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En estos días hemos disfrutado del lanzamiento de un libro fenomenal elaborado por dos personas de mucha estatura moral y técnica, los ingenieros Ricardo y Mercedes Canese. Se trata del texto: Soberanía Hidroeléctrica para una Patria Nueva. El texto estuvo prologado por personalidades de nuestra sociedad civil: el Ing. Victorio Oxilia, el Dr. Rubén Penayo y el monseñor Mario Melanio Medina. Primera vez que asisto a un lanzamiento con auditorio lleno y asistentes parados en los pasillos.
¿Por qué tanto interés? Me permito, con optimismo moderado, responder: la gente reconoce la historia de lucha de ambos durante los últimos 30 años, agradecen el Acuerdo Lugo-Lula ¡tan favorable a nuestro país, pero archivado por los gobiernos de Cartes y Abdo Benítez! Y también por los logros verdaderos y palpables como la línea de 500 Kv, la separación de la energía de 50 y 60 Hertz en la Subestación Margen Derecha (SEMD), nacionalizada en el período presidencial del 2008 al 2013 y la triplicación económica de la “cesión”. La gente tampoco olvida la salud del pueblo tan magníficamente atendida en dicho período. Dicho esto, pasemos al objetivo de este escrito: la concertación energética.
Ahora pretendemos continuar o reiterar lo ya propuesto en la ponencia anterior. Son propuestas concretas para que el candidato de la concertación, que salga victorioso en el 2023, los ejecute dentro de los tres ejes fundamentales que hoy nos une a toda la oposición: el pacto social, el pacto político y las reformas estructurales del Estado.
En el libro de los Canese se ven los dos puntos primordiales del negocio energético, enmarcado como un eje transversal dentro de los tres pactos o reformas mencionadas: precio justo y libre disponibilidad. Y ¡ojo! La libre disponibilidad solo la haremos en el mercado brasileño, salvo que el precio regional sea demasiado asimétrico. Ya no podremos aceptar que el Brasil pague al Uruguay o a la Argentina a precios siderales, con costos unitarios de termoeléctricas, fotovoltaica o eólicas, mientras nos tiran unas migajas por nuestros excedentes renovables, limpios y seguros. ¡Ovaléma!, dijeron muchos líderes campesinos, indígenas y desplazados de zonas urbanas quienes también hoy ya tienen voz y voto.
La concertación energética ya fue consensuada hace unos 10 años, y fue diseñada por las mismas personas que hoy también están logrando el gran anhelo de la concertación política. Llevaron varios nombres: “Itaipú Ñanemba’e”, “Itaipú, hagamos Patria”, “Itaipú, Causa Nacional” y otras. Todas ellas apoyadas por la oposición, especialmente por el PLRA y el Frente Guasu. Habrá algunos detalles que ajustar, pero son nimiedades delante de la gran renta energética que nos espera. Y esto solo se podrá malograr si es que perdemos este tren de la nueva república.
El barco del continuismo se está hundiendo y el témpano que nos está ayudando es el gran país del norte, a quien pedimos que continúe dándonos esperanza con más nombres de “significativamente corruptos”. Nuestra justicia está podrida, nuestras instituciones están contaminadas por la exclusión, el clientelismo y la pusilanimidad; con el “sistema” ¡jamás lo lograremos!
Reitero, muchos creen que las binacionales ni siquiera son negocios del Estado. Piensan que son entelequias del nirvana o un principado instalado entre dos Estados soberanos ¿Qué son en realidad hoy las binacionales? A muchos les gusta la muletilla de “factor de desarrollo para los pueblos”, pues con esta frase hueca se han enriquecido unos pocos de la margen derecha, pero desarrollado gran parte del sudeste brasileño y la Argentina. Hoy los “barones de Itaipú” siguen como dueños o concesionarios de las rutas, las construcciones de edificios del Estado: puentes, viaductos, escuelas, hospitales, de todas las provisiones: merienda escolar, postes de electricidad, transformadores, vacunas y medicamentos. No les bastó robar hasta a los obreros de las empresas contratistas de ellos mismos.
Proponer un mensaje unificado sobre las binacionales fue difícil, pero se ha logrado. Es por ello que los aspirantes a cargos electivos dentro de la Concertación han comprendido que debe haber una posición única, firme e inamovible sobre los puntos mencionados. El precio y la libre disponibilidad en los mercados de nuestros socios. Ya no aceptaremos que el lucro de Itaipú lo sigan llevando empresas privadas como la Eletrobras y otras argentinas, cuyos nombres ya ni recuerdo.
A esta altura del camino es mejor que ellos terminen empastelados en su pusilanimidad e ignorancia. El 2023 habrá un nuevo nacimiento, con prosperidad y equidad social.
Dios bendiga a la nueva república.
Pactos
Los tres ejes que unen hoy a toda la oposición son los siguientes: el pacto social, el pacto político y las reformas estructurales del Estado.
(*) Ing. Agrónomo, electricista, exasesor del director general paraguayo 2008-2012.