El amor a la Patria y la revisión del Tratado

La Organización de Naciones Unidas fue creada en 1945 para mantener la paz y seguridad internacionales, suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz entre los países. Su Carta establece que los Estados miembros de la Organización, “en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado”.

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El uso de la fuerza contra la integridad territorial de un Estado es contrario a los principios de igualdad soberana, independencia, y libre determinación de los pueblos. Ante el uso de la fuerza, estos principios y valores abstractos, sin embargo, necesitan defenderse por la fuerza, invocando el derecho internacional, y por personas con profundos sentimientos de amor a la patria, algo que los Estados deben cultivar, promover, y fortalecer en sus ciudadanos.

El 24 de febrero de 2022, Rusia invadió Ucrania, en forma premeditada e injustificada, lesionando su integridad territorial e independencia, cometiendo crímenes de lesa humanidad definidos en el Art. 7 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. El 2014, Rusia anexó Crimea, en perjuicio de la integridad territorial de Ucrania. Kiev, la capital de Ucrania, resiste y esto se debe principalmente a los sentimientos de patriotismo, la cohesión entre el pueblo y su gobierno, y el heroísmo de su presidente, quien dijo “la luz triunfará sobre la oscuridad, la vida sobre la muerte”.

En nuestras vidas experimentamos normalmente sentimientos de egoísmo y altruismo, entre sentimientos de afecto de lo que queremos para nuestras vidas, nuestras familias, nuestras relaciones, pero también tenemos sentimientos de felicidad en amar a la nación, a querer participar de un proyecto plural y colectivo, amar a la patria y participar del bien común, entregando algo material a los necesitados, participar de alguna manifestación pacífica, protestar contra la injusticia, donar el tiempo o el esfuerzo a la sociedad. La filósofa norteamericana Martha Nussbaum escribe “El amor público que necesitamos, entonces, incluye el amor a la nación, y un amor que concibe a la nación no solo como una serie de principios abstractos, pero como una entidad particular, con una historia específica, con características físicas específicas, y aspiraciones específicas que inspiren devoción”.

La República del Paraguay, desde su nacimiento, experimentó, como ningún otro país en Latinoamérica, la amenaza de su negación como nación independiente y adicionalmente el desmembramiento de su territorio. En su preservación como Estado, los sentimientos de patriotismo, la construcción de su identidad y el heroísmo de sus mujeres y hombres fue fundamental.

El patriotismo, escribe Nussbaum, para que sea una fuerza positiva para la nación debe encontrar un equilibrio, debe cuidarse de no desbordar en un fanatismo que sea excluyente del pluralismo, que suprima el espíritu crítico indispensable para preservar las libertades o termine por oprimir minorías; también es un inconveniente soslayar a las emociones patrióticas por completo, porque entonces se debilita una fuerza importante para la cohesión y proyectos colectivos para fortalecer y defender a la nación.

El Congreso General del Paraguay, el 20 de julio, formuló la siguiente declaración afirmativa de su identidad nacional: “Este ha sido el modo como ella (la Provincia por sí misma y a esfuerzos de su propia resolución) se ha constituido en libertad y en el pleno goce de sus derechos, pero se engañaría cualquiera que llegase a imaginar que su intención ha sido entregarse al arbitrio ajeno y hacer dependiente de su suerte de otra voluntad. En tal caso, nada más habría adelantado ni reportado otro fruto de su sacrificio que el de cambiar una cadena por otras, mudar de amos”.

El Paraguay se constitutyó en “libertad”, en “pleno goce de sus derechos”, con la intención de no cambiar las cadenas que la sujetaban a la monarquía de España por las de otro amo.

Los revolucionarios franceses, y el dictador Francia, entendían la necesidad de crear una religión civil, un catecismo, que cultivara en la población el amor a la patria y a los ideales de la revolución, de modo a que los principios abstractos de libertad, igualdad y justicia estuviesen no solo en las mentes sino en los corazones del ciudadano.

¿Cuál es el gobierno de tu país? El patrio reformado. ¿Qué se entiende por patrio reformado?

El regulado por principios sabios y justos, fundados en la naturaleza y necesidades de los hombres y en las condiciones de la sociedad.

En las tratativas entre el canciller paraguayo José Berges y el ministro Paranhos de Brasil, en la preguerra, Berges defendió la independencia del Paraguay, su soberanía e integridad territorial con sólido conocimiento del derecho internacional y habilidad dialéctica, algo imposible sin imaginación histórica, emoción patriótica y una visión de la preservación y el futuro del Paraguay.

Francisco Solano López, en 1855, sobre el aplazamiento de la cuestión de límites con el Brasil, dijo lo siguiente: “He juzgado que los intereses vitales de la República y la política del Supremo Gobierno fundado en ellos me imponían esta reserva; si el tratado de amistad, comercio y navegación era prontamente ratificado y puesto en ejecución, no conseguiría la República ajustar y concluir el de límites sobre un pie razonable y justo, porque habrían entregado indirectamente a una nación vecina, poderosa y fuerte, sus posiciones de seguridad y defensa y se habrían entregado con las manos atadas, a su discreción, son conservar más que un fantasma de Nación Independiente”.

Entregar la libre navegación de los ríos antes de definir los límites con el Brasil constituía un problema existencial para el Paraguay, una amenaza a su seguridad y defensa y por lo tanto a su independencia, arriesgando atarlo de manos, encadenarlo, volverlo un “fantasma” de nación independiente, como observó López. A pesar de los esfuerzos de Berges por resolver la cuestión de límites sobre la base de la razonabilidad, la negociación, los hechos históricos, y el derecho internacional, el Brasil continuó con el uso de la fuerza, invadiendo constantemente Uruguay y Paraguay y, finalmente, firmando el tratado secreto de la triple alianza para imponer al Paraguay por la fuerza antes que por la diplomacia y el consentimiento, los límites al Paraguay.

