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Las acciones contra el calentamiento global pasan inevitablemente por las ciudades latinoamericanas, donde vive el 80% de la población. Esto significa que, para combatir el cambio climático de manera eficiente, las ciudades deberán tomar medidas urgentes de adaptación y mitigación, y promover la conservación y uso sostenible de la biodiversidad en la planificación y el ordenamiento urbanos.
Una de las iniciativas más innovadoras y que está generando más interés a nivel regional es la denominada Red de Biodiverciudades, un concepto que integra “ciudad” con “biodiversidad”, y que promueve que la conservación de la biodiversidad sea una parte central de la planificación, el ordenamiento del territorio y el desarrollo socioeconómico de las ciudades.
La iniciativa, liderada por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), ha sido suscrita por 30 alcaldes de Argentina y 21 de Ecuador, los dos primeros países en los que se ha planteado. En los próximos meses se realizarán encuentros en el resto de países de la región para que cada vez más ciudades se sumen al proyecto. La iniciativa se lanzó en Barranquilla en diciembre de 2021, y participaron los alcaldes de Barranquilla (Colombia), Córdoba (Argentina), Lima (Perú), Luján (Argentina), Maldonado (Uruguay), Niterói (Brasil), Timbiquí (Colombia), Ushuaia (Argentina).
“Queremos acompañar los esfuerzos de la región para proteger nuestra biodiversidad, ser cada vez más sostenibles y enfrentar con más garantías al cambio climático. Tengo la convicción de que todos tenemos una responsabilidad y debemos salvar el planeta, que no es nuestro, sino de nuestros nietos y de las siguientes generaciones. Por eso, la Red de Biodiverciudades es una gran noticia para la región, porque convierte las ideas en acciones concretas”, dijo Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, durante el encuentro de Biodiverciudades en Ecuador, celebrado a inicios de mayo.
De acuerdo al Foro Económico Mundial y al Instituto Humboldt, las biodiverciudades pueden restaurar el equilibrio entre la gestión urbana y la naturaleza, mediante más infraestructuras verdes, mejores esquemas de gobernanza que promuevan soluciones basadas en la naturaleza; nuevos vínculos positivos entre lo rural y lo urbano; la priorización de modelos de economía circular; y el fomento de valores de bienestar y salud en la ciudadanía.
Esto significa convertir a las ciudades en espacios que conviven de manera armónica con la naturaleza, por ejemplo a través de parques, jardines, infraestructuras resilientes y amigables con el medio ambiente, bosques urbanos, sistemas de transporte limpio, entre otras actividades que contribuyan a integrar los recursos naturales y a promover una actividad socioeconómica baja en emisiones de gases contaminantes. El valor adicional de estas inversiones es que mejoran de manera sustancial la calidad de vida de los ciudadanos.
El cambio climático, la contaminación ambiental y el crecimiento urbano condicionan las agendas de las ciudades, por lo que es necesario que los gobiernos locales contemplen e integren el cuidado de la biodiversidad y el desarrollo de infraestructuras en sus planes de desarrollo urbanístico.
Agenda
El cambio climático, la contaminación ambiental y el crecimiento urbano condicionan las agendas de las ciudades.
(*) Ejecutivo principal de comunicación en el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).