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- Teletrabajo en Paraguay: Condiciones y desafíos de la nueva modalidad
En esta edición se recordaba que en América Latina y el Caribe, alrededor de 23 millones de personas teletrabajaron durante el período más crítico de la pandemia en 2020, lo que representó entre el 20% y 30% de los empleados asalariados. Así la migración de modalidad fue exponencial, ya que en la prepandemia, la cifra se hallaba por debajo del 3% de personas que trabajaban a distancia. Estudios vinculados a la modalidad del teletrabajo refieren que, en circunstancias normales, arroja una serie de beneficios, a decir, un horario más flexible, la reducción del tiempo de desplazamiento, la posibilidad de que los trabajadores se centren en sus tareas sin las distracciones que se generan en el espacio de trabajo y una oportunidad para mejorar el equilibrio entre la vida laboral y profesional.
Sin embargo, no todas las actividades laborales pueden realizarse bajo el mencionado sistema ni obtener los beneficios descriptos. En artículos recientemente publicados (Hatayama et al., 2020; OIT 2020h) se constataron que factores como la estructura económica y ocupacional, el acceso a internet de banda ancha y la probabilidad de que las personas posean una computadora personal, son determinantes importantes para trabajar desde los domicilios.
En consecuencia, los países pueden movilizar una mayor cantidad de la fuerza laboral a trabajar desde casa cuando una gran proporción de los puestos de trabajo son en sectores como las TIC, servicios profesionales, finanzas y seguros, así como los sectores de la administración pública. Muy por el contrario a lo que ocurre en economías con una alta dependencia de sectores como la industria manufacturera, la agricultura, la construcción y el turismo.
La nueva modalidad de trabajo, sin embargo, se convirtió en un desafío para algunos grupos como padres y cuidadores, quienes debieron buscar una serie de estrategias para tratar de responder a sus compromisos tanto profesionales como personales ante el cierre de centros educativos y de atención.
Con respecto a las herramientas para ejecutar el teletrabajo en Paraguay, datos de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) mostraban un importante crecimiento en el número de suscripciones a internet fijo, que pasó de 215.000 personas en 2015 a casi 500.000 clientes a 2020 y menos considerable, pero igualmente en aumento, a internet móvil, así como a suscripciones a teléfono móvil - pre y pospago.
Al cierre de 2020, el 97% de la población en Paraguay utilizó Internet en cualquier lugar a través de un teléfono celular, el 42% en el hogar y el 17% de los ciudadanos en el trabajo. El comportamiento reveló la necesidad de contar con conexión de internet para la realización de actividades laborales, educativas e incluso de ocio. Esto llevó a que las personas demanden más de estos bienes y servicios para conectarse a una red inalámbrica o a través de cables de fibra óptica (Informe de Telefonía de MF Economía&Inversiones).
- Proyecto de Ley de fletes y sus implicancias en la economía
El año 2021 también vio nacer propuestas normativas que buscaban establecer valores del costo operativo y precio de referencia del flete de unidad de carga conformadas por tractocamión y semirremolque y la creación de un Comité Técnico del Costo Operativo del Flete”.
Tras varias idas y vueltas, el proyecto no prosperó. Sin embargo, la iniciativa alertó sobre las implicancias de otra eventual intervención en el mercado.
Al respecto, el análisis del exministro de Hacienda y economista Manuel Ferreira refería que la intervención de un mercado de bienes y servicios con multitud de oferentes y demandantes genera precios artificiales (de oferta, por ejemplo). A esos precios, los compradores están dispuestos a comprar una cantidad menor del bien o servicio ofrecido.
- Urge una política educativa que potencie las capacidades y habilidades de estudiantes para el crecimiento económico.
Esta entrega se centró en el impacto de la pandemia en la educación. Se precisaba que, en el país, el 92,8% o 1.843.859 de la población de 5 a 17 años asistía en 2020 a una institución de enseñanza formal.
En el agrupado de 5 a 9 años, la tasa era del 95%; entre los que tenían 10 a 14 años el porcentaje se ubicaba en 96,4%, y para las edades que comprendían a los estudiantes de la educación media de 15 a 17 años, la tasa se reducía, ubicándose en 83,5%.
Al comparar con el 2019, año de la prepandemia, los datos del INE mostraron una tasa levemente superior del 93,4% de niños, niñas y adolescentes que asistían a un centro educativo con una población total, en el mencionado grupo, de 1.821.122 personas.
El estudio del Banco Mundial denominado “Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños: Los costos y la respuesta ante el impacto de la pandemia de covid-19 en el sector educativo de América Latina y el Caribe” estimó que en la región podrían existir 7,6 millones de nuevos “pobres de aprendizaje”, es decir, dos de cada tres estudiantes en educación primaria no serían capaces de leer o comprender un texto sencillo adecuado para su edad. Esto, asumiendo un cierre de escuelas promedio equivalente a 70% del año académico.
