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Si bien es cierto que las energías renovables constituyen un importante componente dentro de la matriz primaria, la proporción se reduce de manera importante cuando se la compara con la secundaria (energía primaria convertida o transformada para el consumo final y directo). Tal es el caso de Paraguay, donde la energía total obtenida depende, en gran manera, de la participación de otras fuentes no renovables, como la importación de los derivados del petróleo.
En tanto que el consumo final de energía se refiere a lo que efectivamente consumió el país tanto para la realización de sus actividades transformativas y comerciales, como las de consumo final en hogares y en el sector público. Además, para el cálculo se sustrae el total de energía exportado a terceros países y las pérdidas incurridas en el proceso de transformación y distribución. A este cálculo se le suma la energía importada por el país dentro de un cierto período de tiempo.
De acuerdo con el último balance energético nacional publicado por el Viceministerio de Minas y Energía en el 2020, la oferta bruta de energía total en Paraguay se ubicó en 10.333 KTEP (kilo toneladas equivalentes a petróleo). Es decir, 1 KTEP es igual a 1000 toneladas equivalentes a petróleo, 1 TEP es igual a 11,627907 MWh. Así, se define la tonelada equivalente de petróleo como la energía producida en la combustión de una tonelada de crudo de petróleo. Se utiliza esta medida para armonizar la medición del balance eléctrico y el balance de combustibles fósiles.
De la oferta bruta total en 2020, se consumieron 6.218 KTEP (el 60% de la oferta total) y 2.481 KTEP (un 24% del total) tuvieron como destino la exportación. Los restantes 1.635 KTEP se atribuyeron a pérdidas e ineficiencias en los procesos, o bien, a la acumulación de stock energético por parte del país.
Los datos presentados reconfirman que Paraguay goza de excedentes energéticos. Prueba fehaciente de ello son las exportaciones o cesiones registradas de energía bajo el concepto de energía generada no demandada internamente.
Composición energética en el país
Ante la situación expuesta anteriormente cabe plantear la siguiente interrogante: ¿De dónde proviene toda la energía generada y consumida por Paraguay? Se procede, entonces, a responder a este cuestionamiento mediante dos enfoques distintos.
En un primer enfoque, conforme al último Balance Energético Nacional (2020), la hidroenergía significó el 52% de la generación de energía primaria total en el país, mientras que el restante 48% se compuso de biomasas y carbón mineral.
Al considerar la oferta bruta nacional o la energía bruta total disponible en el país para ese año, la hidroenergía respondió por el 40% de la oferta, las biomasas por un 36% y los derivados del petróleo por el restante 24%.
Seguidamente, en cuanto al escenario de demanda o consumo final de energía en el país, este se muestra distinto. Las biomasas sumadas al carbón mineral componen más del 42% de toda la energía demandada y consumida en el país, a lo que le siguen los derivados del petróleo con un 39% y, por último, la energía hidroeléctrica 19% del total consumido por el país en ese año.
Como se puede observar en las sucesivas publicaciones anualizadas del Balance Energético Nacional, las proporciones de participación son crecientes en el tiempo para los combustibles fósiles importados. Por ejemplo, los derivados del petróleo sumaban apenas el 15% de la oferta bruta de energía total en el 2009, comparado al 24% de participación obtenido en el 2020. De esta manera, en más de una década significó un crecimiento del 60% en la participación de los derivados de petróleo dentro de la matriz energética nacional.
En el Balance Energético Nacional se contempla el balance del petróleo en el año 2020 donde el diésel y gasolina representaron el 65,4% y 27,6% de la participación, respectivamente. A decir, más del 92% de toda la matriz de combustibles se concentró en los mencionados productos. En ese sentido, el diésel aportó 1.565,3 KTEP de energía, mientras que la gasolina otros 660 KTEP a la matriz energética nacional al cierre de 2020. Otros elementos que igualmente aportaron energía, aunque en menor proporción fueron: el Gas Licuado Procesado (95,3 KTEP) y todos los demás combustibles (116,6 KTEP).
Demanda final de la energía total utilizada en Paraguay
El promedio de consumo de la energía total en el 2020 de un ciudadano en Paraguay fue de 857,8 KEP (kilogramo equivalente a petróleo). Esta cifra significó una reducción del 5% con respecto al 2019, cuando el consumo per cápita promedió 904,1 KEP anual.
