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Es fundamental para actualizar la información de cuántos somos, cómo somos, dónde vivimos y a qué servicios accedemos. Es la única fuente que obtiene información hasta el nivel de municipio, por lo que constituye la herramienta del Gobierno más eficaz para la planificación.
A partir de los resultados que arroja sobre la población a nivel departamental es posible distribuir las bancas de la Cámara de Diputados. Los datos del censo también permiten la distribución y liquidación de los recursos de royalties y Fonacide.
Con 500 guaraníes por pregunta por persona es posible planificar 10 años de políticas públicas nacionales y locales que tienen por finalidad mejorar la calidad de vida de las personas y el desarrollo del país.
El principal costo de no hacer un censo es la alta probabilidad de cometer errores en la asignación del gasto público.
Conviene mencionar que medir la situación de la población en pandemia es una oportunidad única. La información que entregará el próximo Censo del 2022 será el motor generador de cambios que necesitamos para la recuperación del país, luego del fuerte impacto de la pandemia.
Un aspecto a destacar es que los sectores que más sentirán la ausencia de esta información son los que posibilitan el incremento de capital humano: Salud, educación, empleo y protección social. Sólo con datos actualizados podrán establecerse políticas públicas correctas que beneficien a esta y las próximas generaciones de compatriotas. El censo es un compromiso del país con la ciudadanía y viceversa.
Es indudable que si se cortase este proceso de décadas en el 2022, el mismo acarreará graves daños al país considerando que no se podrá tener información sobre la situación de la población en materia de fecundidad, muertes, acceso a la salud, empleo, educación, la situación de los jóvenes, nuestros hermanos indígenas y la mujer, datos que tendrían que ser la base esencial para la formulación de políticas públicas que planteen un mejoramiento de la calidad de vida de todos los paraguayos.
Si bien es cierto que hemos perdido tiempo para realizar el Censo Nacional en el plazo programado, una reestructuración es posible para cumplir con el objetivo de cerrar el operativo censal el año próximo y así contar con la vital información de resultados desde el 2023. Estoy convencido de que el Congreso, en cuyas manos está el proyecto de ley de financiamiento, sabrá dimensionar la importancia del evento que, sin ninguna duda, beneficiará a cada uno de los paraguayos que, mediante el censo, será visibilizado en su situación, en los diversos puntos del territorio nacional.
Costo
El principal costo de no hacer censo es la alta probabilidad de cometer errores en la asignación del gasto público, luego del fuerte impacto de la pandemia.
(*) Director del Instituto Nacional de Estadística (INE).