Recesión económica en Paraguay y expectativas de recuperación en 2021

Las expectativas son tan altas, que incluso CEPAL ubica a Paraguay como el tercer país de América del Sur, con crecimiento mayor para 2021 (5,5%) solo detrás de Perú (7,3%) y Bolivia (5,6%). Las proyecciones se realizan en función a un escenario base, que implica ausencia de shocks de oferta y/o demanda o reformas estructurales dentro de la economía. Un retroceso en la recuperación económica estimada para 2021 podría darse por un eventual impacto climático sobre el sector agrícola y un rebrote de la enfermedad. Así, la incertidumbre sigue siendo pieza clave en el potencial de expansión del país.

COMPORTAMIENTO DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA DE PARAGUAY
COMPORTAMIENTO DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA DE PARAGUAY

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Tras un 2019 determinado por su alta complejidad y volatibilidad, es decir, shocks externos e internos (sequía- inundaciones-sequía) y durante cuyo periodo la economía registró un estancamiento –creció 0%– el 2020 se presentaba, en los dos primeros meses, con altas expectativas. El buen desempeño de la campaña agrícola 2019-2020 con una producción de 10 millones de toneladas aseguraba el crecimiento económico de este año. Aunada a la recuperación de los otros sectores de la economía como el comercial y de servicios, que comenzaban a dar los primeros resultados auspiciosos.

De hecho, el año había arrancado con un importante crecimiento de la actividad de 4,4%, porcentaje que fue aumentando en febrero y llegó a 7,4%, conforme al Indicador Mensual de Actividad Económica del Paraguay (IMAEP). Sin embargo, en marzo, tras confirmarse el primer caso de coronavirus en Paraguay y disponerse las primeras medidas restrictivas, el escenario se cargó de incertidumbre y, con ello, la contracción de la oferta y la demanda.

El IMAEP había arrojado en marzo una variación interanual negativa de 1,1%. En el acumulado a setiembre, llegó a -0,5%, explicado por la tímida recuperación registrada con la reapertura gradual de la economía. Los sectores, agrícola, ganadero y de construcción han venido amortiguando la caída económica del país.

A modo de recapitular las medidas sanitarias establecidas, desde marzo y durante los primeros tres meses, las restricciones se destacaron por su rigidez. Posterior a este periodo, comenzó un proceso de flexibilización. En las primeras semanas de marzo se dispuso una cuarentena parcial con la suspensión de clases académicas en todos los niveles, paralización y restricción de eventos públicos y privados.

Días después, las medidas sanitarias incluyeron el control y cierre de fronteras, la restricción de desembarque de extranjeros, circulación en horario nocturno y controles con apoyo de las fuerzas públicas.

El 20 de marzo se decretó una cuarentena total, denominada “aislamiento preventivo general”. La disposición rigió, en principio, hasta el 12 de abril, pero ante el aumento de casos, fue prorrogada varias veces hasta el 3 de mayo. Durante este periodo, la circulación se limitó a excepciones de necesidad o urgencia como los vinculados a servicios básicos y de salud. A finales de marzo se estableció el cierre total de las fronteras, tanto aéreo como terrestre, permitiendo solo el paso de mercaderías y vuelos de carga.

El aislamiento social impactó tanto por el lado de la oferta como por el de la demanda. La paralización social y económica provocó una importante caída del consumo, que incidió en la operatividad de las empresas, es decir, volvió insostenible el costo de las mismas. Ante esta situación, miles se declararon en suspensión y otras se vieron obligadas a cerrar sus puertas. En consecuencia, un considerable grupo de trabajadores quedó fuera del mercado laboral, temporal y definitivamente. Tras cuatro meses de las medidas sanitarias estrictas tomadas por el Gobierno para contener la propagación del virus, una evaluación preliminar arrojó que unos 148.600 trabajadores fueron suspendidos y alrededor de 30.000 personas perdieron sus empleos. En este caso se hizo referencia al segmento formal porque fueron datos manejados por las autoridades del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) y el Instituto de Previsión Social (IPS). Sin embargo, desde el Ministerio de Trabajo estimaron que más de un millón de trabajadores informales quedaron sin empleo durante la pandemia.

El 4 mayo se dio inicio al plan de levantamiento gradual del aislamiento preventivo o “cuarentena inteligente”. Tras esta nueva medida, comenzó la reapertura paulatina por fases de la economía, siempre bajo estrictas medidas sanitarias. Desde el 5 de octubre rigió en todo el país una nueva cuarentena que eliminó las fases. La medida sanitaria abarcó una ampliación en el horario de desplazamiento de las personas (de 05:00 a 23:59), y la apertura de numerosas actividades, entre ellas, culturales (cines; obras teatrales; conciertos; museos); físicas (gimnasios; academias; polideportivos); eventos sociales (encuentros particulares) y servicios (hoteles).