La disminución se explicaría por factores particulares como la reducción del ritmo de actividades durante la pandemia de industrias y comercios, así como por una retracción en el gasto energético final resultado de menores desplazamientos y a la incertidumbre generada en torno a los mismos ingresos familiares.
Al observar los registros de la última década, el paraguayo en promedio actualmente consume 33,2% más que en el año 2009. De seguir esta tendencia, el crecimiento de la demanda final promedio de energía en el Paraguay estimado para los próximos 10 años sería de +3,1% anual (según cálculo ajustado de regresión) y el crecimiento per cápita del consumo de electricidad de un +2,6% anual. Paralelamente, el crecimiento de la población paraguaya es del 1,37% anual, de acuerdo con datos obtenidos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Como se ha observado, la demanda de energía total y per cápita crecen a un ritmo más acelerado que el total de la población. Es de considerar que existen también otros factores que explican el aumento más que proporcional de demanda de energía eléctrica, además del crecimiento demográfico neto, como la Inversión Extranjera Directa en empresas transformadoras, el incremento de capacidad instalada de las industrias existentes, el aumento de las exportaciones totales del país, un mejor precio obtenido por la venta de energía excedente en detrimento de destinarlo al consumo interno.
Otro aspecto que contempla el Balance Energético Nacional es el balance eléctrico de 2020 donde se observa que del total de generación bruta de energía eléctrica (46.373 GWh generados), el 60% o 28.005 GWh correspondió a la exportación o cesión de energía por parte del Paraguay a países vecinos. Del total mencionado, Brasil adquirió el 78,9% del total exportado, mientras que Argentina el 20,6% de la energía total exportada por Paraguay. Es de aclarar que el porcentaje no suma 100%, ya que la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) también exporta una fracción residual bajo el concepto de “otras exportaciones”.
Así, la oferta eléctrica total disponible en el país sumó unos 13.719 GWh al cierre de 2020, representando 879 GWh ó 6,8% más que el total de energía ofertada durante el año 2019.
En cuanto al consumo final eléctrico por tipo de unidad consumidora, no se evidencian grandes variaciones de las proporciones de participación al considerar los últimos diez años. Los datos del Viceministerio de Minas y Energía dieron cuenta que el consumo residencial representó, en promedio, el 43% del consumo total de energía disponible en el país.
Por su parte, el consumo comercial y el industrial comprendieron, en promedio, 18% y 20% de participación, respectivamente. Mientras que el sector público consumió, en promedio, 19% de toda la energía eléctrica disponible para consumo en el país.
En el cierre del Balance de Electricidad del 2020, el consumo residencial sumó unos 6.403,3 GWh (46,7% del total de energía eléctrica consumida), en tanto que el comercial alcanzó 2.276,6 GWh (16.6% del total).
En esa misma línea, el consumo industrial fue de 2.379 GWh (un 17,3% del total) y el uso en el sector público se ubicó en 2.660,1 GWh (un 19,4% del total).
Tal como muestran las estadísticas, la pandemia provocada por el covid-19 impactó en los datos del Balance Energético Nacional con un considerable incremento del consumo de energía eléctrica en el sector residencial respecto al anterior año, en detrimento de leves reducciones de consumo energético en los sectores comercial, industrial y el público en general.
La presentación, descripción y análisis de los datos de la matriz energética en Paraguay se constituye en una fuente relevante para el replanteamiento del modelo energético actual.
Ello, si el objetivo radica en optimizar la generación, transmisión y distribución de la energía en Paraguay, aprovechar los excedentes y capitalizar el principal recurso disponible del país en inversiones que sumen al desarrollo y crecimiento del país.
Limpia
Disponibilidad de energía eléctrica en Paraguay: Es limpia, no es subsidiada, no contamina, es barata y presenta serias limitaciones de disponibilidad.
Alza
Conflicto entre Rusia y Ucrania convulsionó los mercados presionando al alza el precio de varios productos e indicadores económicos y financieros a escala global.
Petróleo
En más de una década, la participación de los derivados de petróleo dentro de la matriz energética nacional registró un crecimiento del 60%.
Energía
Datos del Viceministerio de Minas y Energía dicen que consumo residencial representó, en promedio, 43% del consumo total de energía disponible en el país.
Impacto
Pandemia por covid-19 impactó en un considerable incremento del consumo de energía eléctrica en el sector residencial con respecto al anterior año.