Itaipú 2023: hechos consumados y escenarios posibles

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La oportunidad histórica del 2023

La oportunidad histórica de Itaipú 2023 es hoy. La ventana que se abre con la amortización de la deuda (corrupta e ilegal, CGR, 2021) y la caída en un 60% del costo de producción, presenta la oportunidad de rever todo el esquema de manejo de la entidad, que en estos casi 50 años ha beneficiado a las empresas y bancos extranjeros, a través de Brasil.

Específicamente, rever la toma de decisiones y el manejo del presupuesto de Itaipú (binacionalidad), la libre comercialización de la energía (venta y subestación), el problema territorial (condominio y potestad militar) y los hechos de corrupción envueltos en la deuda. A su vez, internamente se abre el debate en torno al destino más eficiente y productivo de los fondos de la entidad, tanto los actuales como los futuros.

Los escenarios que se abren son varios, y existen factores fundamentales que definirán la cancha, principalmente las elecciones presidenciales y cambio de gobierno en Brasil (octubre 2022 y enero 2023) y, asimismo, en Paraguay (abril y agosto 2023). Los proyectos políticos que los futuros gobiernos encarnen marcarán las acciones que cada Alta Parte emprenderá, habiendo en ambos países distintas propuestas en pugna.

El punto de partida no es cero. En todas las oportunidades claves, las empresas extranjeras a través del Estado brasileño y la anuencia del gobierno de Mario Abdo Benítez, vienen logrando imponer sus intereses de hecho, sin ninguna negociación oficial.

En el presente artículo, analizamos algunos de estos puntos clave, abriendo las reflexiones e interrogantes sobre los escenarios futuros, frente a esta gran oportunidad. Como certeza y lección aprendida, queda claro que el rol de la ciudadanía es fundamental, por lo que mantener este tema central en agenda, y proyectar las oportunidades a futuro, es una tarea estratégica.

Brasil y el gobierno de Mario Abdo: la política de los hechos consumados

La estrategia, por parte del gobierno de Mario Abdo desde su inicio, y con énfasis luego de la crisis del acta bilateral en 2019, fue intentar confundir y distraer a la ciudadanía del tema Itaipú, con acciones sin contenido real, mientras los intereses extranjeros fueron avanzando, tanto en el control de la entidad binacional, como en el uso local de nuestra energía. Pese a ello, la movilización ciudadana ha logrado grandes conquistas, que han sido analizadas en artículos anteriores, volviéndose a destacar aquí su importancia crucial.

El uso local de la energía, para el interés extranjero

El Gobierno viene presentando la propuesta de potenciar el uso local de la energía eléctrica para generar un supuesto desarrollo “limpio” y que genere “mayor bienestar social”. Para ello, la ANDE, por un lado, suscribió a fines del año 2021 expresiones de interés con empresas extranjeras para el uso intensivo de energía, y, asimismo, firmó contrato con una de ellas –ATOME Paraguay S.A.– el 3 de mayo de este año, y abrió la presentación de manifestaciones escritas de interés para adquirir energía eléctrica de alta tensión por un total de 1.000 MW.

El 31 de mayo pasado cerró el periodo para presentaciones de manifestación de interés escrito, habiendo recibido la ANDE 23 manifestaciones escritas, por un total de 5.862 MW de potencia. De estas, 3 empresas plantean usar 1.000 MW, 2 están interesadas en 500 MW, 3 empresas apuntan a 300-400 MW, 2 empresas 200-300 MW, 3 buscan 100-200 MW, y 10 están interesadas en usos menores a 100 MW. Junto con la magnitud, lo central de estas manifestaciones es que las principales empresas apuntan a utilizar la energía para minería de criptomonedas, operación de data center, producción de hidrógeno verde y fertilizantes.

De darse esto así, el llamado “uso local de la energía” se basaría principalmente en la entrega grandes bloques de energía a empresas extranjeras privadas que, a su vez, transferirán el lucro hacia afuera, sirviéndose de las excelentes condiciones productivas del país para enriquecimiento y desarrollo de empresas y países extranjeros, y no para potenciar el mercado interno, la producción y la tecnología en el país, es decir, no para el desarrollo. La instalación de estas empresas no implica cambios significativos ni en la matriz energética ni económica actual, sino una profundización del mismo proyecto económico que viene manteniendo al país en el atraso.

