¿Involucra el Ejecutivo a la sociedad paraguaya en el tema Itaipú?

Una fracción de la sociedad paraguaya mantiene vivo y acompaña los reclamos relacionados con Itaipú Binacional. Increíblemente esta situación no se repite con Yacyretá, y que conste que el estado de cosas en esta entidad es catastrófica.

M.Sc. Ing. Orlando Valdés (*)
M.Sc. Ing. Orlando Valdés (*)Archivo, ABC Color

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Con relación a Itaipú, algunas opiniones sobre ella antes que aclarar confunden a la población. Pareciera hecha de propósito, siguiendo un plan comunicacional delineado con algún fin hasta ahora oculto. El origen de las mismas, si bien es posible imaginar, es difuso.

Lo positivo de esta situación es que mantiene en estado de alerta a los empleados y a la ciudadanía. Pero lo negativo es la pérdida de credibilidad en ocasión de reclamos con fundamentos ante nuestros socios.

La ausencia de información clara, completa y correcta de lo que ocurre en las binacionales, permite que ocurra esto.

Pero lo peor es que genera desconfianza ante cualquier iniciativa del gobierno. Esto ocurre porque el histórico de eventos de dudosa legitimidad lo justifica.

La opinión generalizada que se instaló en la ciudadanía paraguaya es que la revisión del Anexo C de Itaipú es una oportunidad histórica para el Paraguay. Esto es bueno si es bien utilizada. Es malo si es manipulado utilizándose medias verdades.

Con relación a las oportunidades para nuestro país, ellas siempre estuvieron presentes. En el 2023 nada cambiará si nuestros gobernantes no hacen sus deberes. La ficción de que ocurrirá un milagro luego de la revisión, que habrá abundancia de recursos económicos multimillonarios de manera automática. Si dudas solo se trata de una ficción.

La realidad es que los cambios dependen de las decisiones de nuestros mandatarios y la elección de estos depende de la gente. Esto siempre fue así y, definitivamente, para nada. Los futuros cambios, dependen exclusivamente de la revisión del Anexo C en el 2023.

Si el gobierno paraguayo no elimina la vigencia de la corrupción, la impunidad y el clientelismo en el manejo del Estado, nada cambiara, todo seguirá igual.

La revisión del Anexo C lo único que permitirá es que nuestro país disponga de aun más oportunidades para su desarrollo integral; pero para eso deberá utilizar, de manera inteligente, la abundante energía barata de las binacionales. Si no lo aprovechamos, es problema nuestro.

Lo que va ocurrir en el 2023 es bastante previsible. Nada de extraordinario sucederá siempre y cuando se cumpla lo establecido en la cláusula revisión y la tarifa de Itaipú se reduzca al 38 % de la tarifa actual.

Lo novedoso podría ser la inclusión en la tarifa de los costos asociados a la posible construcción de las esclusas de navegación.

Por favor, no confundamos con la tarifa de la ANDE. El costo del servicio eléctrico de la ANDE para sus usuarios es un asunto interno del Paraguay.

Otros temas podrán incorporarse en simultáneo. Pero eso ya no será Revisión del Anexo C. Es renegociación del Tratado de Itaipú, y existen puntos muy importantes que deberán negociarse.

Las personas que integran los grupos de trabajo y los negociadores propiamente dichos, son conocidas. Sin embargo muy pocos tienen la experiencia y la formación técnica requerida para tratar lo básico de la revisión.

Una debilidad de los grupos de trabajos es que no interactúan con la sociedad. Los que probablemente encabezarán el proceso de revisión, lo hacen muy poco. Esta ausencia de comunicación, reiteramos, genera desconfianza. Fuertemente potenciada por el reciente escándalo ocurrido durante el rutinario y simple proceso de contratar potencia de Itaipú. Personajes sin escrúpulos se adueñaron del sector eléctrico en la época. Aquí nos preguntamos ¿Cuando no?

La credibilidad del gobierno, al no existir participación real de la ciudadanía en los grupos de trabajo, es prácticamente nula. Esta situación debe revertirse, de manera urgente.

Luego de 50 años de la firma del Tratado de Itaipú el escenario que presenta el sector eléctrico nacional ha cambiado radicalmente. Ha llegado la hora en que el Paraguay asuma mayores responsabilidades en el manejo de la binacional. Para que esto sea posible es necesario negociar mayores espacios de poder en la misma.

Uno de los objetivos podría ser el de obtener más autonomía en la toma de decisiones sobre la producción de la energía en 50 y 60 ciclos respectivamente. Que cada parte la utilice conforme más le convenga. Siempre dentro de lo establecido en el tratado, que para el efecto deberá ser actualizado. Pero esto último no está previsto en la revisión del Anexo C.

Es muy probable que la construcción de las esclusas de navegación se incluya como un paquete adicional a la revisión. Su construcción está prevista en el Anexo B del Tratado de Itaipú. Su tratamiento será bienvenido, porque su construcción posibilitará generar una importante cantidad de fuente de trabajo y su funcionamiento ayudará a una mayor integración de los países socios en la binacional.

Si la sociedad paraguaya se involucra en los temas relacionados con las binacionales, especialmente Itaipú la situación cambiará, porque evitó la consumación, hasta julio del año 2020, de cinco intentos de apropiación de la energía barata que estará disponible para nuestro país a partir del 2023.

El último, el sexto, se materializó recientemente a través del “pontificado” realizado por un representante de una institución apéndice de un organismo internacional. El “experto” recomendaba la contratación de créditos multimillonarios a ser pagados con la energía barata de Itaipú.

Es urgente que el gobierno nacional involucre a la sociedad paraguaya en el tema de las binacionales. No hacerlo podría tener consecuencias irreparables.

(*) Ingeniero electricista.

www.orlandovaldes.com.py

Asunción 15 de diciembre de 2020.

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