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Las respuestas oficiales y paraoficiales, debe admitirse, fueron numerosas, frecuentes y aparentemente contrarias a la escuela estronista de la diplomacia entre cuatro paredes.
No obstante, la intervención del diputado del Partido Hagamos Carlos Rejala en la plenaria del día 23 de junio último de esta cámara del Legislativo, luego de una entrevista que mantuvo con el asesor técnico en la materia del Ejecutivo, el Ing. Guillermo López Flores, encendió la luz de alarma y las dudas sobre la capacidad e inclusive intención negociadora del actual Gobierno, reverdecieron.
“Paraguay no tiene un plan y depende de señales del Brasil, reveló diputado tras entrevistar al asesor Guillermo López Flores”, publicaba ABC luego de que esa denuncia traspusiera las paredes del claustro parlamentario.
“El diputado Carlos Rejala (Partido Hagamos) reveló en la sesión de la Cámara de Diputados que el Gobierno paraguayo no tiene un plan para la revisión del Anexo C sobre los excedentes de la energía paraguaya en Itaipú que hasta hoy es aprovechada por Brasil, de acuerdo con lo que el asesor técnico del Equipo Negociador manifestó en una reciente entrevista”, se leía en el primer párrafo de ese material informativo.
A pesar de que el asesor López Flores aclaró posteriormente que solo se refería a la ausencia de un “plan b”, aquel que incentive el consumo industrial del excedente paraguayo en Itaipú, la duda –confirmación para la muchos– sobre la capacidad del actual Ejecutivo se reinstaló con fuerza y desalambró ese territorio, lamentablemente inaccesible para importantes sectores de la población, del debate y la participación acerca de los reclamos paraguayos al Brasil en Itaipú.
El Ejecutivo tiene estrategia
Si por plan debemos entender estrategia y por estrategia el gran objetivo o, en este caso, el objetivo que pretende el Gobierno Abdo, es nuestra obligación advertir que un error se propaga, inclusive en el andarivel de los más ilustrados, con la voracidad de un incendio veraniego en un bosque seco: que Marito no tiene un plan, que carece de una estrategia.
Sin embargo, de los documentos divulgados mediante la página digital del Ministerio de Relaciones Exteriores, en definitiva las conclusiones de los grupos técnico, jurídico, económico, comercial, ahora administrados y enriquecidos por el Grupo de Análisis y Seguimiento, casi monotemáticamente nos arrastran hacía conclusión: el Gobierno Abdo, tiene estrategia para el 2023, la que para nada se refiere a la plena disponibilidad de nuestra energía en la central binacional, menos al “justo precio” que consagra el Acta de Foz de Yguazú de 1966, documento vigente para el Tratado de Itaipú, que lo rescata en el tercer párrafo de su Considerando.
Pruebas
Los documentos subidos a la página web de la Cancillería, puede leerse, por ejemplo:
“Luego de un amplio intercambio de opiniones sobre el asunto de referencia en las reuniones del Grupo de Trabajo Económico, se resumen las siguientes conclusiones. Hubo consenso que mantener estos “Royalties” es fundamental, y será interesante plantear un aumento de los mismos a fin de obtener mayores ingresos para el Paraguay, lo que representará un éxito para nuestro país en las negociaciones”.
Otro párrafo rescatable que señaliza con mucho claridad la orientación de las intenciones de los especialistas aglutinados por el Ejecutivo en los cuatro grupos de referencia:
“Hubo consenso que mantener este “Resarcimiento” es fundamental, y será interesante plantear un aumento de los mismos a fin de obtener mayores ingresos para la ANDE, lo que representará un éxito para nuestro país en las negociaciones”.
Un tercer extracto se refiere a los controvertidos gastos sociales, leamos: “Hubo consenso sobre la importancia de mantener los “Gastos Sociales y Ambientales”, así como sobre su influencia en el precio y en la eficiencia para la comercialización del producto de la Itaipú. Al mismo tiempo, fue resaltado el aspecto político que este asunto y sus efectos representan para el Paraguay”.
Seleccionamos otro párrafo de antología porque confirma la tendencia que estamos señalando: “Desde una visión país, la disminución de la tarifa podría significar perder la oportunidad de reemplazar los componentes ‘deudas y cargas financieras’ por otros posibles componentes vinculados a otros intereses estratégicos (obras para la navegación, capacidad de generación, infraestructura eléctrica).
El precio real de nuestra energía
En lo concerniente a la “compensación por cesión de energía”, en definitiva el precio que nos pagan desde Brasil por la cesión de nuestro “excedente”, en rigor mucho más que un simple excedente si esta palabra entendemos como “sobrante”, una de las denotaciones del vocablo en el Diccionario de la Lengua Española: un promedio de 83,4% en 37 años de funcionamiento y una tasa promedia de aprovechamiento del 16,6%, la conclusión oficial antes que sorprender acentúa nuestra decepción: “No habría fundamentos legales para modificar el valor actual” de este pago.