Para el rubro comercial y de gastronomía, se amplió el horario de funcionamiento al señalado al inicio. La operación de las empresas debe cumplir estrictos protocolos de seguridad; distanciamiento social; y aforo máximo permitido. También, Paraguay acordó con Brasil abrir la frontera entre ambos países el 15 de octubre.

Nuevas medidas sanitarias restrictivas

Tras un aumento de los casos y bajo la sospecha de la llegada de una segunda ola en el país, las autoridades nacionales han tomado nuevas medidas sanitarias a modo de controlar el rebrote. A las disposiciones ya vigentes se suman, desde la reciente semana, la prohibición de ventas de bebidas alcohólicas a partir de las 22:00 hasta las 05:00 horas, salvo en locales gastronómicos. Además, se dispuso la limitación de duración de eventos sociales y corporativos a cuatro horas, así como restricciones a actividades infantiles. Esta nueva medida fue duramente cuestionada por los sectores comerciales y de servicios, considerando que han sido los más afectados por la pandemia y que se ha traducido en los niveles de desempleo. Entre las industrias manufactureras, comercios, restaurantes, hoteles y los que brindan servicios en general eran los que empleaban a más del 60% de la fuerza laboral de Paraguay y en donde el 70% de los empleados eran mujeres.

Al respecto, datos de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) revelaron que, al tercer trimestre del año, el 19% de la población está fuera de un ambiente laboral formal. En el conjunto de las personas desocupadas, subocupadas por insuficiencia de tiempo e inactivas circunstanciales se tienen a aproximadamente 707.000 personas. Se observa que, si bien los inactivos circunstanciales bajaron en este último periodo, varias de estas personas pudieron haber migrado a la población desocupada o subocupada, ya que las medidas fueron menos restrictivas en los últimos meses.

Ley de emergencia sanitaria y económica

Datos del Instituto de Previsión Social (IPS) reportan un descenso en la cantidad de personas dentro del plan de pagos por compensación económica a raíz de la pandemia. El primer pago benefició a 97.154 personas, cantidad que fue disminuyendo, llegando a octubre a 17.759 personas. Esto refleja, en cierta medida, cómo fue recuperándose lentamente el empleo formal en nuestro país.

A las acciones de contención inicial, a finales de marzo, se sumó la ley que declara estado de emergencia en todo el territorio de la República del Paraguay, ante la pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En dicho instrumento se establecieron medidas administrativas, fiscales y financieras.

Con la normativa vigente, el Poder Ejecutivo estaba autorizado a implementar, por el presente ejercicio fiscal, entiéndase hasta el 31 de diciembre de 2020 medidas excepcionales. Las mismas eran de carácter presupuestario, fiscal y administrativo, de protección del empleo y de política económica y financiera. El plan contemplaba la obtención de financiamiento por US$ 1.600 millones, pero con otros préstamos contemplados y aprobados en la normativa, el Estado contó con alrededor de US$ 2.000 millones para mitigar o disminuir las consecuencias de la pandemia del covid-19, fortalecer el sistema de salud, proteger el empleo y evitar el corte de la cadena de pagos.

A ocho meses de contar con la herramienta, el Estado ha ejecutado alrededor del 70% de los mencionados recursos. Debido a que no serán utilizados en su totalidad este año, el Ministerio de Hacienda incluyó en el proyecto de Presupuesto General de la Nación 2021 parte de los recursos disponibles.

Las proyecciones macroeconómicas 2021

Luego de un desalentador año 2020, el 2021 se presenta con una alta expectativa. En un reciente informe, la consultora MF Economía e Inversiones ancló sus proyecciones en una expansión económica de Paraguay de 4,0% para el año 2021. El crecimiento estimado del PIB se explica por un menor dinamismo en los sectores de comercio y servicios. Aunada a una campaña agrícola retrasada por falta de lluvias. Este último escenario, afectaría sobre todo a la producción de soja y maíz zafriña. De hecho, la consultora estima un año mixto para el sector agrícola, con niveles de producción menores a los de este año, pero con mejores precios.

Así también espera un crecimiento en la industria derivada del sector primario, carnes y aceites, así como todas las demás industrias de alimentos. La actividad industrial subiría en un 15%, luego de una desaceleración en 2018 y de dos años consecutivos de caída (2019 y 2020), sobre todo en los sectores exportadores.

Las lluvias han proporcionado alivio al sector ganadero, previéndose una recuperación de pasturas con la consecuente demanda de animales que impulsarían los precios sobre todo del desmamante y la recría. Ante el escenario esperado, las cotizaciones deberían ser más estables el próximo año. Además, la firme demanda y los mejores precios, estiman, permitirán compensar la caída de la producción.