El caso de la producción de hidrógeno verde, por ejemplo, pretende generar una nueva fuente de energía renovable utilizando como principal fuente otra energía renovable (la hidroeléctrica) que históricamente nunca pudo ser utilizada de manera soberana en el país, y orientándola al mercado internacional de hidrógeno verde.

El caso de las criptomonedas, en auge en el debate nacional actualmente con la aprobación en el Congreso de la ley y la emergencia del alto nivel de uso ilegal e informal de la energía para este fin, replica el mismo esquema de uso de nuestra energía para un lucro y aprovechamiento de unos pocos.

A su vez, junto con esto, la alerta se alza en torno al tope al que vamos llegando en cuanto al uso total de la energía generada en el país, estimado para la próxima década. Con ello, a este ritmo, terminaríamos teniendo que importar energía del exterior, en un país energéticamente potencia.

Comercializar nuestra energía, para el lucro privado

El Gobierno ha planteado que parte de la propuesta paraguaya en Itaipú es modificar el Tratado para comercializar la energía paraguaya de Itaipú que no se consume en el país, presentando ello como un avance hacia la soberanía.

En diciembre de 2020, el Consejo de Administración en su reunión ordinaria 305ª emitió una declaración estableciendo a la entidad como “nodo de frontera”, lo que significa que entidades por fuera de Itaipú (ANDE o empresas privadas) podrán utilizar toda la infraestructura de la entidad para comercializar la energía, principalmente al mercado brasileño.

Eso es lo que Leros había intentado ya un año antes de esa declaración, cuando en su propuesta en la precalificación Nº 637 de la convocatoria de expresión de interés para comprar energía eléctrica de la ANDE, había propuesto comprar energía paraguaya de Itaipú para venderla al mercado brasileño, instalándose directamente en la subestación margen derecha de Itaipú y utilizando las líneas de transmisión de 500 kW ya existentes, que van al mercado brasileño, para vender la energía paraguaya, quedándose el lucro en manos privadas de la empresa.

La necesidad de las empresas brasileñas y asentadas en Brasil de continuar controlando la energía paraguaya de Itaipú es clave, y se vuelve cada vez más estratégica ante la creciente crisis. De darse esta comercialización para el lucro privado, y no para el desarrollo, esto sería solamente un disfraz para nuevos negocios, en los cuales empresas amigas del poder, como fue el caso Leros, vendan nuestra energía al Brasil, quedándose con el lucro en pocas manos.

Tarifa baja para Brasil, tarifa alta para Paraguay

El gobierno de Mario Abdo sostuvo en noviembre 2021, luego de la reunión bilateral con Itamaraty en Brasilia, que la propuesta paraguaya era mantener la tarifa de Itaipú al 2023 y dejar las negociaciones de la revisión del Anexo C al próximo gobierno. Ello fue planteado luego de grandes denuncias y movilizaciones ciudadanas en setiembre y octubre 2021, en contra de lo que se presentaba como una inminente baja de la tarifa, sin una estrategia nacional paraguaya.

Sin embargo, vamos al sexto mes del año sin una tarifa definida, y con una propuesta sui géneris de que cada Alta Parte abone por la tarifa “lo que considere”, para supuestamente luego ajustar las cuentas, una vez cerrada la negociación. Sin embargo, la negociación de la tarifa no avanza, así como tampoco las negociaciones generales. El nuevo Canciller –quinto de este gobierno–, al asumir el 2 de mayo del presente, sostuvo que ya van 3 notas institucionales enviadas a Brasil para iniciar las negociaciones, sin ningún tipo de respuesta. Asimismo, la reunión presidencial prevista para el 13 de diciembre 2021 y cancelada el mismo día, pasó supuestamente para enero, pero no fue realizada. Al cierre de este artículo, los presidentes estaban por encontrarse en Foz de Yguazú, sin información sobre el tratamiento o no de este tema.

