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En los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y en Rusia, el crecimiento de las remesas al exterior estuvo vinculado a la suba de los precios del petróleo y en la recuperación económica, revelan informes del Banco Mundial (BM).
De acuerdo con las Naciones Unidas existen aproximadamente 200 millones de trabajadores migrantes en todo el mundo que remesan a más de 800 millones de familiares. Sus estimaciones dan cuenta de que la remesa familiar promedio se encuentra entre US$ 200 y US$ 300 mensuales.
Con la llegada de la crisis sanitaria y la reconfiguración económica mundial, las proyecciones señalaban una caída de las transferencias durante el primer año de la pandemia, sin embargo, el impacto fue menor a lo esperado. Así, el 2020 cerró con una caída a escala global de 1,6% con respecto al 2019, es decir, US$ 8.000 millones menos de remesas totalizando US$ 540.000 millones.
Para el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, existe una serie de razones que explican la menor retracción en pandemia. Entre la que figura como principal “que los migrantes han dado prioridad a las necesidades de sus familias, reduciendo el consumo personal y recurriendo a los ahorros”.
Al observar los datos de manera desagregada, América Latina y el Caribe (ALC) en cambio se destacó por un crecimiento de 6,5% en el volumen de remesas, ubicándose en alrededor de US$ 103.000 millones con respecto al 2019.
La dinámica estuvo motorizada por la recuperación del empleo y los paquetes de estímulo económico en Estados Unidos que se tradujeron en flujos hacia México, El Salvador, Guatemala, Honduras y Jamaica. Estos países reciben un 95% de las remesas de migrantes que trabajan en el país norteamericano, de acuerdo con datos del BM.
Sin embargo, la situación fue opuesta para otros países de la región como Bolivia, Paraguay y Perú, donde el envío de remesas muestra una reducción de 16%, 11,6% y 13%, respectivamente. Lo anterior, producto de la complicada situación económica registrada en España durante el primer año de las pandemia y donde reside una décima parte de los migrantes latinoamericanos.
En el segundo año de la pandemia, las remesas evidenciaron nuevamente una importante dinámica.
Las proyecciones del organismo internacional de envíos de dinero están ancladas a que los países de renta baja y media alcanzarían el 2021 un crecimiento de 7,3%, llegando a US$ 589.000 millones. La penetración de estos recursos superaría, incluso, la suma de la inversión extranjera directa y la asistencia externa al desarrollo, afirmaron desde el Banco Mundial.
Con respecto a los flujos de mayor volumen se concentraron hacia ALC con un crecimiento interanual de 21,6%, en parte del Oriente y el Norte de África (9,7%), Asia meridional (8%), África subsahariana (6,2%), y Europa y Asia Central (5,3%). Mientras que otras regiones, como Asia oriental y el Pacífico, registraron disminuciones en torno al 4,0%, sin incluir a China, que reportó un crecimiento de 1,4%.
El informe denominado “Reseña sobre migración y desarrollo” del Banco Mundial refiere que Latinoamérica recibió aproximadamente US$ 126.000 millones en 2021, siendo México el principal captador de los recursos con el 42% de los envíos en la región. En la misma línea, varias economías más pequeñas también destacaron por superar 20% su producción nacional en concepto de remesas. A decir, El Salvador (26,2%), Honduras (26,6%) y Jamaica (23,6%).
Para este año 2022, las proyecciones apuntan a una continuidad en el aumento del volumen de los envíos hacia América Latina y el Caribe en torno al 4,4%. El comportamiento económico de Estados Unidos tendrá alta incidencia en la dinámica de los envíos de dinero.
La tecnología como facilitador de las transacciones
Como en ediciones anteriores se mencionaba, la pandemia aceleró la adopción de la tecnología en los servicios financieros. En consecuencia, miles de productos pasaron a la vanguardia, facilitando la experiencia de los usuarios en todo el mundo, quienes debieron cambiar sus hábitos en pleno confinamiento y las empresas readecuar sus sistemas a las nuevas necesidades. En ese sentido, el uso de los medios digitales para los envíos de dinero tuvo una expansión más que importante en este periodo de reconfiguración de la oferta y demanda con externalidades positivas como la adopción del dinero móvil, reducción en el costo de las transferencias y el fortalecimiento de la inclusión financiera de los migrantes y sus familias.
Con relación al costo de las transferencias, los datos recabados por el Banco Mundial muestran una disminución de medio punto porcentual en promedio por US$ 200. Es decir, pasó de 6% en 2020 a 5,5% en 2021 (Banco Mundial).
Evolución de la migración y remesas en Paraguay
A partir del año 2000, el proceso migratorio en Paraguay experimentó un importante salto. La población de emigrantes paraguayos pasó de 375.000 a aproximadamente 872.000 para el 2019, de acuerdo con informaciones de www.datosmacro.expansion.com. Del mencionado total, las mujeres constituyeron el 57% y el restante estuvo conformado por hombres. Esta tendencia de composición se ha mantenido en los últimos años.