De acuerdo con la consultora MF Economía, las restricciones sanitarias permanecerían para el sector de restaurantes y hoteles como parte de las medidas sanitarias establecidas por el gobierno. Debido a esto, los sectores mencionados no podrán utilizar la plena capacidad de sus instalaciones, por lo menos parcialmente durante el 2021. Es de mencionar que los hoteles y restaurantes arrastran una desaceleración ya desde el 2019, por tanto, han sido una de las actividades económicas más afectadas por la pandemia. Tras una fuerte caída estimada para este 2020, se espera un repunte del 20% para el año 2021.

Fobia social

El cambio de comportamiento (fobia social) y preferencias del consumidor, concentradas en la compra de bienes de primera necesidad, continuarán afectando la actividad comercial, aunque en menor proporción. Para el 2021, la consultora MF Economía e Inversiones estima que el sector registraría una expansión de 13,2%. Esta expectativa de crecimiento se daría tras el impacto negativo de la pandemia, así como del estancamiento económico de 2019, y de la pérdida de competitividad relativa con la Argentina, observada desde 2018.

En lo que respecta al sector que ha mitigado la baja económica de este año, la construcción se proyecta, continuará con un dinamismo similar al del 2020. La expectativa está anclada en el potencial ingreso de nuevas inversiones privadas provenientes de países inestables de la región.

La intervención del Estado se vería limitada de manera importante. Las perspectivas de la consultora hablan de que no se espera una expansión en los gastos del gobierno luego de la crisis sanitaria, evidenciado en la reciente sanción del proyecto de Presupuesto General de la Nación (PGN 2021).

Sin embargo, la llegada de la vacuna contra el covid-19 y posterior a eso, la normalización de actividades de entretenimiento y recreación, junto con la plena reactivación del sector turismo, podrían dar mayor impulso al crecimiento estimulando el gasto.

En cuanto al tipo de cambio, MF Economía proyecta para el 2021, que se ubicará en 7.060 guaraníes por cada dólar. De hecho, considerando el contexto internacional, la incertidumbre seguirá y el tipo de cambio continuaría en niveles cercanos a los actuales, con la estimación de un tipo de cambio minorista en 6.885 G./US$ para el final de 2020.

En el periodo de enero al 27 de noviembre del año en curso, el Banco Central del Paraguay (BCP) realizó ventas netas por un total de US$ 1.643 millones en el mercado financiero. La mayor intervención se dio en julio, por un total US$ 283 millones.

Por su parte, las reservas internacionales hasta finales de noviembre alcanzaron los US$ 8.915 millones, con lo cual Paraguay mantiene una sólida posición externa. Con estas reservas el BCP tiene la capacidad de reducir las volatilidades del tipo de cambio en caso de shocks externos.

Otra variable económica estimada por la consultora es la relacionada con la inflación medida por la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Para el 2021, pronostica una inflación de 3,0%. Esta tasa es superior a la esperada para el cierre de este 2020, donde no se observan presiones inflacionarias importantes, las políticas expansivas continúan y la inflación estaría en niveles cercanos a 2%.

Es importante mencionar que los datos proyectados se encuentran basados en un modelo de estimación macroeconómica de MF Economía. Las proyecciones se realizan en función a un escenario base que implica ausencia de shocks de oferta y/o demanda o reformas estructurales dentro de la economía.

Por tanto, un retroceso en la recuperación económica estimada para el año 2021 podría darse por un eventual impacto climático sobre el sector agrícola y un rebrote de la enfermedad. Así la incertidumbre sigue jugando como pieza clave en el potencial de desarrollo y crecimiento económico del país.

Las expectativas son tan altas, que incluso la Cepal ubica a Paraguay como el tercer país de América del Sur con crecimiento mayor para el 2021 (5,5%) solo detrás de Perú (7,3%) y Bolivia (5,6%).

Ante este escenario, el Estado debe aferrarse a enviar señales claras de compromiso, transparencia y de proyectos que involucren al sector privado para impulsar la economía o en el peor de los casos, mitigar el impacto de las condiciones adversas que pudieran presentarse.

Rebrote

Tras aumentos de casos y bajo la sospecha de la llegada de una segunda ola en el país, se han tomado nuevas medidas sanitarias a modo de controlar el rebrote.

Caída

La paralización social y económica provocó una importante caída del consumo, que incidió en la operatividad de las empresas.

Optimista

Las perspectivas han comenzado a ser más optimistas al menos, más auspiciosas a las manejadas durante el gran confinamiento de abril último.

Fiscal

El apoyo fiscal y medidas de expansión monetaria fueron claves en el proceso de recuperación. Pese a esfuerzos no se pudo mitigar el impacto en el empleo.

FMI

Para el FMI, la contracción económica mundial será de 4,4% al cierre de 2020, una caída menos grave a la pronosticada en junio de 2020 (-4,9%).

19%

Datos de la DGEEC revelaron que, al tercer trimestre del año, el 19% de la población está fuera de un ambiente laboral formal.

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