Saltos del Guairá, de nuevo fuerza

En la cuestión de los Saltos del Guairá el Brasil usó nuevamente la fuerza y la amenaza antes que la diplomacia, ocupando territorio paraguayo antes de la firma del Acta de Foz de Yguazú en 1966, en el que se establece el justo precio por el aprovechamiento hidroeléctrico del río Paraná entre el Paraguay-Brasil, respetando el principio de derecho internacional de la igualdad soberana jurídica de las naciones. Estos instrumentos internacionales, a diferencia de los previos a la Guerra de la Triple Alianza, pertenecen al orden mundial establecido en 1945 y sin embargo el Brasil siguió empleando la fuerza, la coerción y la manipulación contra el pueblo de Paraguay, contradiciendo en el Art. XIII del Tratado de Itaipú de 1973 el espíritu de lo establecido en el Acta de Foz de Yguazú de 1966.

Los escritos de Efraím Cardozo, la imaginación histórica, y los sentimientos de patriotismo de estudiantes, la Iglesia Católica paraguaya que publicó los artículos de Cardozo, los pedidos de intervención de Dean Rusk, acciones que impidieron que el uso de la fuerza y la coerción del Brasil no resultara tan perjudicial a los derechos del Paraguay en Itaipú.

Elvio Romero, en su poema Tren con Banderas, evoca sentimientos locales y emociones patrióticas:

Era un tren con banderas

Aquel tren de mi pueblo; un tren hermoso

como esos trenes hondos que aran la quemadura de la imaginería popular;

tren compartido,

mínimo y desolado, por entre donde brotan

los pañuelos de adiós del horizonte

Era un tren con banderas.

Cuando avanzaba solo

Como arisco alazán por la pradera,

era una clara y lenta respiración del aire,

centella imaginaria de luna y aguacero,

una fiesta ligera de infancia y de colores;

volaba el Viento Norte sobres sus ventanillas,

sus ruedas fulguraban sobre las espuelas de rieles, su silbido era un canto de pájaros de fuego.

El Paraguay entero

cabría en sus vagones, su violencia

y su encendida música; cabrían sus silencios

y su desamparado destino, el afán soterrado

de libertad, su cruz y sus crucifixiones,

la madera olorosa de sus montes cerrados,

su profunda y amarga masticación de muerte.

El poema podemos interpretarlo como un símbolo del Paraguay y su historia, como el Paraguay, ese tren en el que todos viajamos, con su pasado, presente y futuro.

En el derecho internacional, la revisión de un tratado es un procedimiento jurídico/técnico, para determinar la necesidad de mejorarlo. El Anexo C del Tratado de Itaipú establece en términos imperativos que a los 50 años las Altas Partes revisaran el Anexo C del Tratado, el que afecta e implica las condiciones de prestación de los servicios de electricidad, e inexorablemente el Art. XIII del Tratado que es violatorio del principio de la igualdad jurídica soberana de los Estados.

El complejo Itaipú representa para el Paraguay, además de su soberanía energética, la proyección de su poder en el Mercosur, su integración efectiva y justa en la región, física y económicamente. En la revisión del Tratado de Itaipú, el Paraguay se encuentra nuevamente con el recurrente y cíclico desafío existencial que lo define desde su misma independencia. Itaipú puede significar para el Paraguay límites, barreras, restricciones, o bien puentes, unión, amistad y comercio. El desafío de la revisión entonces no es solo jurídico sino patriótico, y los principios jurídicos abstractos en juego necesitan del respaldo de un gobierno y un pueblo con las emociones, entusiasmos y pasiones adecuadas, como el heroico pueblo de Ucrania lo demuestra en estos días para defender su misma existencia, independencia, e integridad territorial, para no ser un “fantasma” de nación independiente como le dijera López a Paranhos en 1855.

No enarbolan una bandera de esperanza...

Los miembros paraguayos del Consejo de Itaipú, el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Congreso de la Nación, en la revisión del Tratado de Itaipú no enarbolan una bandera de esperanza, de amor a la patria, sino al contrario parecen discapacitados por un silencio pesimista y derrotista. El país necesita de una nueva generación de políticos y congresistas, que inspiren la confianza y las emociones de amor a la Patria que necesita un Paraguay fiel a su tradición histórica de heroísmo, independencia y coraje, activo defensor de su independencia e integridad territorial.

El Campamento Cerro León termina con el siguiente diálogo entre el Sargento Díaz y el mayor Lakú:

“Será posible, Lakú; será posible, Mayor, que entreguemos la bandera, que entreguemos la bandera, bandera del Paraguay?”

Que recordemos, que Francisco Solano López, Florentín Oviedo, las mujeres Residentas, y Eusebio Ayala, jamás entregaron la bandera del Paraguay.

La ONU

La ONU fue creada en 1945 para mantener la paz y seguridad..., suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz entre los países.

Paraguay

El Paraguay, desde su nacimiento, sufrió, como ningún otro país en Latinoamérica, la amenaza de su negación como nación independiente...

Guairá

En la cuestión de los Saltos del Guairá el Brasil usó nuevamente la fuerza y la amenaza antes que la diplomacia, ocupando territorio paraguayo ...

No

Los miembros paraguayos del Consejo de Itaipú, Cancillería, Congreso, en la revisión del Tratado de Itaipú no enarbolan una bandera de esperanza...

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