Subsidios, vicios de privilegios contra la virtud de la cooperación

Si el día de mañana lunes la Cámara de Diputados aprueba lo establecido en el Senado, que subsidia por 100 millones de dólares, vía endeudamiento a Petropar y a los emblemas privados de distribución de combustibles para la importación de gasoíl tipo III (común) y nafta virgen, se estará no solo violando la Constitución Nacional (CN) sino también dejando un nefasto precedente de índole cultural y moral.

Cargando...

El subsidio que pretende estabilizar los precios de los combustibles es ridículo por decir un adjetivo calificativo al que sin duda hay que agregar como un robo y una estafa en contra del pueblo perpetrado por sus “representantes”.

No se puede estabilizar un precio cuando que este oscila de acuerdo a la oferta y la demanda. Solo desde aquí ya se está violando el artículo 107 de la Constitución Nacional, que prohíbe el alza o la baja artificial de precios. Esta conclusión procede del mismo sentido común al que cualquier persona sin necesidad de contar con algún título universitario es capaz de llegar.

Y no solo eso, sino que se sabe que nuestro país es tomador de precios en el sector de combustibles. El petróleo y sus derivados no forman parte de nuestra matriz energética, por ende, estamos supeditados a que ciertos costos como el flete formen parte de una cadena que terminan siendo pagados por el consumidor final y más aún cuando somos un país mediterráneo.

El combustible en general entonces es un bien como otros cuya demanda tiene una relación inversa con el precio. Si baja la cotización, la demanda sube en determinada proporción debido a la elasticidad y, al revés, si aumenta el precio la demanda tenderá a ser menos.

¿Quién paga?

El monto del subsidio, que además proviene de un endeudamiento, se convierte en una doble carga para la población. Porque no solo se deberá pagar el subsidio que se encuentra ligado con el empréstito internacional, sino también los intereses de la correspondiente deuda, lo que hace que el costo que cae sobre la gente sea todavía mucho más oneroso de lo que se cree.

El subsidio financiado con el préstamo terminan por ser solventados por gente que ni siquiera usa los vehículos cuyos motores funcionan con los dos tipos de combustibles a ser subsidiados. De que repercute el precio de los combustibles sobre los productos de la canasta familiar pues claro que es así.

Pero entonces quiere decir que las zapaterías, las lavanderías, las librerías, las tiendas de ropas, las peluquerías y al final todas las actividades como también los gastos e inversiones de una familia en la educación y todo aquello relacionado con la comercialización y ventas en general deberían entonces e igualmente recibir un subsidio.

Todos los sectores de la economía, en menor y mayor grado, están siendo afectados en este momento por la incertidumbre y una merma indiscutible en sus respectivos ingresos porque nuestra moneda el guaraní se ha venido devaluando y tiene menor poder adquisitivo. Y la pregunta fundamental es ¿por qué?

La respuesta

Y la respuesta es la que se debe difundir y cuanto más gente lo entienda y sepa, que su presente y futuro no lo están decidiendo ellos sino que son otros, pues entonces estaremos por el camino correcto.

Estamos frente a una gran mentira a la población. Se oculta la verdad tras el velo de las buenas intenciones y tras ciertas explicaciones provenientes de políticos y tecnócratas que infelizmente tienen la sartén por el mango.

No es difícil de encontrar ni de comprender porque el valor en términos reales en relación con el valor nominal de la moneda. Se debe al déficit, al despilfarro, a la corrupción y a la inflación, todos ellos creados y mantenidos por el Estado, los mismos que ahora votan para que la gente se vuelva todavía más pobre ¡al pagar préstamos para subsidios!

Estamos asistiendo al declive de la democracia constitucional. Es la erosión más profunda de las instituciones que permiten la convivencia social. El subsidio es, como dije, una violación de la Constitución en su artículo 107, pero también es un quebrantamiento de la virtud por parte del avance de los privilegios provenientes del poder político en connivencia con grupos de presión.

La destrucción de la virtud

La virtud tiene varias formas de ser explicadas. Considero en razón a esta nota periodística que la misma es la capacidad de producir un determinado efecto positivo pero cuyo correlato final es hacer el bien sin dañar a los demás.

Una virtud es actuar de acuerdo a ciertos preceptos que guían al ser humano en la búsqueda del bien, la verdad y la justicia. A la virtud se le contrapone el vicio como un hábito de hacer algo perjudicial. La deshonestidad, la indecencia, la corrupción, el robo como todo aquello que provoca daño a nuestro prójimo.

El subsidio adosado al endeudamiento es un vicio. Es un daño a otros porque se está beneficiando a unos en detrimento de otros. Se le extrae parte de su dinero a unos que, por cierto, ni siquiera prestaron su consentimiento para que se les saque parte del fruto de su trabajo para que otros lo dispongan para sí.

Cuando esto sucede se deja un antecedente. Este antecedente no es solo de orden económico y jurídico como de hecho lo es. Es el que sirve de sustento a la misma economía y al derecho. La misma consiste en que si el vicio adquiere privilegio sobre la virtud, entonces quiere decir que la persona que trabaja para llevar el pan a su hogar es un convidado de piedra, un fusible a descartar, un intermediario de lo que otros decidan usando la fuerza de la “ley”.

La cooperación como virtud

En una sociedad que se precie de libre y de justa, la cooperación es una forma de relacionarnos con los demás porque sabemos que solos lograremos una parte de nuestros objetivos, pero juntos en armonía y respeto, lograremos mucho más.

Cuando una persona descubre que puede levantar una pesada caja con la ayuda de otra se percata de que la cooperación no es solo un acto en sí mismo, sino también es una virtud. El ser humano descubrió esta forma de relación hace miles de años y le valió su sobrevivencia en los más difíciles momentos de su historia.

Fue la cooperación la que trajo consigo la división del trabajo y de ahí al aumento de la producción y la productividad. Como seres humanos logramos el progreso como criaturas dispuestas ante las vicisitudes de la naturaleza. Nos percatamos de que nuestros fines individuales no lo vamos a conseguir solos. De esta acción surge el orden social. Y la libertad, la cooperación y la propiedad privada son sus pilares.

Cuando me refiero a la cooperación como una virtud estoy refiriéndome a que no es una cuestión auxiliar que sucede cada tanto. En realidad para que la cooperación pueda dar resultados requiere de la acción constante de todos los miembros de una sociedad. Toda acción deliberada, pacífica, cooperativa que nos haga mejores siempre será superior para cada uno y para todos.

Sin embargo, la transgresión de la virtud conlleva a la sociedad del privilegio y de ahí la violencia, sinónimo de desinversión, desempleo y miseria.

Ahí donde unos pocos empiezan a llevarse lo poco o mucho de los demás, esa sociedad inicia su decadencia y es lo que sucederá dejándose un nefasto antecedente si se aprueba la ley de “estabilización de precios” de combustibles mediante un subsidio financiado con endeudamiento.

Nefasto

Si Diputados aprueba el subsidio por US$ 100 millones, se estará violando la CN y dejando un nefasto precedente de índole cultural y moral.

Vicio

El subsidio adosado al endeudamiento es un vicio. Es un daño a otros porque se está beneficiando a unos en detrimento de otros.

(*) Catedrático de materias jurídicas y económicas en UniNorte. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”; “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...