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La “empresa” constituye un organismo altamente eficiente y coordinado en sus distintos aspectos. Una empresa eficiente y socialmente responsable tiene tres ejes bien definidos: económico/social/ambiental. El aspecto económico es su fin primordial. El accionista que invirtió su capital espera un lucro. Superior a lo que podría rendir ese capital en una inversión puramente financiera. Todo lo demás es adyacente: competir; liderar; conquistar mercados; expandirse extraterritorialmente o dejar un legado (típico del fundador). En el aspecto social prevalece la generación de fuentes de trabajo; la solidaridad desde la baldosa que le toca al empresario; el cumplir con sus impuestos siendo corresponsables con el país; la satisfacción del cliente como parte de la sociedad; la ética y la transparencia en su gestión.
En el aspecto ambiental, ser amigable con la naturaleza; no contribuir con la contaminación; favorecer el ecosistema controlando los residuos; cuidar el consumo innecesario de los recursos naturales… entre otros.
La empresa de seguros, si bien no es una industria pesada encaja de igual manera en los tres ejes, por lo cual no podemos disociar ninguno. Así, administrar una empresa de seguros en medio de una pandemia o epidemia desarticula en gran medida el perfecto equilibrio de estos tres ejes principalmente en los aspectos: técnico/administrativo/legal/comercial.
Técnico: integra el cálculo de las primas con sus notas técnicas respectivas; las previsiones para hacer frente a los futuros siniestros, a la morosidad y al exceso de capitales en riesgo. Conforma un perfecto equilibrio basado en las probabilidades, frecuencia e intensidad de los siniestros que puedan producirse.
El efecto C-19 estuvo en el análisis de los riesgos directamente afectados como ser los seguros de vida cuando no posee exclusiones por epidemias o pandemias. Asumir el impacto de la siniestralidad y recalcular las notas técnicas para suscripciones futuras previendo una desviación de la curva por las causales indicadas.
Administrativo: integra el régimen de ingresos y egresos; el retorno de la prima; la información para la toma de decisiones; los ratios evolutivos, el presupuesto, los factores internos y externos y el lograr los resultados proyectados.
El efecto C-19 estuvo en el retorno de las primas, es decir el aumento de la morosidad a raíz de las dificultades económicas que trajo consigo la pandemia, con cientos de desempleados, suspendidos y empresas semi o totalmente paralizadas.
Los gastos fueron cuidadosamente revisados buscando mantener la estructura de recursos humanos y el cumplimiento del servicio. El organismo de control asumió que se trataba de una situación especial y analizo la manera de descomprimir ciertas previsiones, como las reservas de morosidad y el régimen de liquidez cuyo impacto es de manera directa.
Legal: integra el cumplimiento de las normas legales propiamente del seguro basados en el Capítulo XXIV del Código Civil referido al contrato de seguro; Ley N° 827/96 de Seguros; reglamentaciones del organismo de control; cumplimientos de las normas tributarias; de prevención de lavado de dinero y de defensa al consumidor.
El efecto C-19 estuvo en la interpretación de ciertas cláusulas de determinados riesgos donde no estaba contemplada la epidemia o pandemia como riesgo cubierto principalmente relacionado con la interrupción del negocio y la pérdida de beneficios.
Comercial: integra el circuito de la cadena de valor, desde la “oferta y aceptación” del servicio, la propuesta del seguro, suscripción, la emisión de la póliza y su distribución.
El efecto C-19 estuvo en la manera de comercializar, de la venta “face to face” a la venta tecnológica; del formulario propuesta a la aceptación vía app o WhatsApp; del envió físico de la póliza al envío digital; del cobro manual al débito automático, que constituyeron nuevos desafíos para el asegurador y para el agente o corredor de seguros y un desafío para el cliente/asegurado/consumidor que debió romper el tradicional sistema de adquisición y adaptarse a las nuevas herramientas tecnológicas.
Es así como el mayor o menor impacto del C-19 dependió en gran medida de la eficiencia en la administración de la empresa en sus ejes económico, social y ambiental.
(*) Abogado