En cuanto a los países de destino, Argentina, España, Brasil y Estados Unidos figuran como los principales puntos de emigración. En la misma línea, Argentina destaca con el mayor número de paraguayos con alrededor del 80% de todas las emigraciones registradas. Con los niveles más bajos se hallan España (7%), Brasil (6%) y Estados Unidos (4%).
Las remesas se han convertido en un importante componente del engranaje económico de Paraguay. De acuerdo con datos del Banco Central del Paraguay (BCP), al cierre del año 2021 las mismas totalizaron US$ 488 millones, esto es, 1,21% del Producto Interno Bruto (PIB) estimado para ese año (ver info).
Al analizar el avance de la relación remesas/PIB, se observan máximos para los años 2012, 2016 y 2017 vinculados al entonces proceso de recuperación de la economía mundial y en otros años en algunas regiones y los aumentos en los niveles de empleos (Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo).
En la serie histórica, además, se muestra que, pese a la trayectoria creciente de esta proporción, así como al mayor volumen por ingresos nacionales bajo este concepto, se registraron disminuciones significativas para ciertos años asociados a shocks exógenos a la economía nacional.
Durante los años 2020 y 2021, el confinamiento masivo por la pandemia del covid-19, los miles de puestos de trabajo perdidos, los retrasos en la cadena logística y otros factores adversos impactaron significativamente en los ingresos de las familias paraguayas.
Al cotejar distintos escenarios económicos del periodo pandémico, se verifica una disminución de los envíos de remesas durante el primer año de la pandemia, periodo de mayores restricciones. Para el 2020, los envíos menguaron en alrededor de US$ 14 millones provenientes de Estados Unidos como de España. No obstante, la mayor disminución se registró desde Argentina, con unos US$ 31 millones menos de remesas.
Ya para la pospandemia se observa una recuperación general de los envíos de remesas de los principales destinos, excepto Argentina, cuya participación sigue mostrando un comportamiento descendente explicado por los problemas económicos del vecino país (elevada inflación, alto déficit fiscal, inestabilidad en general). En tanto que destinos como Estados Unidos y España registraron sumas de envío récords para los últimos cuatro años.
Al analizar los montos por destino de procedencia, en el 2021 España lideró los envíos de remesas con una participación de 61% sobre el total. Le siguieron Estados Unidos y Argentina, con 16,8% y 6,45%, respectivamente. Es de mencionar que estos citados países proporcionan más del 86% de todas las remesas recibidas por las familias paraguayas.
Es de remarcar que, en los últimos años, Argentina pasó a tener cada vez menor preponderancia en el mapa de envíos de dinero hacia Paraguay en detrimento de países como Brasil, cuya participación histórica no superaba el 1,5% sobre el total de remesas. Actualmente, Brasil y los demás países latinoamericanos se perfilan como la cuarta fuerza de envíos desde el exterior. Aunque otras regiones como América del Norte (excepto EE.UU.), Europa, Asia y el resto del mundo representan un porcentaje menor al 10%, de acuerdo con los últimos datos publicados por el BCP.
En Paraguay al igual que en otras partes del mundo, las remesas familiares se convirtieron en oxígeno para miles de hogares que vieron profundamente afectados sus ingresos durante la crisis sanitaria.
Si bien durante el primer año de la pandemia muchos paraguayos regresaron al país, la llegada de este grupo importante de ciudadanos se convirtió en una oportunidad para la apertura de negocios en distintos puntos, con el consecuente dinamismo económico, así como la disponibilidad de nueva mano de obra con ciertas habilidades y capacidades adquiridas en el extranjero.
A tres años de la pandemia, las políticas públicas aún se encuentran distantes de planes y estrategias que acompañen no solo a las familias de emigrantes, sino a los mismos migrantes trabajadores que con la generación de recursos en el exterior y el ingreso de divisas después, han permitido inyectar también dinamismo a diferentes sectores económicos del país. Incluso, cumpliendo el rol del Estado en la asistencia de familias en condición de vulnerabilidad.
Paraguay
En Bolivia, Paraguay y Perú, el envío de remesas observa una reducción de 16%, 11,6% y 13%, respectivamente, en el 2020.
80%
Argentina, España, Brasil y EE.UU figuran como los principales puntos de emigración. Argentina tiene cerca del 80% de todas las emigraciones.
Niveles
Con los niveles más bajos del número de paraguayos en el exterior se encuentran: España (7%), Brasil (6%) y Estados Unidos (4%).
Pandemia
En Paraguay, al igual que en otros países, las remesas familiares se convirtieron en oxígeno para miles de hogares afectados en ingresos durante la pandemia.
Menor
En los últimos años, Argentina pasó a tener cada vez una menor preponderancia en el mapa de los envíos de dinero con destino a Paraguay.
Políticas
A tres años de la pandemia, las políticas públicas aún están distantes de planes y estrategias que acompañen a las familias de emigrantes.