio no se ha traducido en una menor inflación para la mayoría de los consumidores.
Además de medidas a corto plazo como planes de ahorro energético, la organización volvió a reclamar hoy una apuesta mucho más decidida por las energías renovables, que según recordó Guterres “en la mayoría de los casos son más baratas que los combustibles fósiles”.
“Los Gobiernos deben ampliar y diversificar las cadenas de suministro de materias primas y tecnologías de energía renovable”, pidió el portugués.
“Deberían eliminar los trámites burocráticos a (las medidas de) transición energética y cambiar los subsidios a los combustibles fósiles para apoyar a los hogares vulnerables e impulsar las inversiones en energía renovable”, añadió.
Codicia
António Guterres calificó la actitud de petroleras y gasistas como una “codicia grotesca”, que castiga a las personas más pobres y vulnerables.