De acuerdo con el informe del Banco Mundial, la pérdida promedio de clases en Paraguay fue de 7 meses, muy cercano a los 7,7 meses registrados en América Latina y el Caribe.
En esta entrega se destacaba el material elaborado por Humberto Colmán, miembro del directorio del Banco Central del Paraguay (BCP) titulado “Productividad, capital humano y reformas” que presentaba un ejercicio de productividad laboral en el país. “Suponiendo que la pérdida de aprendizaje sería permanente, se podría afirmar que 7 meses de pérdida de aprendizaje o escolaridad resultarían en un retroceso del 2,7% en la productividad laboral en Paraguay, lo que sería un efecto negativo y duradero sobre el ingreso de los trabajadores. Con el paso del tiempo se acumularía una diferencia sustancial en el nivel de ingresos, pudiendo también reducirse el ritmo de crecimiento a futuro”, expresaba el material.
- Paraguay ante el desafío de fortalecer al principal motor de su economía
En este suplemento económico se abordaba sobre el importante papel de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en la economía de Paraguay.
En tal sentido, se recordaba que, al cierre del año 2020, la población ocupada en Paraguay era de 3.454.040 personas. De este total, el 67,8% trabajaba en una microempresa, el 9,1% en una pequeña, el 3,1% en una mediana empresa y el 9,4% en una unidad económica con 51 y más personas empleadas, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En el 2º semestre de este año 2021, los números evidenciaron ciertas variaciones. De las 3.410.927 personas ocupadas (277.254 ciudadanos más con respecto al mismo periodo del año pasado) el 67,6% de este grupo laboró en microempresas, el 9,2% en las denominadas pequeñas, el 3,1% en las medianas y finalmente el 7,7% prestó sus servicios en las empresas con 51 y más personas. De esta manera, en el comparativo interanual de los meses de abril, mayo y junio del presente año con relación al 2020, el mercado laboral experimentó un aumento en las categorías de micro y pequeñas empresas con 203.922 y 38.499 trabajadores más. Esta situación fue adversa para las medianas (7.972) y las que emplean más de 51 personas, que registraron una disminución de 7.972 y 19.969 personas, respectivamente, al comparar con el 2° trimestre del año anterior.
- Ejes de propuestas centralizadas como soporte para el diseño de políticas públicas en pandemia
El informe socioeconómico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) elaborado en conjunto con la Consultora MF Economía&Inversiones analizó la evolución de la composición y situación de los hogares de Paraguay. Además, presentó una serie de ejes de propuestas para abordar los principales desafíos sociales y económicos en Paraguay.
El estudio remarcaba que la crisis desatada por la pandemia profundizó las vulnerabilidades; por lo tanto, afectó de manera importante a todos los segmentos de la población y su impacto continúa registrándose de manera diferenciada en la población femenina.
En tal sentido, en Paraguay, el avance y profundización de la pandemia impidió que muchas mujeres vuelvan a sus puestos laborales. No obstante, algunas trabajadoras se encuentran dispuestas para insertarse al mercado laboral o buscar trabajo, pero desafortunadamente no existe un contexto favorable para hacerlo.
El documento presentó una batería de propuestas diseñadas sobre la base de dos ejes principales.
El primero planteaba las condiciones y esquemas de soporte al empleo femenino a través del fortalecimiento de las políticas de empleo orientados a reducir la brecha salarial, el fomento a la flexibilidad laboral en términos de teletrabajo. Así como del impulso de programas de acceso al crédito para la vivienda, garantizar la cobertura de salud y seguridad social, así como la promoción de esquemas de servicios de cuidado: guarderías públicas o privadas y de hogares de servicios a adultos mayores.
El segundo eje se vinculaba al impulso de nuevas oportunidades y capacidades. Estas medidas podrían fomentar el mejoramiento del entorno en el que se desenvuelven las mujeres mediante la ampliación de la oferta formativa, incluyendo cupos en sectores no tradicionales, así también el desarrollo de esquemas para la formación técnica con la incorporación de figuras de mentoría (aprendiz) y las garantías para el acceso a herramientas financieras.
Finalmente, el análisis y las propuestas contempladas en el informe socioeconómico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo son la base para el diseño de unas mejor enfocadas políticas públicas.
Las reflexiones en esta entrega se anclaron en que la pandemia solo evidenció los números y datos de brecha de género en material social y económico que debían ser urgentemente reducidos para dar soporte al potencial económico del país en el corto y mediano plazo.
- Caja Fiscal y la amenaza del inevitable deterioro en ausencia de reformas
El contenido de esta edición se centró en el desafío de la sostenibilidad fiscal agravado por profundas inequidades que generalmente surgen por la pluralidad de subsistemas de reparto enfocados en subsidiar a grupos específicos de trabajadores (por ejemplo, militares, policías, maestros etc.). Ello, resultado de un desequilibrio entre el aporte realizado y su pensión. De hecho, la tasa de reemplazo (pensión establecida como porcentaje del salario percibido en los últimos años de su vida laboral) tiende a ser elevada.