Mientras tanto, Paraguay sigue pagando 22,60 US$/kW-mes, y Brasil ya está pagando 18,95 US$/kW-mes, sin el 30% de lo anteriormente destinado a la deuda. A su vez, Brasil, a través de su órgano interno ANEEL (Agencia Nacional de Energía Eléctrica) emitió la resolución en la cual aprueba la reducción provisoria de la tarifa producida por Itaipú para Brasil, a aplicarse desde el 1 de enero hasta tanto el Consejo de la binacional resuelva la tarifa definitiva para el 2022.

La posibilidad de que el gobierno de Bolsonaro cambie de posición y acepte mantener la tarifa, pagando a fin de año el monto no abonado a la fecha, es algo que desconoce los antecedentes y las necesidades e intereses de los grupos económicos en Brasil. Las posibilidades giran más en torno a que Paraguay acepte una baja de la tarifa, quedando el remanente del sobrepago realizado por las familias paraguayas a Itaipú a través de la ANDE, y la definición de qué hacer con ello; o una decisión de contar con tarifas diferenciadas, lo que cambiaría el manejo interno de la entidad.

De hecho, la posición inicial del Gobierno paraguayo, presentado a la Comisión Nacional para el estudio y acompañamiento de las negociaciones de la revisión del “Anexo C” de Itaipú Binacional del Congreso Nacional, el 25 de mayo del 2021 a través del Canciller nacional, era contar con una tarifa intermedia de aproximadamente 15 US$/kW-mes. El cambio de esta posición se da luego de las presiones ciudadanas que proponían mantener la tarifa hasta el 2023, como una estrategia de negociación.

Así, no es descartable que este planteo de una supuesta posición país en torno a mantener la tarifa no sea más que una apariencia, y que el acuerdo real –por fuera de las instancias públicas y oficiales– sea bajar a una tarifa intermedia. Tampoco se descarta que el pago diferenciado que se realiza sea el acuerdo alcanzado –asimismo, por fuera de las instancias públicas y oficiales– para zanjar las diferentes necesidades, entre un Gobierno paraguayo que busca mayores fondos para paliar su crisis y aceitar su estructura prebendaria, y un Gobierno brasileño que busca bajar el costo de la tarifa eléctrica para las grandes empresas, ambos con crisis de legitimidad y a puertas de elecciones presidenciales donde buscan que sus grupos político-económicos continúen en el poder.

Oportunidades y escenarios

La oportunidad histórica de Itaipú 2023 es hoy. La ventana que se abre presenta la oportunidad histórica de rever todo el esquema de manejo de la entidad, y, esos cambios, a su vez, catalizan la posibilidad de transformar la estructura productiva nacional, del atraso al desarrollo integral. El gobierno de Mario Abdo, subordinado a los intereses extranjeros a través del gobierno Bolsonaro, continúa desarrollando una estrategia de dilatación de las negociaciones oficiales, mientras avanzan los hechos consumados, en una dirección contraria a la del interés nacional.

Los escenarios que se abren son diversos, y factores como las elecciones nacionales en Brasil y Paraguay, y las movilizaciones ciudadanas en ambos países, sobre todo en Paraguay, marcarán el territorio. La lección aprendida en todos estos años es que la ciudadanía es la garantía de la soberanía, como vimos en el caso del acta bilateral.

Atender estos avances de hechos consumados, analizar los escenarios que se abren y construir un consenso nacional –existente en las bases de la ciudadanía– son elementos centrales en este momento, a los cuales continuaremos aportando en el debate nacional.

Entrega

El llamado “uso local de la energía” se basaría principalmente en la entrega de grandes bloques de energía a empresas extranjeras privadas.

Tarifa

Paraguay sigue pagando 22,60 US$/kW-mes, y Brasil ya está pagando 18,95 US$/kW-mes, sin el 30% de lo anteriormente destinado a la deuda.

Bajar

Las posibilidades giran más en torno a que Paraguay acepte una baja de la tarifa, quedando el remanente del sobrepago realizado por las familias paraguayas.

(*) Politóloga, docente e investigadora, especialista en desarrollo latinoamericano. cecivuyk@gmail.com / @cvuyk, de la campaña Itaipú ñane mba’e.

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