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Para entender los alcances de la informalidad es importante repasar el concepto. La misma está ligada a la actividad económica y al empleo informal. La primera abarca actividades no registradas por el Estado y, por tanto, no acata las regulaciones de registro, formalización o tributación que rigen en nuestro país.
Algunas naciones miden el sector por el número de empresas no registradas y otros utilizan el número de trabajadores en una empresa o una combinación de ambos. En tanto que, para el empleo informal, también difiere de un país a otro y se refiere a los trabajadores que no están cubiertos por ningún mecanismo de protección social, regulación laboral o de seguridad social, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El último informe del organismo revela que en América Latina y el Caribe la pandemia, durante el 2020, dejó aproximadamente a 158 millones de personas trabajando en condiciones de informalidad. Esto significó alrededor de 54% del total de empleados de la región.
La OIT elaboró un listado de países con mayores porcentajes de trabajadores no identificados legalmente al año 2020. Bolivia lidera con el 84,9%, seguido por Guatemala que cuenta con cerca del 79% de la fuerza laboral activa sin condiciones legales como prestaciones o seguridad social o brinda sus servicios en algún rubro informal. En tercera y cuarta posición se ubican El Salvador y Paraguay. En estas economías, el porcentaje de trabajadores en condiciones de informalidad es del 69,1% y 68,9%, respectivamente. En tanto que, en Perú, afecta al 68,4% de los trabajadores y en Ecuador al 63,5%.
Pero, a diferencia de las consecuencias generadas por las contracciones económicas anteriores registradas en la región como el aumento de la informalidad del empleo (amortiguador del mercado laboral), la recesión provocada, principalmente, durante el inicio de la pandemia, ha dejado un escenario diferente, conforme con el estudio “Panorama Laboral 2020 América Latina y el Caribe” del organismo internacional OIT.
El organismo refiere que, si bien la destrucción de los puestos de trabajo ha sido significativa tanto para las categorías ocupacionales con condiciones formales como para las informales, en varios países de la región se ha observado que estas últimas han experimentado contracciones del empleo proporcionalmente más acentuadas que las del empleo formal. Así, la tasa de informalidad en muchos países se redujo, al considerar información recabada de ocho países de la región al segundo trimestre de 2020, periodo de implementación de paquetes de contención de la pandemia impulsado por los gobiernos.
Pero, ¿qué factores han permitido este resultado? El confinamiento figura como una de las principales razones, debido a que ha impedido la creación de empleos por cuenta propia informales, que funcionan con la prestación de servicios y/o bienes de manera presencial.
Otras condiciones han sido que, a diferencia de los empleos formales, los informales no cuentan con la infraestructura ni las condiciones para el teletrabajo. Además, de que la pandemia sacó del mercado laboral a las trabajadoras domésticas remuneradas con empleos y condiciones, en su mayoría, informales. No obstante, las perspectivas en la tasa del empleo informal sufrirían un revés en los próximos meses, lo que se espera, impactaría negativamente en las condiciones del empleo en la región.
¿Qué muestran los indicadores laborales en Paraguay? ¿Ha crecido o disminuido la informalidad en el país durante la pandemia?
Estos y otros puntos son abordados por la consultora MF Economía/Inversiones en la presente edición del suplemento económico.