En el mismo sentido, los elementos llevan a que el sistema sea insostenible y, en la mayoría de los casos, el Estado deba asumir el costo como parte del gasto fiscal, lo cual, por un lado, desvía recursos que pueden ser destinados a inversión productiva que redunde en crecimiento económico para ser utilizados en pago de pensiones y, por otro, afecta el déficit fiscal.
Cálculos y pronósticos realizados por el Ministerio de Hacienda muestran que desde este 2021 y hasta el año 2029, el déficit de los programas Contributivos del Sector Civil y No Civil de la Caja Fiscal se profundiza, siempre que no se llevan a cabo reformas que reviertan el desequilibrio. Para el 2021, el descalce sumaría US$ 184 millones y para el 2029, se elevaría a US$ 3.536 millones.
Usando como parámetro las mencionadas proyecciones, la Consultora MF Economía&Inversiones mostró que, con la tendencia de profundización del déficit, la cobertura con ingresos tributarios también iría en claro aumento. A decir, de 5,58% que representaría para el 2021, al año 2029, los ingresos no lograrían cubrir el saldo rojo, ya que se ubicaría en 107,30% de los recursos.
Ante el agravamiento del escenario, urgen de reformas creadas con acuerdo de todos los actores y sectores. Las acciones son irreversibles porque en caso contario, el descalabro en el corto plazo es un hecho con sus múltiples consecuencias micro y macroeconómicas para el país.
- Deuda Pública de Paraguay: composición y perspectivas
El primer año de la pandemia encontró a las cuentas públicas del país con escaso espacio fiscal. En el segundo año, la situación llegó a su punto de saturación, por lo que el endeudamiento volvió a convertirse en la principal fuente de financiamiento.
En este suplemento, se recordaba que la administración de Mario Abdo Benítez estuvo y está cargada de una serie de condiciones desfavorables. En el 2019, una crisis económica había sacudido al país, situación que requirió una importante intervención del Estado mediante el plan de reactivación económica. Y luego, la pandemia en 2020, que encontró al Gobierno paraguayo -como a muchos de la región- sin recursos para hacer frente a las urgentes necesidades generadas por la crisis sanitaria.
El Gobierno había recurrido a un importante paquete de deudas durante el año pasado. Los recursos iniciales por un total de US$ 1.600 millones contemplados en la Ley que declaró el Estado de Emergencia para mitigar los efectos del covid-19, se obtuvieron de la siguiente manera: US$ 1.020 millones a través de endeudamiento (US$ 1.000 millones de emisión de bonos soberanos y US$ 20 millones de un crédito con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, que forma parte del Banco Mundial), en tanto que, los restantes recursos provinieron, de igual manera, de operaciones de deuda.
De esta manera, entre el 2018 al 2020, la Deuda Pública de Paraguay había crecido 51,8%, es decir, registró un aumento de US$ 4.172 millones con lo cual los compromisos del país ascendieron a US$ 12.212,9 millones o 33,6% del Producto Interno Bruto. En lo que va de este 2021, la Deuda Pública del país totaliza US$ 13.416,2 millones, lo que representa al 33,4% del PIB y para el cierre de este ejercicio fiscal se estima que los pasivos asciendan a US$ 13.923,4 millones o su equivalente a 36,1% del PIB.
En lo que respecta al 2022, el proyecto de Presupuesto General de la Nación contempla US$ 600 millones en concepto de nuevo endeudamiento. Con este paquete, el saldo de la Deuda Pública para el entrante año se ubicaría en US$ 15.446,6 millones o aproximadamente 38% del Producto Interno Bruto.
Así, el nivel de endeudamiento estará cercano al tope del 40% del PIB contemplado en el proyecto de Ley que modifica la Ley de Responsabilidad Fiscal “Fortalecimiento de la Institucionalidad Fiscal” y que se encuentra en estudio en el Congreso Nacional.
97%
Al cierre de 2020, el 97% de la población utilizó Internet en cualquier lugar a través de un celular, el 42% en el hogar y el 17% en el trabajo.
92,8%
En el país, el 92,8% o 1.843.859 de la población de 5 a 17 años asistía en 2020 a una institución de enseñanza formal.
67,8%
Al cierre del año 2020, la población ocupada en Paraguay era de 3.454.040 personas. De este total, el 67,8% trabajaba en una microempresa.
20%
23 millones de personas hicieron teletrabajo durante el período más crítico de la pandemia en 2020, lo que representó entre el 20% y 30% de los empleados.
Déficit
Para el 2021, el descalce de la Caja Fiscal sumaría US$ 184 millones y para el 2029 se elevaría a US$ 3.536 millones.
Deuda
Entre el 2018 al 2020, la Deuda Pública creció 51,8%, US$ 4.172 millones más con lo cual los compromisos del país ascendieron a US$ 12.212,9 millones.