En rigor, los últimos cambios, que datan del 2011, triplicar el factor multiplicador del arbitrario monto –por lo injustificable– de compensación que figura en el punto III.8 del Anexo C, tan injustificable como el parágrafo 3º del Art. XV del Tratado que obligaba al Paraguay a autocompensarse.
“En el caso en que Paraguay pretenda un aumento de la compensación se debe tener en cuenta el efecto de ese aumento en la tarifa de la energía cedida (impacto sobre el precio final) colocada en el mercado brasileño, observando su competitividad”, puede leerse.
Límites sagrados
De los párrafos que acabamos de transcribir inferimos que el “plan A, por Abdo), ni pretende trasponer los límites del Anexo C, tal como lo prescribe su numeral VI ... “las disposiciones del presente anexo serán revisadas...”, nada más.
Si las comisiones especializadas, instaladas para abastecer de argumentos al equipo negociador no encontraron los “fundamentos legales” para plantear un ajuste de nuestra compensación, ¿vale la pena pedirles que exploren sus esquemas mentales en busca de los recursos jurídicos, técnicos, diplomáticos, etc. Para que el “Paraguay” disponga, 39 años después de toda su energía en Itaipú, así como para exigir el “justo precio” a todos los interesados, especialmente al mercado brasileño? No perderíamos tiempo.
El Plan A ...bdo
El plan A, entonces, no pretende desbordar el rígido cauce del Anexo C. Su máxima pretensión es mejorar el caudal de recursos financieros que hace 32 años salpica las costas de nuestro territorio con acotados chorros, principalmente los conocidos como “royalties”, “resarcimiento” y “compensación por cesión de energía”, con la expresa aclaración que este beneficio ya no debe tocarse porque los ajustes conseguidos por el Gobierno de Fernando Lugo son suficientes.
No obstante, el “Plan A ...bdo”, en nuestra ponencia no está completa... falta la propuesta que se perfila como la más completa, que inclusive figura en el pen drive que el canciller entregó al Legislativo a finales de mayo último.
“A fin de verificar el impacto de la cancelación del Servicio de la Deuda en la tarifa de Itaipú, los Grupos de Trabajo realizaron una simulación para el periodo 2021-2030, bajo la hipótesis de que se mantengan los conceptos y las condiciones básicas actuales del Anexo C. Los escenarios son claros para el post 2023:
- Tarifa Alta (22,60 US$/kW.mes): se mantiene la tarifa actual. Se incluyen “nuevos componentes” en el Costo del Servicio de Electricidad, en sustitución del Servicio de la Deuda, en similar proporción (alrededor del 60%).
- Tarifa Baja (aprox. 9,61 US$/kW.mes): es la mera aplicación del Anexo C. No se incluyen “nuevos componentes” en el Costo del Servicio de Electricidad, en sustitución del Servicio de la Deuda. La Tarifa desciende automáticamente.
- Tarifa Intermedia (aprox. 15,00 US$/kW.mes): se incluyen “nuevos componentes” en el Costo del Servicio de Electricidad, en sustitución del servicio de la deuda, en una proporción de alrededor del 50% de ésta.
Es de interés del Paraguay, contar con una adecuada Tarifa de Itaipú, que atienda sus requerimientos técnicos y económicos.
Es importante comprender, con la mayor objetividad posible, que cualquiera sea la futura tarifa de Itaipú, la ANDE deberá afrontar un diálogo franco y una negociación directa con el Gobierno Nacional.
Por tanto, lo más conveniente para el Paraguay es determinar una Tarifa Intermedia, que resulte atractiva, accesible y con beneficios para ambas Altas Partes Contratantes, contemplando “nuevos componentes” en el Costo del Servicio de Electricidad.
Así, de aplicarse en Itaipú una Tarifa de Potencia Intermedia se obtendría un beneficio económico adicional del orden de US$ 400 millones para cada País, para ser destinado a la “actualización de regalías, nuevas inversiones, fondos especiales y otros”, según sea negociado y acordado entre las Altas Partes”, señala el material de referencia.
Finalmente, tal nivel de desarrollo de los estudios que abordamos hoy, sin pretensiones de exhaustividad, nos empujan a concluir que la base técnica, jurídica, económica y comercial del Equipo Negociador del Gobierno, plantea mejorar los ingresos paraguayos en Itaipú, pero dentro del esquema del Anexo C aún vigente.
Muy poco, casi nada, acerca de retirar toda nuestra energía para aprovecharla en nuestro territorio y exportar, realmente, la parte que nos sobre con precios de mercado al entorno regional o a nuestro socio en Itaipú pero con el “justo precio”, tal como lo consagró el Acta Final de Foz de Yguazú y el mismo Tratado.
Desafío
El desafío Itaipú 2023 se acerca inexorablemente. ¿El Gobierno de Mario Abdo Benítez se preparó suficientemente para enfrentarlo?
Tiene
El Gobierno Abdo tiene estrategia para el 2023, la que para nada se refiere a la plena disponibilidad de nuestra energía menos aún al “justo precio”.