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La Conferencia de las Partes (COP) es el órgano supremo de la CMNUCC, encargada de examinar periódicamente las obligaciones y de tomar las decisiones para promover la aplicación eficaz de la Convención (Art. 7.2 de la Convención).
El objetivo es estabilizar las concentraciones de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático, permitiendo a los ecosistemas adaptarse naturalmente y permitiendo el desarrollo en forma sostenible.
Uno de los puntos más resaltantes de las convenciones internacionales de lucha contra el cambio climático es el apoyo con fondos y financiamiento para países en vías de desarrollo que quieran adoptar medidas de mitigación y adaptación para la lucha contra el cambio climático.
Existen instituciones, como el Global Environmental Facility (GEF), a la que se encomienda la operación del mecanismo financiero y el Fondo Verde para el Clima o Green Climate Fund (GCF), entre otros.
En cuanto a dichos fondos y financiamiento para apoyar a los países en sus acciones de lucha contra el cambio climático, a la fecha, los países miembros del Acuerdo de París han acordado la meta colectiva para apoyo financiero establecida en USS 100.000 millones.
A ello hay que sumar lo que anunció el sector privado en la reciente COP26 en Glasgow: el sector privado anunció que movilizaría US$ 130 trillones de capital privado para contribuir con las metas de reducción de emisiones para el año 2050 (Financial Times, 2 de noviembre de 2021).
En la COP26 en Glasgow, Escocia, estuvieron los más altos representantes de numerosos países, así como líderes de comunidades, representantes de las ONG, empresas privadas, la academia y otros miembros de la sociedad civil.
También estuvieron presentes los más altos representantes de muchas de estas instituciones claves para proveer el financiamiento a países en vías de desarrollo, tales como el GEF, el FVC o GCF, el BID, la Unión Europea y actores privados, entre otros.
Los países miembros siguen trabajando en las negociaciones sobre los diversos aspectos del cómo, cuándo y bajo qué términos se canalizarían estos aportes en el marco de nueva meta global de financiamiento a partir del 2025.
Las negociaciones en Glasgow culminaron el 12 de noviembre de 2021, en las que tuvo una activa participación la delegación paraguaya. Para que los países puedan sacar mejores beneficios con respecto a la financiación internacional, habría que construir y reforzar capacidades institucionales y humanas para desarrollar proyectos ambientales y climáticos, así como eficientemente ejecutar los presupuestos de proyectos ambientales, por una parte, y mejorar el rol de intermediación de las agencias por la otra.
Desde el sector energético, es imprescindible avanzar con el desarrollo de infraestructura en todo el territorio del país para utilizar toda la energía limpia y renovable con la que el Paraguay ya cuenta e igualmente es importante que dicha energía pueda llegar con calidad, confiabilidad y asequibilidad a todos los habitantes del territorio del Paraguay.
También es muy importante para nuestro país contar con mayor apoyo para los proyectos de adaptación: un ejemplo para el sector energético serían las acciones y proyectos relacionados con garantizar el suministro eléctrico, estabilidad pese a temporales, cableados bajo tierra, entre otros.
El representante del GEF acotó: “Cuanto más ambición tenga un país en transición y mayor su utilización de energías renovables, será de mayor interés para nosotros apoyar las acciones que tengan dicho fin”.
Asimismo, además de la participación institucional (ver publicaciones en www.itaipu.gov.py), aprovechamos para compartir con los miembros de la Comisión de la Unión Europea, el proyecto Itaipú Preserva –uno de los proyectos de reforestación más grandes del Paraguay y más relevante en América del Sur–. En ese sentido, se destacó la cooperación para el fortalecimiento de las capacidades institucionales y la necesidad de capacitar localmente para la cuantificación y certificación de carbono de los bosques, su valor en el mercado de carbono, así como los procesos de colocación en los mercados de carbono.
El reforzar localmente a nuestros compatriotas e instituciones en estas tareas, tiene la ventaja de que el país cuente con profesionales y técnicos en esta área que tanto auge esta obteniendo a nivel mundial, dando trabajo a nuestros jóvenes y profesionales, y dejando el valor agregado de conocimiento técnico en estos procesos en nuestro país.
Se conversó también sobre la complementariedad de las energías renovables, el desarrollo de energía solar e hidrógeno verde para consumo interno, siendo que el Paraguay tiene un gran potencial para el desarrollo de otras fuentes de energía renovables (ver Informe de Paraguay 2021 de la Agencia Internacional de Energías Renovables) lo cual contribuiría además con un desarrollo regional integral.
El Tratado de Itaipú de 1973 para el aprovechamiento hidroeléctrico se complementa con la CMNUCC y el Acuerdo de París, de los cuales tanto el Paraguay como el Brasil son parte, así como a los demás aspectos del derecho internacional desarrollados con posterioridad a los años 1970.
Reitero lo que ya he mencionado en publicaciones anteriores: una de las mayores ventajas que el Paraguay puede obtener con su parte de la energía generada por Itaipú, es utilizarla para su desarrollo y dejar un legado para futuras generaciones al mantener, aún ante el crecimiento poblacional, la disponibilidad de fuentes de energía limpia y renovable que no causen impactos ambientales adversos.
Nuestros jóvenes se merecen que decisiones de ahora sean tomadas pensando en su futuro, y ayudar a levantar los obstáculos de falta de infraestructura para lograrlo como, por ejemplo, a través de mejores y avanzados proyectos presentados a fondos y financiamiento climático.
Todos estos proyectos y acciones para utilizar nuestra energía –que es limpia y renovable y con la cual el Paraguay ya cuenta– se enmarcan en un 100% en acciones de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero o acciones de adaptación y resiliencia a los impactos ambientales adversos, tales como los provocados por el cambio climático.
Las acciones ambientales de la Itaipú son un ejemplo mundial. Hay que tener en cuenta que todas estas acciones, hoy en día tienen un valor bien tangible cuando se encuentran debidamente certificadas y es de suma importancia que las acciones que mantienen a la sostenibilidad del emprendimiento sean contempladas en su presupuesto.
Es crucial el trabajo de coordinación institucional en estos aspectos y el sector de desarrollo energético debería considerar esta visión amplia, inclusiva de los temas, y participativa, porque de ello depende nuestro desarrollo y nuestro futuro, y solamente si trabajamos todos juntos podremos ganar la lucha contra el cambio climático.
Paraguay
Las negociaciones en Glasgow culminaron el pasado 12 de noviembre de 2021, en las cuales tuvo una activa participación la Delegación Paraguaya.
Apoyo
También es muy importante para nuestro país contar con mayor apoyo para los proyectos de adaptación: un ejemplo para el sector energético.
(*) Consejera paraguaya de Itaipú. Participó en la COP26 en su doble carácter de miembro de la Delegación Nacional de la República del Paraguay y Representante Institucional de Itaipú, margen paraguaya.