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América Latina y el Caribe se constituyó en la región más afectada por la pandemia. Sus condiciones desfavorables en términos de pobreza, informalidad, acceso a educación, salud, acotado y, en algunos casos, hasta nulo espacio fiscal se vieron profundizados con la crisis provocada por el covid-19.
Empresas y empleados vieron destruirse en meses sus negocios y puestos de trabajo. Las Micro, Pequeñas y Medianas (Mipymes) han sido las más vulnerables debido a su limitada espalda financiera a diferencia de las demás empresas, caracterizadas por una mayor fortaleza ante eventos adversos.
Es de recordar que, de acuerdo con la Organización Mundial del Comercio (OMC), las Mipymes representan el 95% de las empresas de todo el mundo y generan el 60% del total del empleo a nivel mundial. Además, su contribución ronda el 35% del Producto Interno Bruto (PIB) en los países en desarrollo y el 50% en los estados desarrollados. Además, son importantes empleadoras de mano de obra femenina y juvenil, así como uno de los principales motores de la innovación y el crecimiento económico.
En pandemia y conforme con resultados dados a conocer por el Centro de Comercio Internacional de las Naciones Unidas, el 60% de las microempresas y el 57% de las pequeñas empresas fueron gravemente afectadas por la pandemia, frente al 43% de las grandes empresas.
Pese al sin precedente estímulo fiscal impulsado por los gobiernos para salvar los miles de emprendimientos en América Latina, muchos no lograron resistir, sobre todo, los que operaban en el marco de la informalidad. Sobre el punto, es importante mencionar que antes de la crisis la tasa del empleo informal en la región se ubicaba por encima del 50%, situación que con la pandemia encontró a miles de personas sin protección.
Al considerar el citado dato, la asistencia financiera no tuvo el alcance esperado, producto de que muchas empresas funcionaban fuera de las normativas legales. Sin olvidar que otro grupo importante tampoco pudo acceder a los paquetes de ayuda por la gran burocracia estatal. De hecho, en la actualidad, cientos de Mipymes buscan financiamiento, pero sin éxito, debido a la falta de flexibilidad para el proceso y concesión crediticia.
¿Cómo ha sido el escenario en Paraguay? ¿Qué es el Fondo de Garantía del Paraguay (Fogapy) para las Mipymes en el país? ¿Han podido acceder a las asistencias a dos años de pandemia? ¿Cuáles son las perspectivas para uno de los principales motores de la economía paraguaya?
Estas y otras interrogantes son presentadas, descriptas y analizadas por la Consultora MF Economía e Inversiones en esta edición.